La ofrenda vegetal aparece en el capítulo 2 del libro de Levítico. Es una ofrenda que el oferente presenta y que el sacerdote recibe. Puede consistir en:
- Flor
de harina
- Tortas
cocidas en horno, sartén o cazuela
- Primicias
de espigas tostadas, cuyos granos eran ofrecidos
Todas
estas ofrendas debían incluir sal, aceite e incienso, y nunca podían contener
levadura ni miel.
¿Qué
simbolizan?
Estas
ofrendas representan la humanidad sin pecado del Señor Jesucristo, plenamente
agradable a Dios. Sus acciones ascendían como “olor grato” al Padre, ya fuera
en su vida diaria, en su sufrimiento que tuvo que pasar en esta tierra.
·
1 Pedro 2:22: "El
cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca".
·
2 Corintios 5:21: "Al
que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuéramos
hechos justicia de Dios en él".
·
Hebreos 4:15: "Porque
no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades,
sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin
pecado".
·
Pasajes como Mateo
4:1-11, Lucas 4:1-13 demuestran que fue tentado y no pecó; además del
relato que nos dan los evangelios de su vida, no hay ningún atisbo de pecado.
Flor
de Harina
No se trataba de
cualquier harina, sino de flor de harina: la más fina y pura. Simboliza la
pureza del Señor, sin pecado.
Podía presentarse como
harina suelta, de la cual el sacerdote tomaba un puñado y lo quemaba en el
altar, o como tortas cocidas en horno, sartén o cazuela, representando sus
padecimientos cuando estuvo en esta tierra. Estos padecimientos no tienen
relación con el pecado.
Sal:
La
sal, común en la vida diaria para dar sabor y conservar alimentos, tiene un
profundo simbolismo:
·
Santidad: la sal se utiliza para
purificar y habla de la santidad, de la separación del pecado de nuestro Señor.
·
Fidelidad: Se usaba para sellar pactos
(Levítico 2:13), reflejando la fidelidad del Señor a Dios y a sus mandamientos.
·
Conservación: Cristo se preservó de
toda contaminación.
·
Inmutabilidad: La sal no pierde su
naturaleza, simbolizando que el Señor es inmutable, sin sombra de variación.
Aceite:
Nos
habla que estaba lleno del Espíritu Santo en todas sus acciones.
Incienso:
Simboliza
que toda la vida de Cristo fue un aroma agradable a Dios. Refleja sus
perfecciones. Aun sus detractores reconocieron:
·
“¡Jamás hombre alguno ha hablado como
este hombre!” (Juan 7:46)
·
“Y se admiraban de su doctrina, porque
su palabra era con autoridad.” (Lucas 4:32)
Lo
que no debía llevar.
La ofrenda no debía contener levadura
ni miel:
·
Levadura:
Representa la corrupción o el pecado. Cristo fue sin pecado.
·
Miel:
Simboliza lo dulce y atractivo según la naturaleza humana. Jesús no se dejó
guiar por preferencias humanas, sino que priorizó el servicio al Padre (Lucas
2:49), incluso por encima de vínculos familiares (Marcos 3:31–35).
La Parte de los Sacerdotes.
Una vez examinada la ofrenda y
confirmada su conformidad con lo prescrito, él tomaba una parte y le añadía
aceite, sal e incienso (según corresponda), y la quemaba en el altar, y subía
en “olor grato”, y lo que quedaba era “cosa santísima” para el sacerdote (vea
Levítico 6:14-18).
¿Podemos ver en esta figura a la
iglesia alimentándose, “en el lugar santo”, de las perfecciones de nuestro
Señor Jesucristo?

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