lunes, 1 de junio de 2015

EL REINO DE MIL AÑOS (Parte I)


         La esperanza cristiana, está en la venida del Señor para operar la primera resurrección - la resurrección de entre los muertos - y la transformación de los creyentes aun en vida sobre la tierra en aquel momento. Nosotros tenemos la tendencia a retener este primer acto de su venida, porque ello nos concierne directamente y constituye para nosotros el fin de los sufrimientos, ¿conocemos, al menos en parte el segundo acto, la aparición del Señor en gloria para el ejercicio de los juicios - guerrero y juez (Apocalipsis 19:11-21; 2 Tesalonicense 1:6-10; Mt 25:31-46) - juicios que deben preceder y conducir al establecimiento del reino milenial? ¿En este dominio, como en bien de otros, no nos lleva a pensar que debemos abordarlo con mayor interés, y meditar en lo que es el Señor y su gloria? Sin duda, cuando sea inaugurado el reino milenial nosotros ya habremos sido arrebatados - "...Para encontrar al Señor en el aire" "Cambiados”, "Transformados", llegados a ser "Semejantes a Cristo" (1ª Tesalonicenses 4:17; 1ª Corintios 15:51; Filipenses 3:21; 1ª Juan 3:2). ¿Más podemos nosotros ser indiferentes al acontecimiento en donde el Señor será un día exaltado sobre la tierra, donde Él ha sido menospreciado, rechazado y crucificado? ¿No debemos nosotros regocijarnos en el pensamiento de esto, que aquello que Cristo ha dicho por la palabra profética será entonces cumplido: *Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra" (Sal 46:10)? De tal modo que la consideración de los diferentes pasajes de la Escritura que nos pueden hablar del reino de mil años debe ser para nosotros de un profundo interés, evocando en nuestras almas las glorias de Cristo y la bendición que el traerá a la tierra que un día fue "Sujeta a vanidad”, en la "esclavitud de la corrupción", más gozará entonces "A la libertad gloriosa de los hijos de Dios" (Romanos 8:10-21). La meditación de este tema es de natural regocijo para nuestros corazones cuando nos ocupamos de lo que Él ha ganado, por su muerte en la cruz, el derecho a la dominación universal que será suya y del cual nos habla el Salmo 8.
         Nosotros no deseamos en las páginas siguientes y en la posibilidad que nos es dada, tomar todos los pasajes de la Escritura que nos hablan del reino y de las bendiciones de las cuales gozaran entonces Israel, y las Naciones. Nosotros nos proponemos considerar solamente algunos que parecen suficientes para dar un simple resumen del tema, sin entrar en muchos detalles.
         Cuando "Vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera* (Génesis 1:31). Más el pecado ha entrado en el mundo por la desobediencia del primer hombre (Romanos 5:12). "Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza”, (es decir Adán, el hombre pecador) por lo cual, "Toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora" (Romanos 8:20,22). Los esfuerzos del hombre en el pasado, los que él despliega aun hoy día y lo que él se ha propuesto hacer en el porvenir, todo ello no puede sino manifestar su total imposibilidad de restablecer esto que él ha arruinado, para sacar la creación del estado en el cual ella se encuentra, en la liberación de "La esclavitud de corrupción". Solo, la venida de Cristo en su reino traerá la "Libertad gloriosa de los hijos de Dios". Esto es el establecimiento del reino de mil años que traerá a la creación la liberación, al Israel de Dios la sanación y la prosperidad (Malaquías 4:2), a Cristo la gloria terrenal que Él merece: "Será engrandecido y exaltado} y será puesto muy en alto", "Así asombrará él a muchas naciones; los reyes cerrarán ante él la boca...” (Isaías 52:13,15).

Eventos que seguirán al arrebatamiento de la Iglesia.
 Apostasía y anarquía
         De los eventos, anunciados en los libros de los profetas, seguirán el arrebatamiento de la Iglesia y precederán la inauguración del reino. El Santo Espíritu será quitado de este mundo al mismo tiempo que la Iglesia, ya no estará más aquí abajo ni "Lo que lo detiene", “Ni quien al presente lo detiene" (2ª Tesalonicenses 2:6-7). En consecuencia, del punto de vista religioso esto será el pleno desarrollo de la apostasía, con la revelación del "hombre de pecado" (2ª Tesalonicenses 2:3).
         La segunda bestia de Apocalipsis 13, en otros términos aun: El anticristo; Tanto que aun desde el punto de vista político, él trastornará el orden establecido, terminando rápidamente en un estado de anarquía tal, que cuando aparezca la primera bestia de Apocalipsis 13, el jefe del Imperio romano, será reconstituida en una confederación de diez reinos (Daniel 7:7-8 y 23-25; Apocalipsis 13:1 y 17, 3, 12-14) los hombres le rendirán adoración "diciendo: ¿Quién como la bestia, y quien podrá luchar contra ella?" (Apocalipsis 13: 4).

Retorno de los Judíos a Palestina
         Por otra parte, el retorno de los judíos a Palestina, ya ha comenzado en el presente, y prosigue rápidamente (ver Isaías 18:1,2,7); la mayoría del pueblo quedará en la incredulidad y la apostasía - estas son las "dos partes" de Zacarías 13:8 - mientras que será formado en medio de ellos un remanente piadoso - la "tercera" la cual es el asunto en el mismo versículo - llamados a atravesar la "gran tribulación" (Zacarías 13:9) y reconocidos como el pueblo de Dios. Los judíos reconstruirán el templo en Jerusalén y recibirán al Anticristo, así como el Señor lo declaró cuando estaba en medio de este pueblo: "Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibís; si otro viniere en su propio nombre, a ese recibiréis" (Juan. 5:43). El anticristo es la segunda bestia de Apocalipsis 13, es también "el rey" de Daniel 11:36; este "rey", que será un judío, "Del Dios de sus padres no hará caso", él "se engrandecerá sobre todo dios; y contra el Dios de los dioses hablará maravillas”. Todo este pasaje del libro de Daniel (11:36-39) nos dice algunas cosas de la actividad del Anticristo en esos días. En medio de la última semana profética (Daniel 9:27) él se sentará en el templo, "Se sienta en el templo de Dios como Dios" y se hará adorar como tal” (2ª Tesalonicenses 2:3-4).

         En el centro de tal estado de cosas y siendo que no ha comenzado la última semana profética, Dios manifestará un hecho de su gracia al hacer predicar el evangelio del reino. Durante este periodo, dos clases de personas serán salvas: Los ciento cuarenta y cuatro mil sellados de Apocalipsis 7:1-8, y por otra parte los gentiles (9-17); más para los que en el día actual han rehusado aceptar el evangelio de la gracia, estas personas no podrán ser salvas: "Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad!, sino que se complacieron en la injusticia" (2ª Tesalonicenses 2:11-12). Ellos no han querido creer a la verdad en el día de la gracia, ellos creerán entonces a la mentira. Terrible suerte de todos los que han de estar sobre la tierra en la venida del Señor, ¡Los qué no han recibido a Jesús como Salvador!

La gran tribulación
         Entonces, en medio de la última semana profética, el anticristo "tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios", los judíos piadosos huirán de Jerusalén, según las directrices dadas por el Señor mismo (Mt 24:15 en adelante); Él no se dejará en la ciudad este pequeño remanente, "un pueblo humilde y pobre" del cual habla el profeta Sofonías (3:12). Esto será entonces "la gran tribulación"; ella traerá a los fieles de Israel a confesar el pecado de la nación, culpable de haber violado la ley de Dios, de haber rechazado y crucificado a su Mesías y enseguida, menospreciando el testimonio del Espíritu Santo. Jeremías 30:7 y Daniel 12:1, entre otros pasajes, que anuncian esta "gran tribulación", llamado "el tiempo de angustia para Jacob" en el primero de los dos pasajes, y "Será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces" en el segundo. Es de ella igualmente que habla el Señor en los versos de Mateo 24 ya citados y en Marcos 13:14, y siguiente. Todos estos pasajes dicen lo que será esta tribulación, "Cual nunca ha habido desde el principio de la creación que Dios creó, hasta este tiempo, ni la habrá" (Mr. 13:19). Ella atañe más particularmente a los judíos, mas también a los otros pueblos, puesto que dice que la "Gran multitud, la cual nadie podía contar de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas", multitud que ve Juan en la escena que relata en el capítulo 7 de Apocalipsis, que está constituida por los que *vienen de la gran tribulación” (v.9 y 13 al 17).



Acción de Satanás por medio de las dos bestias de Apocalipsis 13

         La actividad del anticristo se ejercerá, al menos mientras por un período, en acuerdo con el jefe del Imperio Romano y constantemente bajo la instigación de Satanás, el *dragón" de Apocalipsis 13:4. Satanás es el "dios de este siglo" (2ª Corintios 4:4), el príncipe o jefe de este mundo (Juan 12:31; 14:30; 16:11); bajo su primer carácter, él se manifiesta por medio del Anticristo, bajo el segundo por medio de la cabeza de los diez reyes - esto es decir por medio de las dos "bestias" que ejercerán, la una el poder religioso (el Anticristo), y la otra el poder político. Es así que él responderá a las dos grandes aspiraciones del corazón del hombre.

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