¿Qué dice la Biblia acerva de María, la madre de Jesús?
Todos
hemos oído mucho de María, la madre de nuestro Señor. Seguro que hemos oído que
a ella se le debe orar (rezar). Tal vez tú mismo lo has hecho, y la has rendido
culto. ¿Sabes qué dice Dios de tales cosas? ¿Sabes qué dice acerca de María?
¿Te importa? Veamos.
1.
La Biblia dice que María era muy favorecida y bendita entre las mujeres. Antes
que concibiera a Jesús, el ángel Gabriel fue enviado de Dios para anunciar a
María la concepción inmaculada, esto es, que ella concebiría y daría a luz un
hijo sin pecado, el “santo ser” (S. Lucas 1:35). Al llegar el ángel le
saludó diciendo: “¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú
entre las mujeres” (S. Lucas 1:28).
2.
La Biblia revela que María fue escogida no por mérito propio, sino por la
gracia de Dios (favor inmerecido). El ángel le anunció: "Has hallado
gracia delante de Dios" (S. Lucas 1:30).
3.
La Biblia revela que María, aunque piadosa, necesitaba un Salvador, pues ella
misma confesó y declaró: “Mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador” (S.
Lucas 1:47). Todo ser humano necesita ser salvo, “por cuanto todos pecaron y
están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23).
4.
La Biblia revela que era necesario que alguien la cuidara, pues el Señor,
estando en la cruz, dijo a Su discípulo Juan: “He ahí tu madre”; y a
María dijo: “Mujer, he ahí tu hijo” (S. Juan 19:26-27). Se ve que Juan
tenía que cuidar a María y no ella a Juan.
5.
La Biblia revela que le hacía falta orar, porque después de la ascensión de
Cristo, estaba ella entre los reunidos para orar: “Todos éstos perseveraban
unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y
con sus hermanos” (Hechos de los Apóstoles 1:14). Vemos que los demás no
oraban a ella, sino que María, como los demás, oraba a Dios. Ella no era
mediadora entre ellos y Dios, sino que oraba como una más.
6.
La Biblia revela que María necesitaba el Espíritu Santo. En la cita anterior,
vimos que cuando estaban todos unánimes juntos, María estaba con ellos. Luego
dice que “fueron todos llenos del Espíritu Santo” (Hechos 2:1-4). Esto
nos enseña que María, igual que a los demás, recibió el Espíritu Santo.
7.
La Biblia nos dice que María tenía otros hijos. Por ejemplo, el evangelista
Mateo registra una queja de los enemigos de Jesús: “¿No es éste el hijo del
carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos, Jacobo, José, Simón y
Judas? ¿No están todas sus hermanas con nosotros?” (S. Mateo 13:55-56 y S.
Marcos 6:2-3). Esto no significa primos o parientes como algunos alegan, sino
hermanos nacidos de la misma madre. María no es "siempre virgen" como
dicen, y esta verdad no le deshonra, pues Dios les bendijo a José y ella con
hijos nacidos de su unión matrimonial. Dios declara: "Honroso sea en
todos el matrimonio, y el lecho sin mancilla" (Hebreos 13:4). El
apóstol Juan menciona a los hermanos de Cristo (S. Juan 7:3, 5, 10). En la cita
de Hechos 1:14 notamos que los hermanos de Jesús también estaban reunidos para
orar.
8. María no pudo hacer un milagro
cuando faltó el vino en la boda. No tenía poderes sobrenaturales. Ella habló a
los siervos de la importancia de obedecer a su hijo Jesús cuando dijo: “Haced
todo lo que [Jesucristo] os dijere” (S. Juan 2:5). Por eso debes
estudiar el Nuevo Testamento por tí mismo, para ver cómo el Señor Jesús quiere
que tú obedezcas.
“Dios, habiendo
hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los
profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo” (Hebreos
1:1-2). Dios no habló por María, sino por "el Hijo" Jesucristo.
La Biblia no enseña
que María ascendió viva al cielo. En toda la Biblia sólo hay dos personas que
fueron al cielo sin morir: Enoc (Génesis 5:24; Hebreos 11:5), y el profeta
Elías (2 Reyes 2:11). Son las únicas excepciones que Dios ha permitido. Nadie
más. La asunción de María es una leyenda que surgió en el siglo IV y fue
convertida en dogma por aclamación popular sólo en el año 1950. No tiene apoyo
bíblico.
Parece que Jesucristo
supo que posteriormente la gente trataría de dar suma importancia a Su madre.
Tal vez por eso nunca llamó a Su madre en público por el nombre “madre”,
ni le dio otros títulos. Tanto cuidado usó el Espíritu Santo para que nosotros
adorásemos siempre y sólo a Cristo, y no a Su madre. Ella fue bendecida por
Dios, es cierto, pero no tiene poderes para bendecir, pues no es divina.
Dijo Cristo Jesús: “Todo
aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi
hermano, y hermana, y madre” (S. Mateo 12:50).
Amigo, ¿no quieres
entrar en el reino de Dios, y ser parte de la familia de Jesucristo, al igual
que María la madre de Jesús? Si arrepentido de tus pecados, confías en el
Señor Jesucristo para perdonarte y darte vida nueva y eterna, Él lo hará. Sólo
Jesucristo puede salvarte.
M.A.Yoder, adaptado
https://asambleabetel.blogspot.com/
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