domingo, 20 de abril de 2025

Cómo Honrar a Cristo

 ¿Qué se hará al hombre cuya honra desea el rey? Ester 6.6.


Es posible que para algunos este pequeño libro de Ester sea casi desconocido, pero no debe ser así. Toda escritura es útil, para que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. Por esto no debemos pasar por alto ninguno de los sesenta y seis libros de la Palabra de Dios.

Aquí encontramos una pregunta de gran significado. Fue dirigida por el gran rey Asuero, de Persia y Media, a uno de sus íntimos consejeros, llamado Amán. “Dijo Amán en su corazón: ¿A quién deseará el rey hacer honra más que a mí?”

El malvado Amán es como la carne, o el hombre viejo en nosotros, que siempre busca el ensalzamiento propio. Mardoqueo, hacia quien el rey sentía un gran agradecimiento, es un tipo de Cristo. Cuando el rey estaba en peligro de perder su vida por un complot de sus criados, la alerta oportuna de Mardoqueo le salvó, 2.22.

Amán aborrecía a Mardoqueo y estaba maquinando su destrucción como también la de todo el pueblo terrenal de Dios. Por medio de un sueño Dios hizo al rey reconocer su falta en no haber manifestado agradecimiento a Mardoqueo de una manera digna. Por esto se le despertó un deseo de honrarle.

En estos postreros días Dios no nos habla por sueños sino por su Palabra, la cual nos redarguye de faltas cometidas. El Espíritu Santo despierta en el corazón de cada verdadero creyente el deseo de honrar al Señor Jesús, porque lo que somos y tenemos le debemos a su gracia en morir en nuestro lugar y salvarnos de la condenación eterna.

Pero hay un “Amán” en cada uno que quiere tomar para sí lo que le corresponde a nuestro Señor. “Por todos murió [Cristo], para que los que viven, ya no vivan para sí, más para aquel que murió y resucitó por ellos”, 2 Corintios 5.15.

Amán dio su recomendación al rey, cómo se debía honrar al varón escogido, pensando que sería él mismo. Pero, ¡que humillación para él cuando tuvo que llevar a cabo su recomendación en la persona de Mardoqueo!

Hay cinco maneras en que nos corresponde honrar a Cristo:

à   Ensalzarle con nuestra propia mano, como Amán tuvo que hacer, 6.11, y humillar la carne en nosotros. Cristo debe tener la preeminencia.

à  Pregonar o confesar su nombre delante de todos, 6.9.

à  Ofrecerle alabanza; Salmo 50.23: “El que sacrifica alabanza me honrará; y al que ordenare su camino, le mostraré la salvación de Dios”.

è  Darle las primicias de nuestros bienes; Proverbios 3.9: “Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos”.

à  Honrarle en nuestro hogar, teniendo a nuestra familia en sujeción; 1 Samuel 2.29,30: “Has honrado a tus hijos más que a mí …Yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco”.

Santiago Saword


No hay comentarios:

Publicar un comentario