domingo, 5 de mayo de 2024

LEYENDO DIA A DIA 1 CORINTIOS (2)

 

capítulo 2: Un golpe contra el intelectualismo


En gracia Dios ha preparado múltiples bendiciones para aquellos que le aman. El ojo humano nunca ha visto cosa parecida, el oído humano nunca ha escuchado semejante noticia y el corazón humano jamás ha concebido bondades como estas, 2.10, pero Dios las ha revelado. ¿Cómo se dan a conocer y cómo se puede conocerlas si están tan más allá de la imaginación y el concepto del hombre?

Para esta comunicación, la sabiduría corintia era de un todo inadecuada. Pablo, el gran portador de estas cosas a Corinto, no las declaró con habilidad de oratorio o sabiduría. Rehusó el uso de palabras persuasivas porque sabía que son inadecuadas como medio de comunicación. Sabía que Dios había rechazado de un todo este proceder, 1.19,20. Si esto era cierto donde el intelectualismo reinaba y donde estaba presente un apóstol hábil y preparado, ¿cómo atreveríamos a revertir a ello hoy día? Todavía el mundo no conoce a Dios, ni las cosas de Dios, mediante la sabiduría.

Entonces, ¿cómo se dan a conocer? Primero, están envueltas en la predicación y el cono-cimiento de Cristo y de Cristo crucificado. Cristo y su obra en cruz constituyen el único fundamento de todas las bendiciones de Dios para el hombre. Descartar esto es alejarse de los dones que Dios ofrece. Debido a esto el apóstol manifiesta un afán evidente a definir su ministerio, 2.3. El temor y temblor, una expresión paulina, no se debía a un peligro personal sino a un sano afán por cumplir correctamente un deber santo. Segundo, la revelación de estas cosas sí requiere sabiduría (pero no la de este mundo que es perecedera sin Dios) escondida del intelecto humano y eternamente duradera. Tercero, esta comunicación es posible sólo por medio del Espíritu Santo. Solamente a través de él la revelación es todo envolvente, 2.10,11, y por consiguiente adecuada. Este Espíritu Omnisciente es el don de Dios a todos los que le aman.

Pablo concluye que los hombres espirituales no pueden discernir cosas espirituales por medios carnales, ni puede el hombre natural comprender las cosas del Espíritu por el uso de sus propias habilidades. Contando con el Espíritu, contamos con la mente de Cristo.

Lección: Pidamos sabiduría, Santiago 1.5, y seamos responsivos al Espíritu.

S.Emery 


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