domingo, 30 de marzo de 2025

LOS DOCE HOMBRES DE PABLO (9)

 


El hombre "carnal" y el hombre “maduro”


En 1ª Corintios 2: 6, el Apóstol dice: "Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez". Y luego, en 1ª Corintios 3: 1-3, él dice, "Y yo, hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, y no alimento sólido; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía, porque aún sois carnales". 1ª Corintios 3: 1-3 – RV1977). Aunque estos dos términos no se encuentran en el mismo versículo ellos parecen ser otro contraste donde Pablo compara el estado y la madurez de los cristianos.

 

EL HOMBRE CARNAL

"Carnal" significa, 'guiado por las sensaciones de los sentidos'. Dicha palabra Indica un estado en que la persona es gobernada por la carne y no por el Espíritu. Un hombre "carnal" podría incluso ser un cristiano que tiene el Espíritu de Dios, pero no vive según el Espíritu. Un cristiano carnal se anquilosará en su crecimiento espiritual. Este era el problema con muchos de los corintios.

Hay tres ocasiones en las que el apóstol Pablo habla de un niño de forma no recomendable. Muchos de los creyentes judíos estaban aún en aquel estado porque no habían abandonado las formas y rituales de la religión terrenal, — el Judaísmo. (Hebreos 5: 11-14). Del mismo modo, un creyente que se aferra a un orden religioso externo, formal, en la cristiandad, también se verá impedido en su crecimiento. Luego, en Efesios 4, Pablo habla de los cristianos que permanecen como "niños" por no aprovechar los dones que Cristo, la Cabeza celestial, ha concedido a la Iglesia. (Efesios 4: 14). El propósito de estos dones es ayudar a los santos a entender la verdad y a andar conforme a ella. Luego estaban los corintios que eran "niños" por otro motivo, — la carnalidad al seguir a hombres. (1ª Corintios 3: 1-4). Ninguno de estos, obviamente, son encomiables. El único momento en que la niñez espiritual es aceptable es cuando una persona es joven en la fe, siendo recién salva. (1ª. Juan 2: 18-27).

 

EL HOMBRE MADURO

Maduro conlleva el pensamiento de 'perfecto' o 'crecimiento pleno'. Un hombre maduro no es uno que nunca comete un error sino un creyente que tiene un solo objeto en Su vida, — Cristo. (Filipenses 3: 13-15). Cuando el Señor venga, seremos hechos perfectos en todo el sentido de la Palabra. Ya no tendremos la carne y por lo tanto ya no fallaremos en nada. (Filipenses 3: 12; Hebreos 11: 40; Hebreos 12: 23). Pero hasta ese momento el deseo de Dios es que espiritualmente "lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños". (Efesios 4: 13, 14).

La costumbre de Pablo era hablar de la sabiduría de Dios "entre los que han alcanzado madurez". (1ª Corintios 2: 6). Comentando acerca de este versículo Hamilton Smith dijo: «El término ["madurez"] no designa simplemente a un creyente en contraste con un pecador. Dicho término es usado más bien para describir a un creyente adulto y maduro en contraste con aquellos de quienes el Apóstol habla como siendo niños». Ello significa que Pablo procuraba llegar a aquellos de su audiencia que estaban avanzando espiritualmente. Si ellos recibían su doctrina y eran edificados mediante ella a su vez podían presentarla a los demás cuando ellos podían recibirla. Pablo enseñó a Timoteo a hacer lo mismo. Él debía presentar la verdad a "hombres fieles" para que enseñaran también a otros (2ª Timoteo 2: 2). Aunque la mayoría de los corintios eran "niños" debido a su carnalidad, había algunos que eran "maduros" en este sentido. 1ª Corintios 16: 15-18 indica esto. Era a éstos a quienes Pablo procuraba comunicar el "alimento sólido" de la verdad, pero a los "niños" él los alimentaba sólo con "leche".

 

Perfil Escritural del Hombre Maduro (Perfecto).

1.       Tiene un solo interés en la vida, — Cristo. (Filipenses 3: 13-15).

2.       Toma alimento sólido y no sólo leche. (Hebreos 5: 11, 12).

3.       Anda en separación del mundo. (2ª Corintios 6: 14-17).

4.       Se juzga a sí mismo. (2ª Corintios 7: 1).

5.       Ha abandonado el judaísmo y todos sus principios judaicos. (Hebreos 6: 1-4).

6.       Es gobernado por la obediencia sencilla. (1ª. Juan 2: 5).

7.       Tiene un amor más profundo y amplio por los demás. (1ª. Juan 4: 11, 12).

8.       Está menos ansioso en la prueba. (Santiago 1: 2-4).

9.       Controla su lengua. (Santiago 3: 2).

10.    Es generoso con sus posesiones. (Mateo 19: 21).

11.    Anda en coincidencia con sus hermanos. (Juan 17: 21-23).

12.    Su servicio es conforme al pensamiento de Dios. (Hebreos 13: 21).

 

Algunas consideraciones prácticas

Podemos preguntarnos por qué es que algunos cristianos después de ser salvos, progresan rápidamente en las cosas divinas mientras que otros parecen progresar más lentamente con muchos altibajos. Si nosotros lo tuviéramos marcado en un gráfico la línea sería casi vertical para algunos mientras que para otros ascendería y descendería. Algunos imaginan que esto es debido a que todos tenemos distintos niveles de inteligencia. Otros dirán que ello tiene que ver con que, si usted es estudioso o no, — a menudo excusándose ellos mismos diciendo que no son lectores. Y además algunos piensan que usted necesita tener un don para ello y que no todos los cristianos lo tienen. Pero estos no son los motivos por los que unos crecen más rápido que otros.

Alguien dijo que el crecimiento espiritual es como encender una fogata. Usted puede colocar la leña de tal manera que cuando encienda el fuego este realmente prenda y arda bien. Pero usted también puede colocar la leña descuidadamente de modo que el fuego no enciende muy bien. Lo mismo ocurre en las cosas de Dios. Nosotros necesitamos tener ciertos principios a punto en nuestras vidas para que el Espíritu de Dios pueda tomar la verdad de Dios y aplicarla a nuestros corazones y conciencias para crear un crecimiento verdadero. Ya que hay un paralelo entre el crecimiento natural y el crecimiento espiritual nosotros necesitamos tener las siguientes cosas a punto en nuestras vidas, a saber,

Buen alimento, — alimentarse de Cristo en la Palabra de Dios. (1ª Pedro 2: 1, 2).

Aire fresco, — Respirar la atmósfera celestial de la comunión con Dios Padre y con Su Hijo. (Juan 14: 23).

Ejercicio regular, — Juicio propio mediante el cual toda cosa carnal es eliminada de nuestras vidas. (1ª Timoteo 4: 7).

Un entorno libre de contaminación, — comunión cristiana en separación del mundo. (2ª Corintios 6: 14-17; Hechos. 4: 23; 2ª Timoteo 2: 22).

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