domingo, 3 de noviembre de 2013

Doctrina: Los demonios

2.     Características
            Estos seres reúnen las mismas características que los ángeles de Dios, pero su condición moral es lo que hace la gran diferencia. Podemos encontrar, entre otras, cuatro características de ellos:

·         Espíritus.
El  mismo Señor Jesucristo declara que ellos son espíritus: “Volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. Y les dijo: Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo. He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos” (Lucas 10:17-20). Por lo cual, si ellos son de esa condición, poseen características  que son propias de los ángeles de Dios, es decir, poder engañar a los seres humanos haciéndose pasar por ángeles  de luz (2 Corintios 11:14).
En esta condición inmaterial ellos pueden tomar posesión de los cuerpos de los seres humanos. Si ellos tuviesen una condición material como lo son nuestros cuerpos, estarían sujetos a las leyes de la física y nunca se habría producido lo que nos cuenta Mateo: “Y cuando llegó la noche, trajeron a él muchos endemoniados; y con la palabra echó fuera a los demonios…” (Mateo 8:16). Es decir, le llevaron a él a personas que estaban poseídos por estos ángeles caídos, y Él expulsó a los demonios de esos cuerpos que sufrían por un contacto tan heterogéneo.

·         Localizados, No omnipresentes
Estos seres espirituales no poseen la capacidad de Omnipresencia que es propia de la divinidad. Ellos están sujetos a las mismas limitaciones que están sujetos los ángeles. Si revisamos el caso de los gadarenos (Mateo 8:28-34) vemos que ellos cuando vieron  al Señor supieron de quien se trataba y no pudieron estar en otro lado al mismo tiempo, escapando de una majestad tan imponente como la que poseía Jesús de Nazaret. Sin embargo ellos sabían con quien se estaban enfrentando y a quien debían obedecer.

·         Son Inteligentes, no son Omniscientes
            La inteligencia de estos seres, y en general, de los ángeles es superior a la del ser humano.  No son seres sin una capacidad pensante o de reconocimiento de las personas. En el caso de los gadarenos, ellos reconocieron  al que se acercaba que era el propio Señor Jesucristo, no por demás se expresaron del siguiente modo: Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo? (Mateo 8:29) Y Marcos relata otro caso similar: “diciendo: ¡Ah! ¿Qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios” (Marcos 1:24). O cuando una muchacha con espíritu de adivinación reconoció a Pablo y su cometido: “Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación” (Hechos 16:17). 
            Es tal la inteligencia que han logrado construir una compleja red  de doctrinas para obstruir y tapar el verdadero camino que entrega el evangelio de nuestro Señor Jesucristo y muchos seguirán estas doctrinas: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1Timoteo 4:1). Solo basta mirar a nuestro alrededor para darnos cuenta la diversidad de iglesias “cristianas” que ofrecen sus “productos” doctrinales para atraer nuevos conversos y llevarlos a la condenación.

·         Son poderosos, pero no omnipotentes
Hemos visto que los ángeles de Dios son poderosos, que poseen una fuerza mayor que  la de los seres humanos, y nos vasta recordar,  para graficar esto, al  ángel que removió la piedra que sellaba la tumba de nuestro Señor Jesucristo. Estos ángeles caídos poseen  capacidades sobre humanas que hacen que algunos cuerpos tengan fuerza sobre humana, por ejemplo, romper cadenas (Marcos 5:3-4); o doblegar a la persona ha hacer cosas contra su voluntad como para matarle (Marcos 9:22).
Aun con todo el poder superior al ser humano, no son omnipotentes, no tenían todo el poder, sino  que debieron obedecer al que sí lo tenía (Marcos 9:25; Mateo 15:28, etc.).  Y los mismos detractores reconocían que los demonios no eran omnipotentes, porque ellos no pueden dar sanidad, por ejemplo, “abrir los ojos de los ciegos” (Juan 10:21).

·         Creen.
            Los ángeles caídos se caracterizan por creer  en Dios plenamente y tiemblan ante Él (Santiago 2:19), no ponen en duda su existencia como el caso del hombre. Si recordamos lo que los demonios le reclamaban al Señor “¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?” (Mateo 8:29). Ellos están completamente enterados de cual es su destino final.

3.     Nombres y Cantidad
            Podemos encontrar las siguientes designaciones con referencia a los ángeles caídos, todas ellas nos hablan de su condición posterior a su caída.
·         Espíritus inmundos (Marcos 1:23)
·         Espíritu mudo y sordo (Marcos 9:17, 25)
·         Espíritu de adivinación (Hechos 16.16)
·         Espíritu maligno (Lucas 7:21)
·         Demonio inmundo (Lucas 4:33)
·         Espíritus engañadores (1 Timoteo 4:1)
            Se piensa que el total de ángeles que cayeron por causa del pecado del Satanás, fue la tercera parte de todos ellos. Esto basado en el pasaje de Apocalipsis 12:4 que dice: “y su cola [la del dragón] arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo,  y las arrojó sobre la tierra” (Apocalipsis 12:4).

4.     Actividad
           Estos ángeles caídos están bajo la dirección de Satanás y obedecen las órdenes que este les da.

a.      En relación  con el Hombre
            Especialmente la actividad de estos seres malévolos es controlar al hombre para que no puedan llegar a los pies del Salvador. Para ello han ideado diversas maneras, por medio de enfermedades, aflicciones, posesiones, influenciar sobre las personas y engañar a naciones completas.

i.      Causan enfermedades
            Muchas de las enfermedades pueden ser producto de los actos de estos seres demoniacos.  El mismo Señor lo sugiere. En un día de reposo, en la sinagoga que visitaba “había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad,  y andaba encorvada,  y en ninguna manera se podía enderezar” (Lucas 13:11). El mismo Señor la sana poniendo la mano sobre ella.  Y Él mismo indica que  Satanás la había atado por 18 años (v. 16).
            Se evidencian otros pasajes que describen enfermedades Mateo 9:32-33; Mateo 12:22; Mateo 17:14-21; Marcos 9:20.

 ii.      Aflicciones
            La vida de Job estuvo marcada por dos situaciones que le afligieron profundamente como fue la pérdida de sus hijos y sus posesiones (Job 1:6-22). Luego vino la sarna en su cuerpo. Ambas situaciones fueron acciones de Satanás sobre Job. Y Pablo tenía un “aguijón en la carne” (2 Corintios 12:7),  que identificaba como un mensajero de Satanás.
            En ambos ejemplos, fueron aflicciones que Satanás  o un ángel caído las provocaba, pero siempre fueron permitidas por Dios con una finalidad, en el caso de Job para que surgiese un nuevo hombre o se que se evite que el hombre de Dios  se enaltezca demasiado.

iii.      Posesiones
            Se entiende  por esto como un estado en el cual uno o más espíritus malignos o demonios habitan en el cuerpo del ser humano, siendo capaces de tomar el control absoluto de su víctima y voluntad (Unger). A las personas que están en estas condiciones se denomina endemoniados.
            Estas posesiones pueden ser de diferentes modos. El endemoniado de Gadara (Mr 5:1-17) es un caso en donde se encontraba totalmente trastornado y fuera de sus cabales. Estos seres le daban una capacidad sobre humana, permitiendo romper las cadenas.
            En relación a este pasaje podemos sacar las siguientes conclusiones que no están lejos de  los que en nuestro tiempo han sido poseídos.
1.      Tienen un espíritu inmundo (v.2)
2.      Fuerza extraordinaria (v. 3)
3.      Arrebatos de Violencia (v. 4)
4.      Desintegración o división de la personalidad (v. 6,7)
5.      Odio a las cosas espirituales (v.7)
6.      Sensibilidad excesiva, ejemplo, la clarividencia ( v. 7)
7.      Alteración de la voz (v. 9)
8.      Transferencia corporal (v.13)
            Otro caso que conviene destacar para tener cuidado es de la clarividencia o los supuestos poderes de adivinación de las personas. Hay un pasaje en la Escritura que muestra a una joven que poseía esta facultad de adivinar. Pablo expulsó a este demonio en el nombre del Señor Jesucristo (Hechos 16:16-18).  Por tanto, las personas que detentan estas facultadas están poseídas por demonios que le dan habilidades que no son naturales, sin que por ello muestren manifiesta violencia y sin control como el caso del endemoniado de Gadara.

iv.      Influencia la mente.
            Influenciar es direccionar sutilmente hacia una dirección definida. De esta forma han guiado a la humanidad en dirección opuesta a la que Dios había determinado. Eva fue influenciada por Satanás a desobedecer a lo que Dios había establecido como mandamiento (Génesis 3:1-5; 2 Corintios 11:3).
            En 1 Crónicas 21:1 se ve que Satanás  incitó a David a pecar contra Dios censando a Israel y Dios (que había permitido este acto de Satanás, 2 Samuel 24:1) se enojo y castigó por esta falta al pueblo de Israel (1 Crónicas 21:7).
            Incluso cuando poseemos un corazón no sujeto a Cristo, en el cual no existe un conocimiento de Dios,  sino que  poseemos  “celos amargos y contención” en nuestros corazones, jactándonos  y mintiendo contra la verdad, estamos participando de una  sabiduría que no es la que desciende de lo alto,  sino  que es terrenal,  animal y de origen  “diabólica” (Santiago 3:14-15; 2 Corintios 10:5).

  v.      Engañan a las personas.
            Cuando el Señor explica la parábola del Sembrador, dice:”Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino” (Mateo 13:19). Estos seres se han especializado en lograr desviar a las personas del camino de salvación  introduciendo multitudes  de caminos: unos son por la negación absoluta de todo lo divino, como el ateísmo, el agnosticismo; y otras es de fomentar distintos tipos de cristianismos que se apartan de la verdadera doctrina cristiana; y otras de fomentar la fe oriental como lo propagan los seguidores de budismo, taoísmo, o alguna otra filosofía oriental; etcétera.  Y cuando reciben alguna palabra del evangelio verdadero, rápidamente es quitada del corazón de esa alma, es decir,  las aves vinieron y se comieron esa preciosa semilla, porque antepusieron sus creencias a lo que el evangelio les enseñaba.
            ¿Y en los creyentes?  También son sujetos de engaños. ¿Cuántos se han apartado de nosotros para seguir en una congregación más a fin a sus ideas? Algunos han despreciado el verdadero evangelio para ir a lugares donde son “más espirituales” y  allí pueden “desarrollar” sus aptitudes. Un ejemplo lo encontramos en la  primera carta a los de Tesalónica. Pablo temía por los de tesalónica que ellos fuesen engañados por el tentador, y les escribe después, más calmado por los informes de Timoteo: “Por lo cual también yo, no pudiendo soportar más, envié para informarme de vuestra fe, no sea que os hubiese tentado el tentador, y que nuestro trabajo resultase en vano” (1 Tesalonicenses 3:5). Sin embargo, estos nóveles creyentes habían permanecido en la verdad, sin apartarse a pesar de los vacíos doctrinales que poseían y que fueron corregidos por la presencia de Timoteo y de las dos cartas escritas para ellos.

vi.      Engañan a las naciones
            Después de que el sexto ángel derrama su copa sobre el Éufrates, “de la boca del dragón, y de la boca de la bestia, y de la boca del falso profeta [salen], tres espíritus inmundos a manera de ranas; pues son espíritus de demonios, que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo, para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso” (Apocalipsis 16:13-14). Estos espíritus logran convencer a los dirigentes de las naciones, usando sus capacidades superiores, para que envíen sus soldados a pelear contra Jerusalén y contra su Rey, el Señor Jesucristo, una vez que haya vuelto (vea Apocalipsis 19:11-21).

b.     En relación con Cristo
            Al leer los evangelios podemos visualizar que en el ministerio del Señor Jesucristo, Él se encontraba a menudo con estos seres que poseían y lastimaban a las personas. Desde el comienzo  le eran llevados  estas personas “endemoniadas” (Mateo 4:24) de todos los lugares a donde Él se encontraba predicando. O si llegaba a algún lugar, se encontraba con ellos, como el de Gadara, lo reconocieron como el Hijo de Dios y pidieron clemencia (Mateo 8:28-34).  
                Ante la sola orden de Él, ellos debían obedecer y salir del ser humano poseído. Incluso los discípulos, en el nombre del Señor, pudieron echar los demonios de las personas (Lucas 10:17), incluso un hombre desconocido utilizaba la autoridad del Señor para hacerlo (Lucas 9:49).  Y después que el Señor hubo resucitado, estos espíritus malos reconocían al apóstol y la autoridad que tenían para hacerlo, pero a quienes no tenían esta autoridad, eran duramente tratados,  tal como nos cuenta el libro de los Hechos: “Había siete hijos de un tal Esceva,  judío,  jefe de los sacerdotes,  que hacían esto. Pero respondiendo el espíritu malo,  dijo: A Jesús conozco,  y sé quién es Pablo;  pero vosotros,  ¿quiénes sois? Y el hombre en quien estaba el espíritu malo,  saltando sobre ellos y dominándolos,  pudo más que ellos,  de tal manera que huyeron de aquella casa desnudos y heridos (Hechos 19:14-16).

c.      En relación con Dios
            Brevemente diremos que ellos han estorbado la obra de Dios desde el comienzo de la humanidad y provocando la caída del hombre en pecado.
            Lo anterior no quiere decir que Dios ha perdido el control de la situación, sino que ha permitido el actuar de ellos conforme a sus propias finalidades. En algunos casos se le ha permitido poner “las manos” encima de los creyentes para que aprendan  algunas lecciones, como el caso de Job, y su vida sea como Dios quiere que sea.

5.     Destino final
                Ellos mismos dijeron al Señor: “¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo? …Y le rogaban que no los mandase ir al abismo” (Mateo 8:29; Lucas 8:31). Es conocido de ellos que deberá llegar el momento que todos ellos sean condenados, como ya lo son algunos de ellos: “Y a los ángeles que no guardaron su dignidad,  sino que abandonaron su propia morada,  los ha guardado bajo oscuridad,  en prisiones eternas,  para el juicio del gran día” (Judas 1:6).

            Ellos no pueden ser redimidos como lo es el hombre, porque ellos por su propia voluntad se revelaron contra su creador, en cambio, el hombre fue inducido a pecar. Por lo cual, no hay obra expiatoria como la que hizo el  Señor Jesucristo por la humanidad. Un solo destino les es reservado: el Juicio y la condenación por sus actos.

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