sábado, 1 de junio de 2013

Los Ángeles: Satanás

4. Satanás.


1.    Nombres
            Los nombres indican características de las personas, por lo cual muchas veces, según sean sus experiencias, estos se cambiaban, tomemos por ejemplo a  Abraham que antes se llamaba Abram, o a Israel que tenía por nombre Jacob.  El nombre representa el carácter mismo  de la persona.  Ya hemos estudiado que ellos reflejan  particularidades  propias. Recordemos que Jacob significa “el que suplanta” y vemos que para conseguir la primogenitura  suplantó a su hermano Esaú (Génesis 25:6; 27:1-29).
            En el caso de la persona que venimos estudiando, es la importancia de conocer sus actividades a través de sus designaciones (nombres,  títulos y representaciones).

A.     Nombres
1.    Satanás.
            Esta palabra proviene del hebreo Satán y aparece 52 veces. Literalmente significa “adversario”, “enemigo” (Zacarías 3:1; Mateo 4.10; Apocalipsis 12.9, 20:2). Esto nos recuerda la oposición que hace contra la obra de Dios a través de intentos perversos y maliciosos.  Dicho de otra forma, el nombre indica rivalidad con Dios, cuyo propósito es construir un reino opositor.
            La oposición  de Satanás se manifestó en el Edén  (Génesis 3:15) al provocar la caída del hombre. En tratar de pervertir el camino de la venida del Mesías, eliminando (matando) a Abel por medio de Caín. De esta manera destruyó, según él, esas líneas genealógicas por donde vendría la simiente que lo derrotaría. Aunque  Caín quedó vivo, fue suyo (1 Juan 3:12). Pero Dios tenía otros planes,  derrotando a Satanás, ya que la línea venía por el tercer hijo,  Set.
            Vemos que no paró ahí sus artimañas, ya que logró atraer a los hijos de Dios a los lazos de  las hijas de los hombres, provocando que la raza humana se pervirtiera en todos los sentidos. Pero Dios tenía reservado a Noé y sus hijos. En Abraham, trató de forzar el hijo de la promesa  por medio de Ismael. En Israel al hacer que se desviaran a través del becerro de oro y posteriormente tras los dioses paganos. Al pervertir la línea real originada de Salomón; pero Dios tenía guardada la de Natán. Al intentar destruir a todos los Judíos en el imperio Persa; pero el valor de dos personas, Ester y Mardoqueo, venció el ataque. Al intentar desviar de su objetivo al Señor Jesucristo; pero el Señor Jesús puso su confianza en su Padre.
            En relación a los creyentes, los ataca a través de las ideas falsas (1 Timoteo 4:1; compárelo con Mateo 13:3); y la persecución (Apocalipsis 2:10) por diversos modos.as (1 Timoteo 4:1; compar el adversario de Dios.s, provocando que la raza humana se pervertiara en todos los
            En fin, ha buscado  todos los medios para ser el adversario de Dios y los sigue buscando, ideando métodos simples y complejos.

2.    Diablo.
            Esta palabra viene del término griego “diábolo”  y significa calumniador o el que causa tropiezo, y aparece 35 veces en la Escritura. Actúa maliciosamente diciendo falsedades destinadas a dañar la reputación de otra persona.
            Este ser ha procurado difamar a Dios y sus planes, y a los creyentes durante toda su existencia desde la caída de él mismo.
            Miremos el relato de la caída del hombre (Génisis 3:2, 4, 5). Ahí tergiversó las palabras de Dios, cambiándolas para que dijera casi lo mismo, pero al mismo tiempo sembrando la duda, dejando a Dios como mentiroso  y “tacaño” que no quiere compartir su posición y conocimiento (“seréis como Dios”, había dicho la serpiente).
            En el caso de los creyentes, la persecución  ha sido constante. Podemos observar como habla contra Job: “Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde?” (Job 1:9).  O como acusaba al sumo sacerdote Josué ante Jehová: “Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle. Y dijo Jehová a Satanás: Jehová te reprenda, oh Satanás; Jehová que ha escogido a Jerusalén te reprenda. ¿No es éste un tizón arrebatado del incendio?” (Zacarías 3:1-2). En caso de Pedro cuando se le profetizó que negaría a su Maestro, el Señor había dicho que Satanás sería el instigador de tan baja acción: “Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo…” (Lucas 22:31).  Pero llegará el momento en que ya no se le permitirá estar más ante la presencia de Dios para acusar a los creyentes: “Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche” (Apocalipsis 12:10)

3.    Lucero.
Del hebreo  “Helel” que significa resplandeciente, el que lleva la antorcha o porta antorcha.  Y la palabra de uso común  que usamos proviene del latín y es Lucifer (“que lleva luz”, “hijo de mañana”).
Este nombre de Satanás corresponde al periodo cuando no había en él pecado.  El nombre Lucero se menciona en  Isaías 14:12; y su función era de dar luz, de iluminar, como lo hacen las estrellas. Esta característica duró hasta que el pecado apagó aquella luz y la oscuridad  lo rodease por completo.

4.    Beelzebú 
La palabra proviene del hebreo Baal zebul, que quiere decir “Señor de las moscas” o “Señor de los que moran”. Este nombre proviene de  una deformación  de la palabra Baal Zebul (que significa  “Señor exaltado o de los lugares altos”) y corresponde a un insulto  a un dios falso al deformarle el nombre. En otras palabras, se burlaban de esta manera de ese dios falso. Este título se le daba los Israelitas a un dios filisteo y pasó a ser un título de Satanás.
Los Judíos  asociaron a este nombre al Señor Jesucristo, como que esta fuente obtenía el poder para sanar y echar fuera demonios, por lo cual  esos judíos estaban blasfemando contra el Espíritu Santo, esta blasfemia viene a ser un pecado imperdonable (Mateo 12:24-31).

5.    Belial 
La palabra  se usa en relación a  despreciable o maldad o indignidad, perversidad,  y describe en forma apropiada el carácter de Satanás, o, dicho de otro modo, como una personificación del mal.  El pasaje que describe este nombre  se encuentra 2 Corintios 6:15 y Pablo lo utiliza para marcar el contraste Cristo y Satanás, que no existe nada en común entre ellos,  así como el creyente con el  incrédulo.

B.     Títulos
1.      Maligno 
Este título describe a Satanás como alguien “que es propenso a pensar u obrar mal”, es decir, “que es una influencia dañina y perjudicial”, “que causa o puede causar un daño”.
La palabra en el original es expresiva porque ella denota un mal que causa trabajo, que causa dolor, tristeza.  En  palabras de un creyente que describe este tema: es “intrínsecamente perverso a quien no le satisface su propia corrupción sino que busca corromper a los demás” (C. Fred Diakason, Los ángeles escogidos y malignos).  Dado que este es el carácter esencial, la expresión representa a la perfección lo que él es.
            Encontramos esta expresión en palabras de Pablo y Juan: Efesios 6:16; 1Juan 2:13-14; 3:12; 5:18. Las que indican que se debe usar el escudo de la fe, porque este ser lanza sus flechas contra el creyente, aunque sabe que es un ser vencido, puesto que hemos aceptado al Señor Jesús como Salvador; lo que rechazan esta salvación, están bajo su poder. Recordemos que aunque una flecha se clave porque se ha bajado la guardia, no puede apoderarse de nosotros puesto que pertenecemos a Dios.

2.  Tentador
Se dice de este título porque es “quien induce a realizar acciones que están en contra de lo que Dios quiere para nosotros”; o es quien pone tropiezos a los creyentes para que estos caigan y poder acusarlos (compare con Job 1 y 2).
Si bien es cierto que Dios también pone a prueba (tienta), lo hace con la finalidad de demostrar cuan arraigada esta nuestra fe en Él. Veamos el caso de Abraham e Isaac. Al primero le fue ordenado sacrificar a su hijo. Perfectamente pudo haberse negado, pero no lo hizo, porque confiaba en su Dios (Génesis 22:1-14; Hebreos 11:17-19). Pero Dios mismo detuvo la prueba puesto que Abraham había salido victorioso.
En cambio, Satanás tienta con la finalidad de sacar del camino a los creyentes.  “Pone a prueba a los hombres en una lucha moral, incitándoles a hacer lo malo” (C. Fred Diakason, Los ángeles escogidos y malignos). En este sentido, tenemos como ejemplo como sucumbieron Adán y Eva, arrastrando  tras de sí a toda la humanidad en su caída.
Pablo tenía el temor que de los Tesalonicenses se hubiesen apartado del camino (vea 1 Tesalonicenses 3:5), porque producto de las persecuciones no pudo terminar la obra de adoctrinamiento o de instrucción de nuevos creyentes.
Otro caso en que gráficamente descriptivo de la obra del Tentador es en lo que respecta a la tentación que ocurrió sobre el Señor Jesucristo. De cómo el tentador tentó (Mateo 4:3)  y el Señor Jesús tuvo que soportar los embates de Satanás y como Él salió victorioso de cada uno de ellos.
El término griego es un participio presente, lo que indica que es una actividad continua y característica de él, es decir, siempre anda buscando tentar a un creyente.

3.    Engañador
Engañara es “dar apariencia  de verdad  a una mentira”. Dicho de otro modo, es “distorsionar la verdad”, es “producir una ilusión”.
Las tretas o engaños de Satanás surten efecto en muchas personas, por lo cual es consejo de Pablo de estar siempre preparado es acertado ayer y hoy (Efesios 6:11).  Podemos ver como utilizó el engaño en Adán y Eva  “¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?(Génesis 3:1) y Dios había dicho “De todo árbol del huerto podrás comer;  más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (2:16-17).
“Tres son los factores que hacen a Satanás maestro del engaño: La superioridad de su constitución de Querubín, su  gran conocimiento y experiencia y su capacidad de transformarse de mucha maneras” (C. Fred Diakason, Los ángeles escogidos y malignos).
El mismo Señor se refiere al él como “padre de mentira”, porque siempre ha sido esta su característica, y sus hijos  le creen (vea. Juan 8:44).  ¿No pasa lo mismo hoy, que es más fácil que crean a doctrinas extrañas que a las propias de la Escrituras?  (Vea Efesios 4:14 compare con 2 Timoteo 3:6).
Al igual que el termino anterior, la palabra es participio presente (Apocalipsis 12:9), por lo cual su acción es continua, él no se detiene en sus acciones.  Pero estas acciones serán detenidas par un tiempo (Apocalipsis 20:3) y definitivamente (Apocalipsis 20:8,10).

4.    Querubín.
“Querubín grande, protector” (Ezequiel 28:14). En el origen de su existencia poseía estos títulos, quedándole solo el primero. Vemos que  Miguel no pudo emitir “Juicio de maldición”, porque su rango (“arcángel”) es menor que el de Satanás, sino que lo dejó al Señor para que él lo reprendiese. (Judas 1:9)

5.      Acusador (Apocalipsis 12:10)
Se define acusador “como el que acusa o imputa un delito, una culpa o falta”. Por ejemplo, en nuestro sistema jurídico, tenemos al fiscal que acusa a un hechor ante los tribunales y busca una condena para su falta o delito.
Satanás siempre ha actuado así,  y para ello tiene acceso hasta Dios (Job 1:9-11; 2:4,5), donde aprovecha de acusar a los creyente (Zacarías 3:1,2). Pero si pecamos, sabemos que tenemos a nuestro abogado para con el Padre, así como defendía al sumo sacerdote Josué, así nos defiende: “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo” (1Juan 2:1-2).
Llegará el momento en que ya no tendrá más acceso a Dios para acusar a los hermanos, Juan nos indica: “Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche” (Apocalipsis 12:10).

6.    Príncipe.
A Satanás se le reconoce  príncipe  “de este mundo” (Juan 12:31; 16:11), príncipe de la “potestad del aire” (Efesios 2:2) y como príncipe de los demonios (Mateo 9:34; 12:24; Marcos 3:22; Lucas 11:15).
Como Príncipe de este mundo, Satanás tiene poder y autoridad: gobierna este mundo. En la tentación le entrega todos los reinos del mundo: “Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy” (Lucas 4:6). Pero esta entrega no era desinteresada, sino que exigía que se le reconociese por dios y él le adorase: “Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos” (v. 7).
Como “príncipe de la potestad del aire” (Efesios 2:2) nos muestra al líder que actúa en nuestro entorno, bajo la atmósfera, además indica el área en que actúa él  y sus ángeles caídos.  En  esta área  es donde tiene el control  que practica sobre los incrédulos.
Y por “príncipe de los demonios” podemos entender la posición de líder de su ejército demoniaco perfectamente organizado, que se dedica a esclavizar al ser humano sin Cristo por medios físicos (adicciones, sexo, etc.) e idolátricos (religiosidad, santería, ateísmo, etc.).

7.    Dios de este siglo
                Satanás  siempre  ha querido ser Dios, en su rebeldía quiso quitar esa atribución a Dios mismo (Ezequiel 28:11-19). Al ser echado del lugar de privilegio que poseía, no se conforma con su situación. Imita a Dios haciéndose pasar por Dios, consiguiendo que los seres humanos de estos tiempos (y los tiempos pasados) le adoren a él a través de representaciones falsas de la Deidad (ídolos).
            La gran cantidad de ídolos e imágenes que han existido y existen, también tiene la finalidad de empañar la propagación del evangelio. Dicho de otro modo,  están creados para que la gente no vea la salvación que Dios ofrece por medio del Señor Jesucristo. Pablo les decía los Corintios en su segunda carta: “Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”  (2 Corintios 4:4).
                Desgraciadamente, el incrédulo critica: “¿Cuál evangelio es el correcto?”   Y lo hace con razón. El mismo movimiento cristiano está siendo un estorbo para la predicación del verdadero Evangelio, ya que han salido una cantidad considerable de “versiones cristianas” que lo único que hacen es confundir y provocar que miren otro tipo de fe (llámese religión). Satanás, el Dios de este siglo, ha hecho daño y ha penetrado en las mismas asambleas (iglesias locales) con sus ideas divergentes. De esta forma estorba e impide que otros lleguen al Camino de Salvación.
            Si podemos expresar en pocas palabras: como “dios de este mundo” contra el pensamiento humano en todas las áreas con la única finalidad de oponerse a Dios como ya hemos dicho.
C.   Representaciones.
1.    Serpiente 
La serpiente representa la astucia y sagacidad. Ataca rápidamente mordiendo e inoculando el veneno, que en el caso de Adán y Eva fue mortal (Génesis 3:1ss).
“Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva,  vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo” (2 Corintios 11:3).
Al relacionar los dos pasajes anteriores podemos  compararlos con nuestra realidad y ver como repetidas veces nos “extraviamos”; y al retornar podemos ver  la “astucia” y malicia que utilizó para desviarnos. A veces exacerbando nuestras debilidades, aumentando nuestros dolores; un enojo o  rencor profundamente guardado que lo hace emerger en el momento propicio; etc. 
Por los años que han pasado desde el primer encuentro con la raza humana ha pasado mucho tiempo y a aprendido como  seguir atacando a los que no son suyos y seguir confundiendo a los suyos para que no vean la luz de la salvación. Por el dicho: “más sabe el Diablo por viejo que por Diablo”.  Por eso se le llama  “serpiente antigua”, no por el tiempo, sino por su capacidad de aprender e innovar en  los ataques.

2.    Dragón 
Esta metáfora habla de su naturaleza llena de ferocidad y lo horrible que es su persona. El dragón nunca ha tenido una representación hermosa, siempre provoca miedo; además su cuerpo es de color escarlata (de rojo intenso) para dejar en claro su condición de homicida  y sanguinario (Apocalipsis 12:3; Juan 8:44): la sangre de sus victimas cubre su cuerpo monstruoso y desfigurado.  
3.    Ángel de luz 
         En contraste con el punto anterior esta la expresión “ángel de luz” (2 Corintios 11:14), porque nos habla de una apariencia de belleza, pero encubre una carácter monstruoso y maligno.
 La expresión que encontramos en el pasaje citado, nos habla de la habilidad para engañar, ya que él siendo un ángel hermoso (característica que conserva)  puede engañar a los creyentes (cf. v15). Usando una expresión popular para describir lo anterior: “es un lobo con piel de cordero”.
Si se presentase en su verdadera condición monstruosa, todos saldrían corriendo despavoridos, por eso usa la astucia (como la serpiente) para usar un disfraz de belleza inusitada como es la de un “ángel de luz” y lo mismo hacen sus seguidores.

4.    León Rugiente
La figura “como león rugiente” (1 Pedro 5:8) nos habla de un ser hambriento que busca alimento para devorar y saciar su hambre. Para ello utiliza como medio las persecuciones, como estaba sucediendo en los días del apóstol Pedro.  O también la hostilización para que no se predique el evangelio y se quede callado.  En fin, ruge para dar temor y así el creyente tenga que ocultarse.

Debemos tener en cuenta que el rugido es una advertencia de que anda cerca y debemos tener el cuidado de acercarnos más al Señor, porque si sufrimos aquí reinaremos con Él (2 Timoteo 2:12).

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