El Fundamento de Nuestra Paz
Nuestra natural inclinación es de buscar en nosotros, o en nuestras cosas, algo que pueda constituir, junto con la sangre de Cristo, el fundamento de nuestra paz… Estamos inclinados a mirar los frutos del Espíritu en nosotros, como si fuesen el fundamento de nuestra paz, en vez de mirar a la obra de Cristo por nosotros... El Espíritu Santo no ha hecho la paz, es Cristo quien la ha hecho (Colosenses 1:19-20). No se nos dice que el Espíritu Santo sea nuestra paz, mas se nos dice que Cristo es nuestra paz (Efesios 2:13- 14). Dios no envió a predicar "la paz por el Espíritu Santo", sino "la paz por medio de Jesucristo" (Hechos 10:36).
Jamás podremos percibir con demasiada sencillez esta diferencia tan importante. Sólo por la sangre de Cristo obtenemos la paz, la justificación perfecta y la justicia divina. El es quien purifica nuestras conciencias, quien nos introduce en el Lugar Santísimo, quien hace que Dios sea justo recibiendo al pecador que cree, y quien nos da derecho a todos los goces, a todos los honores, y a todas las glorias del cielo. (Véanse Romanos 3:24-26; 5:9; Efesios 2:13-18; Colosenses 1:20-22; Hebreos 9:14; 10:19; 1 Pedro 1:19; 2:24; 1 Juan 1:7).
— (adaptado)
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