sábado, 2 de febrero de 2013

Los Ángeles. El ángel de Jehová


Algunos pasajes de Estudio (Continuación)



Números 22:31-35
            Balaam iba a donde Balac lo había citado, no con la finalidad de bendecir a Israel, sino todo lo contrario. Balac le había ofrecido mucho honor si hacía lo que él quería. Dios le había indicado que fuera donde era requerido, y que dijera lo que Él le comunicara.  Pero en el camino, mudó el propósito, de modo que el Ángel de Jehová, que defendía a su pueblo, intentó detenerlo, pero la asna lo salvó yéndose por otro lado; y de modos  similares lo salvó otras dos veces. Él la golpeó; pero el Ángel de Jehová le dio el habla, y sucede una conversación entre los dos.  El Ángel se mostró ante Balaam y le declaró su propósito. Balaam conoce el propósito del Ángel para con él. Este reconoce su pecado e intenta enmendarse, pero se le encomienda seguir su camino y solo decir lo que el Ángel de Jehová le dijese.
            Del relato podemos desprender:
1.      Modifica la naturaleza de un animal para que pueda hablar, denotando  que es todopoderoso.
2.      Balaam hace reverencia y se humilla ante un ser superior.
3.      Balaam reconoce  que había pecado contra él; nótese que el pecado o el mal proceder fue ante él y no “delante de Jehová”.
4.      Le ordena seguir, pero dirá solo las palabras que él le indique.
5.      Balaam le dice a Balac que solo dirá "la palabra que Dios pusiere en mi boca." Nos deja saber que las palabras del ángel son las palabras de Dios. 

Josué 5:13-15
            Josué había pasado el Jordán con los Israelitas. Los reyes de los amorreos  y de los cananeos sintieron temor, porque Jehová les había dado paso franco hacia la tierra del este del Jordán. Pero ellos no podían seguir conquistando sin que se quitasen de encima el oprobio, debían cumplir el pacto que había hecho con  Abraham: se circuncidaron. Todos los que habían nacido en el desierto, debieron ser circuncidados. Y llamaron aquel lugar Gilgal.
            Pasado los días de recuperación, ellos celebraron la pascua. Y al día siguiente, ellos comieron de los frutos de la tierra; y el maná cesó por completo.
            Seguramente Josué había salido a mirar a Jericó, ya que era la ciudad que la iban a atacar luego. Seguramente miraba los muros y pensaban como iban a entrar. En eso, sintió la presencia de alguien y vio a un varón que estaba ante él y con la espada desenvainada.  Josué hace una pregunta obvia: Si estaba con el pueblo o era de los enemigos.

         En la respuesta encontramos:
1.                  Príncipe del ejército de Jehová. No era un Ángel cualquiera. Era alguien que detentaba realeza. La palabra usada en hebreo es “sar” y da la idea persona jefe, capitán, caudillo, general, jefe, etc. (Strong)
2.                  Acepta la adoración. No se trata de un ángel principal, o Gabriel, ya que estos no aceptan adoración, como podemos verlo en el apocalipsis (Apocalipsis 19:10; 22:9). La palabra hebrea shakha, corresponde o indica adoración, ya que la persona se inclina ante otra.
3.                  Le indica a Josué que se saque los calzados, porque el terreno que pisaba era es Santo. Lo primero que nos recuerda es cuando el Ángel de Jehová habló desde la zarza (Éxodo 3:5).

Jueces 6:12-24
            En este pasaje encontramos que el Ángel de Jehová visita a Gedeón, porque  necesitaba enviarlo a una misión. Esto por que los hijos de Israel se habían apartado de Jehová y habían seguido a los ídolos.  Dios los apremió por la opresión de los pueblos vecinos. Los israelitas clamaron a Jehová y este los oyó. A modo de respuesta les envió un profeta para alentarles  y al Ángel de Jehová.
            ¿En que notamos que este Ángel es el mismo Jehová? En que claramente en el versículo 14, Jehová les responde a la pregunta formulada, tal vez, no la respuesta esperada. En el versículo 16 también queda claro que él es Jehová.
            Por último, el sacrificio que preparó Gedeón, era con el objeto que Dios le diese una señal  de que había estado con él y el le había encomendado  la misión de rescatar a Israel de los enemigos. Cuando el sacrificio estuvo listo,  el Ángel mismo le  indicó como debía disponerlo, de modo que con el caldo, se mojó todo, inclusive la leña.  Con sólo tocar la carne y los panes, fuego  subió de la peña, que consumió la ofrenda. 
            Podemos darnos cuenta que el Ángel era Dios mismo, ya que había aceptado el sacrificio, y además le  había visto el rostro, y Dios mismo tuvo que darle la calma y la paz, ya nadie podía ver el rostro de Dios y vivir, tal como le había dicho a Moisés, y solo le mostró su espalda (Éxodo 33:23).

Jueces 13:1-25
En la historia que nos cuenta este capítulo, es la visita del Ángel de Dios a la esposa de Manoa, que después es reconocido como el Ángel de Jehová. El le da un mensaje de parte de Dios a la mujer de Manoa, que daría a luz un hijo. Ella era estéril, por lo cual la revelación del ángel tiene que haber sido impresionante. Pero el ángel no le da tiempo a su reacción, sino que le dice que debe hacer ella durante el embarazo y cual será la condición del niño que nazca: ella no beberá nada procedente  de la vid ni sidra, y el niño será nazareo, consagrado desde el vientre de la mujer.
Manoa no estaba en el momento de la revelación, e inmediatamente oró a Jehová para que la visita se repitiese. En efecto, Dios concedió la petición de Manoa. El Ángel de Jehová volvió a manifestarse ante la mujer, y la mujer le avisó a Manoa.  Manoa le hace las preguntas respectivas,  a las cuales le responde lo mismo que ya se había dicho.
En un acto propio de los orientales, lo invita a comer del pan (su comida), pero el Ángel rehúsa hacerlo, pero le indica que si era su deseo hacer un sacrificio, que éste fuese ofrecido a Dios mismo.
Manoa le pregunta el nombre del Ángel, y este le responde de porque pregunta por su nombre, que es Admirable.  El Ángel, al igual que con Gedeón, hizo brotar fuego que consumió el holocausto y la ofrenda de harina. En un acto seguido, el Ángel sube por la misma llama y desaparece. Con este hecho, ellos se dieron cuenta que habían estado en la presencia del Ángel de Jehová, y que habían visto a Jehová.
            Cabe destacar dos situaciones  de este pasaje: La primera es cuando Manoa quiere saber el nombre del Ángel de Jehová y la respuesta que éste le da:
El versículo en sí contiene una controversia, ya que la palabra “admirable” se puede tomar en el sentido de adjetivo, por lo cual hay autores (como  Matthew Henry) que apuntan que el Ángel quiso decir que no podía decirles  el nombre, porque era demasiado sublime, admirable. Y en el modo de sustantivo (por ejemplo, William Macdonald), que corresponde al nombre en la persona, y esto lo comparan con Isaías 9:6, donde se indican los nombre del Mesías que iba a nacer. En relación a esto, podemos agregar que los orientales ponen sus nombres de acuerdo a las características de la persona, es más, vemos en la Biblia casos que sus nombres son cambiados, por ejemplo, de Jacob a Israel, de Simón a Pedro, etc.
La segunda característica, corresponde al hecho que los esposos se dieron cuenta que habían estando ante la presencia de  Jehová y tuvieron mucho temor. Pero al haber hecho el holocausto, y el haberlo aceptado, ellos no morirían, sino que habían sido llamados para un propósito.
Como reflexión, cuando los discípulos le dijeron al Señor que les mostrara al Padre, y el Señor le dice, que tanto tiempo que estaba con ellos y no lo habían reconocido. El y el Padre son uno solo.
A modo de observación: Esta vez el Ángel dirigió el holocausto a la persona misma de Jehová, lo encausó en quien debe recibir todo el honor.

1 Crónicas 21:14-30
Otra vez se muestra el Ángel de Jehová, pero esta vez ejecutando el juicio de Dios sobre Israel por el pecado cometido por David al censar a Israel. Era algo que Dios había prohibido expresamente. (cf. Número 1:2-3; 26:2-4)
El pecado consistía al enumerar al pueblo, es decir, consistía en satisfacer su amor propio, era con el propósito de averiguar el número de guerreros que podría reunir para algún plan de conquista proyectado.
            Cuando Jerusalén iba a ser destruida por el Ángel, Dios se “arrepintió”, de modo que detuvo la destrucción. David vio a este ángel con la espada desnuda en la heredad de Ornán (Arauna)  jebuseo.  El y los ancianos se inclinaron a tierra cubiertos de cilicios.
            David tuvo que adquirir esta heredad para poder hacer un altar y hacer un sacrificio y ofrendas de Paz.  Y Jehová habló desde el cielo por medio del fuego del altar del holocausto. Sólo entonces el Ángel de Jehová guardó su espada en la vaina.

Zacarías 1:9-14
            Entonces dije:   ¿Qué son éstos,  señor mío?  Y me dijo el ángel que hablaba conmigo: Yo te enseñaré lo que son éstos. Y aquel varón que estaba entre los mirtos respondió y dijo: Estos son los que Jehová ha enviado a recorrer la tierra. Y ellos hablaron a aquel ángel de Jehová que estaba entre los mirtos,  y dijeron: Hemos recorrido la tierra,  y he aquí toda la tierra está reposada y quieta. Respondió el ángel de Jehová y dijo: Oh Jehová de los ejércitos,   ¿hasta cuándo no tendrás piedad de Jerusalén,  y de las ciudades de Judá,  con las cuales has estado airado por espacio de setenta años? Y Jehová respondió buenas palabras,  palabras consoladoras,  al ángel que hablaba conmigo. Y me dijo el ángel que hablaba conmigo: Clama diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Celé con gran celo a Jerusalén y a Sion.
     Podemos notar dos características en este pasaje de Zacarías:
1.    Intercede  por Jerusalén
2.    Son dos personajes perfectamente definidos, ya que el Ángel de Jehová  plantea una pregunta a Jehová.

Zacarías 3:1-3
            Me mostró al sumo sacerdote Josué,  el cual estaba delante del ángel de Jehová,  y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle. Y dijo Jehová a Satanás: Jehová te reprenda,  oh Satanás;  Jehová que ha escogido a Jerusalén te reprenda.   ¿No es éste un tizón arrebatado del incendio? Y Josué estaba vestido de vestiduras viles,  y estaba delante del ángel.
                        En este cuadro tenemos  a un ángel acusador (Satanás), al Juez Jehová, y el Ángel de Jehová defendiendo a sumo sacerdote Josué. Por lo cual, tenemos  para resaltar que aquí, Jehová reprende a Satanás.  Lo interesante es ver que el Ángel de Jehová es Jehová mismo y también se llama Jehová.

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