domingo, 28 de agosto de 2011

Doctrina Acerca de la Biblia


2. Teología Propia

La existencia de Dios.

Introducción.
           

            Todo ser humano tiene un padre y todos venimos de uno. Nadie se escapa de esta realidad. El sólo hecho de negar que tengamos uno, es negar nuestra propia existencia. Podemos no conocerlo, podemos estar disgustados con él,  pero sabemos que lo tenemos, que está en algún lugar. Por más que lo neguemos, tenemos un padre y que este existe, pues no somos producto del azar o de alguna teoría revolucionaria, o de alguna investigación científica.          
            La Biblia da por hecho la existencia de Dios, y  no busca probarla. Y esto queda claramente expresado en Génesis 1:1: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. Dios estaba presente al momento de la creación y por su sola voluntad hizo todo lo que existe: los Cielos y la Tierra. No necesitamos demostrar a nadie que Dios existe. Quién exija prueba, le basta mirar alrededor nuestro para darse cuenta de que Él existe: Toda la creación habla de Él.
            Si nos miramos al espejo, vemos a nuestros padres, ya heredamos características propias de ellos: sus gestos, sus modos de andar, el habla, etc.  El  mundo necesita que le prueben constantemente que Dios existe, pero deben mirarse al espejo para darse cuenta que tienen en su ser características propias de su Padre celestial, y por lo mismo procura escapar de ese espejo, que revela no sólo esas características heredadas, sino el estado deplorable en que se ha convertido, a consecuencia de los vicios nocivos del pecado.
            La existencia de Dios es presentada en la Biblia como un axioma, de modo que no existe la necesidad de presentar ninguna prueba. De hecho, es el hombre el que ha negado en forma sistemática la existencia de Dios; y Dios mismo dejó expresamente escrito en su Palabra lo que Él piensa del hombre que está en esta postura: simplemente le llama necio (Salmo 14:1). Y en contraste  con el pensamiento del hombre (que Dios es un ser creado por el hombre para satisfacer una necesidad interior), Dios es el que existe en si mismo (Éxodo 3:14)  y el origen de toda vida (Juan 5:26).
            El ateísmo es la doctrina del hombre quiere poder explicar todas las cosa y racionalizarlas; dice que no existe Dios porque no puede  demostrárselo a si mismo. Buscan desesperadamente explicaciones en la ciencia, y esperan que ella demuestre que están en la razón de no creer. Buscan desesperadamente de conocimiento para llenar el inmenso vacío que deja la falta de Dios en sus corazones. La ciencia no puede dar respuestas a todas las preguntas que el hombre se hace: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? Porque estas preguntas provienen de lo más profundo del ser humano, y atentan con todo lo racional que es el hombre y su doctrina “científica”.
            Los que argumentan que Dios no existe y que no puede ser demostrado a través del razonamiento de la ciencia, no han tenido en cuenta que “el hecho de que  fuesen algunos ciegos, cojos, mudos y sordos, tampoco probaría que es errónea la afirmación de que el hombre es una criatura que ve, oye, habla y camina”. Ó que en algunas naciones no se conozca las tablas de multiplicar, no se echa por tierra la aritmética.
            Si este hombre que busca explicaciones para todas las cosas, no entiende que la misma ciencia habla de Dios. Pero aun con las abrumadoras pruebas que ellos mismos han expuesto, ni aun así quieren creer en un Creador y prefieren, en forma de abierta rebeldía, entender que todo es producto del azar y que todo tiene un razonamiento que explica los fenómenos de la naturaleza. Pero a pesar de estos razonamientos, se puede afirmar que la ciencia misma demuestra que Dios Existe: por ejemplo, que los números nos hablan de Dios a través de las leyes de naturaleza. Un afamado ateo (Anthony Flew), ícono y seguido por muchos, ha admitido que la prueba científica señala la existencia de Dios, a través de la  investigación biológica, donde los últimos descubrimientos de esta especialidad "ha mostrado, por la complejidad casi increíble de los acomodamientos que son necesarios para producir (la vida), que una inteligencia debió estar envuelta".
            Las escrituras reconocen que el hombre conoce la existencia de Dios de alguna manera (Romanos 1:18-20). Por lo tanto, aunque profesando un racionalismo y una mayor inteligencia que sus padres, en vez de buscar a Dios “se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido” (Romanos 1:21). De modo que al demostrar que son más sabios al negar la existencia de Dios o de cambiarlo por otras formas (humanas, aves, animales y reptiles),  se hicieron más necios (cf. Romanos 1:22-23).
           
Argumentos que demuestran la existencia de Dios.
            Dada la degeneración moral, el hombre se oculta de Dios (Gen 3:8), y lo niega. Es como un ciego, que porque no ve nada y está sumido en una oscuridad,  negase que la luz exista, porque simplemente no la ve. En su incredulidad, tal vez exigirá que se le demuestre que Él existe. ¿Cómo se demuestra que la luz existe? Dios no necesita ser demostrado. Dios es como La belleza puede mostrarse pero no probarse.
            Lo que queremos dar a entender, al hablar de la prueba de la existencia de Dios, es sencillamente que existen hechos necesarios en el pensamiento, lo que nos elevan de los finito a lo infinito, de lo causado a lo que no tiene causa, de lo contingente a lo necesario, del interior al exterior del ser, de la razón que  supone la estructura de nuestro universo, a una razón universal y eterna que es la base de todo, de la moralidad de la conciencia un Legislador y Juez moral. Las pruebas teóricas a este respecto forman una unidad inseparable.
            Un destacado estudioso dijo: “La religión no es el resultado de las pruebas de la existencia de Dios, ni será destruida porque éstas sean insuficientes en la mente de algunos. La religión existió antes de todo argumento. En realidad la hermosura de la religión está en que impele a buscar toda confirmación posible de la realidad de Dios.”
            La siguiente lista de argumentos que se muestra, tiene por objeto, de alguna manera, demostrar la existencia de Dios:
a)     La Humanidad siempre ha creído en un ser supremo
b)     Argumentos cosmológico: Causa – Efecto
c)     Argumento Teleológico: Designio
d)     Argumento Ontológico: Ser
e)     Argumento Antropológico: Moral
f)      Argumento de Congruencia
g)     La Biblia

a)      La Humanidad siempre ha creído en un ser supremo
            En todas las culturas, ya sea desde las más conocidas se ha evidenciado que el hombre cree  en la existencia de un ser o seres superiores para con los que tiene responsabilidad moral, en honor de los cuales tiene que hacer algo para obtener su propiciación o para obtener favores de ellos. Es evidente que hasta las culturas mas primitivas (medidas del punto de vista de nuestro conocimiento) tiene el conocimiento de “Dios”, de hecho,  se pensaba que las tribus del interior del áfrica no tenían noción acerca de Dios, pero Livingstone los estudió cuidadosamente y concluyó que si tenían noción de Dios. Entonces, ¿de dónde procede esta creencia Universal en la existencia de Dios?
            Podemos concluir, que Esta creencia a cerca de Dios NO procede de causas externas como la razón, la tradición y las escrituras. ¿Por qué?
·         La razón. Porqué las personas no se han tomado el tiempo  de razonar. Porqué otros que han razonado, han negado abiertamente a Dios o lo han aceptado. Porque la creencia no es el resultado de los argumentos de lógica, o de lo contrario la Biblia estaría llena de pruebas.
·         Tradición. Porqué la tradición no puede perpetuar más que lo que ya ha tenido principio. En otras palabras,  se convierte en tradición sólo aquello que hemos iniciado en algún punto de nuestra historia, aquello que es eterno no cabe en esta definición.
·         Escrituras. Porqué Si el hombre no tiene algún conocimiento de Dios, la misma escritura no tendría ningún significado (autoridad) para el hombre. Además la idea de la escritura como revelación presupone la creencia en un Dios que pueda hacerla. En conclusión, la Revelación necesariamente supone la existencia de Dios.
            Todos los hombres en todas partes cree en la existencia de un ser supremo, o seres, para con los que tienen responsabilidad Moral, y esta misma  afirmación es un argumento muy fuerte a favor de esta verdad. Un efecto tan universal debe por necesidad tener una causa universal, de lo contrario nos encontraríamos  con un efecto al que no podríamos asignar causa alguna. Por consiguiente, son los que niegan la existencia de Dios los que están en la obligación de buscar una prueba.
            Los hallazgos arqueológicos han sacado a la luz la religiosidad del hombre desde tiempos arcaicos, siendo los ídolos encontrados, sólo una prueba de que el hombre siempre ha adorado a alguien o a algo como ser supremo, y que estas imágenes fueron el pálido reflejo de imitar la adoración al verdadero Dios.
            Las religiones idolátricas son una mala copia de la verdadera fe. Siempre el enemigo ha imitado al verdadero Dios, y al crear religiones está imitando al verdadero Dios.  Cuando Israel se separó de Judá bajo el reinado de Roboam bajo la guía de Jeroboam, y éste temiendo que el pueblo que estaba bajo su mando volviese a juntarse a Judá, instituyó una nueva religión, reemplazando la adoración a Jehová por la de ídolos, suplantando incluso las fechas festivas que Dios le había dado en ordenanzas a su pueblo (cf. 1 Reyes 12: 25-33).  
            A modo de conclusión, usaremos las palabras de un  creyente que dijo: “El hombre es religioso simplemente porque está constituido de tal manera que para él ser religioso es lo natural, y ser irreligioso o no religioso es antinatural”. Y el que intente alegar lo contrario, simplemente tendrá de buscar la forma de demostrarlo, pero contestando al mismo tiempo todas las interrogantes que se responden con la existencia de un ser Supremo.
Continuará.

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