Capitulo Dos: Confrontando la apostasía
(Judas 5-10)
Cuando el santo de Dios considera el
fin que espera a todos los apostatas de la verdad, toda amargura hacia ellos
debe necesariamente ser desterrada del corazón. Ellos pueden parecer cabalgar
ahora sobre una cresta de apreciación y apoyo popular, pero ellos pronto
caerán. Porque "ciertamente tú los estableciste en lugares resbaladizos:
tú los arrojaste dentro de la destrucción" (Sal.73:18)
Esta es la solemne lección que se
nos enseña por observar a los incrédulos que cayeron en el desierto. Ellos
partieron bien. Todos fueron bautizados a Moisés en la nube y el mar.
Todos bebieron de la misma bebida espiritual y comieron
del mismo alimento espiritual. Pero la incredulidad se manifestó cuando vino el
tiempo de prueba. Murmuración, idolatría, y la rebelión de Coré (de lo
que una nota particular es tomada en esta epístola más adelante), expresan
el verdadero estado de muchos que cantaron con exaltación a orillas del
mar Rojo, Cades-Barnea, el lugar de oportunidad, vino a ser el memorial
de la incredulidad. Aunque una vez salvado de Egipto, ellos fueron destruidos
en el desierto a causa de haber apostatado del Dios viviente.
En la misma forma los Nefilim (los
caídos) han sido tratados tiempo antes. Aunque creados como ángeles de Dios sin
pecado, ellos como Lucifer, el hijo de la mañana, cambiaron la región del
cielo por fines egoístas. Estos ángeles "no guardaron su primer estado,
sino que dejaron su propia habitación, (y están ahora) reservados en cadenas
eternas bajo oscuridad para el juicio del gran día" (Judas 6)
Ya sea que el apóstol se está
aquí refiriendo a los "hijos de Dios" de Génesis 6 ha sido una
cuestión debatida a través de todos los siglos cristianos. Que estos seres
referidos pudiesen ser ángeles ha sido denunciado por muchos maestros
espirituales, que ven en los "hijos de Dios" simplemente la simiente
de Set, y en "las hijas de los hombres" las doncellas del linaje de
Caín. Otros, igualmente mereciendo ser escuchados, identifican a los
hijos de Dios en el libro de Job con aquellos de Génesis. Ellos aceptan el
pasaje ante nosotros como el comentario divino sobre la solemne escena de
apostasía descrita como la precursora del diluvio, y creen que en Judas
ellos aprenden el juicio de estos ángeles caídos.
Debe admitirse que el v.7 de Judas
parece corroborar esta última vista. "Como Sodoma y Gomorra, y las
ciudades cercanas a ellas de igual manera se entregaron a
fornicación yendo tras carne extraña, son mostradas como un ejemplo sufriendo
la venganza del fuego eterno." La Escritura parece indicar una
intima relación entre el pecado de estas ciudades y el de los ángeles
referidos en el v.6. Y ángeles y los hombres de la planicie cayeron en
horrible pecado a causa de la incredulidad, y de acuerdo a eso fueron
castigados. Ellos rechazaron la luz y ahora son presentados como un ejemplo
para quienes sufrirán la venganza del fuego eterno.
Nada puede ser más solemne que
esto. Muchos siglos han pasado desde que el fuego del cielo destruyó estas
ciudades, pero los culpables apostatas de ese distante día en este
momento todavía están sufriendo el juicio de Dios a causa de sus malos hechos.
Ellos están, juntamente con el hombre rico de Lc.16, siendo atormentados en las
llamas del hades. Ellos esperan la terrible hora cuando, como lo declara
Apocalipsis 20, "la muerte y el hades serán arrojados dentro del lago de
fuego."
Contrario a la enseñanza escritural
del castigo eterno de los malos, están aquellos que creen en el engañoso
sueño del aniquicionalismo. Ellos refieren a Malaquías 4:1-3 como la base para
su creencia. "Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos
los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá
los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni
rama. Más a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia,
y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la
manada.
Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos."
Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos."
Este pasaje es visto por los
aniquicionalistas como uno de los textos y pruebas más fuertes.
Asumiendo que el pasaje está hablando del juicio final, él exclama, "¿Qué
podría ser más claro?" si el malo es quemado como paja, si no se le
deja raíz ni rama, ¿no dejaron ellos de existir? Además, si ellos han venido a
ser como ceniza bajo los pies de los santos, ¿dónde hay lugar para el terrible
pensamiento del sufrimiento de un alma inmortal sufriendo un juicio sin fin?
Un estudio más cuidadoso de
Malaquías 4 revela el hecho que este no hace referencia al juicio después
de a “la” muerte. El Espíritu Santo está describiendo la
destrucción de los apostatas a la venida del Señor para establecer Su reino
anterior al Milenio de Apocalipsis 20. Son los cuerpos de los malos, no
sus almas, que han venido a ser como cenizas bajo los pies del triunfante
Israel. Como paja, sus cuerpos físicos serán destruidos como por fuego
devorador, de manera que raíz ni rama les quedará. Así fue en el día
cuando Sodoma y Gomorra y sus ciudades vecinas encontraron su condenación.
Lot y Abraham podrían entonces haber
hollado a los malos, que habrían sido ceniza bajo la planta de sus pies
después de la terrible conflagración. Todo ha sido quemado —raíz y rama— ¿pero fueron ellos aniquilados?
No. Nuestro Señor Jesús dijo, "el castigo será más tolerable para Sodoma y
Gomorra en el día del juicio" que para aquellos que rechazaron su ministerio
cuando estuvo aquí sobre la tierra (Marcos 6:11). Los mismos hombres y mujeres
que fueron quemados hasta las cenizas largo tiempo atrás deben levantarse desde
los muertos para juicio. ¿Dónde están ellos ahora, y cuál es su
condición? ¿Están ellos envueltos en un sueño, esperando en
inconsciencia hasta el sonido de la trompeta de condenación? No, el sueño
del alma y el aniquicionalismo están errados. Los habitantes de estas ciudades
"han sido puestas como ejemplo, sufriendo la venganza del fuego
eterno"
Verdaderamente, "es cosa
terrible caer en manos del Dios vivo" (Hebreos 10:31). El juicio debe ser
la porción de todos los que bromean con la gracia mostrada sobre la cruz a los
pecadores. Sería mejor nunca haber escuchado de Cristo y Su sangre, que
haber escuchado, para alejar de la verdad al alma, a las fabulas
destructoras de los falsos maestros.
¡Despierte a la solemnidad de estos hechos!
"Conociendo por tanto el temor del Señor," clamaba Pablo,
"persuadimos a los hombres." Pablo también escribió, "el
amor de Cristo nos constriñe" (2 Corintios 5:11, 14). El hombre,
energizado por Satanás, separaría el temor del Señor de Su amor, haciendo
mucho del amor, y ridiculizando el pensamiento del castigo eterno. La Escritura
enseña que "Dios es luz" y también "Dios es amor."
Dios ha dicho, "si alguno
retrocediere no agradará a mi alma." Pero el Espíritu Santo es cuidadoso
de decir de verdaderos creyentes, "nosotros no somos de los que
retrocedemos para perdición, sino de los que creemos para salvación del
alma" (Hebreos 10:38, 39). Son solo aquellos que perseveran hasta el fin
quienes serán salvados — todos los que son nacidos de Dios soportarán a
través de la gracia divina. "¿Quién es el que vence al mundo, sino el que
cree que Jesús es el Hijo de Dios?" (1 Jn.5:5)
Irreverentes
e irracionales despreciadores de la verdad (Judas
8-10)
Caminos impíos siempre acompañan, y
realmente brotan de impías enseñanzas. Por tanto fácilmente podemos comprender
la disponibilidad con que los apóstatas de la verdad se entregan a lo que es contaminante
y abominable. Los abogados actuales del "amor libre", son en
gran medida personas que han apostatado de un Cristianismo nominal, y
ahora toleran y aun defienden lo que una vez aborrecieron. Lo que una vez
habría sido reprendido, aun por el mundo, es ahora abogado desde un
pulpito sin Cristo. ¡Hombres y mujeres teniendo relaciones
impías son aquietados en sus pecados mientras la muerte, juicio y eterno
castigo se acerca rápidamente! El rechazo de la inspiración de la Biblia
pone a la ley de Dios, como expresada en los diez mandamientos entre las producciones
del pensamiento humano. Por tanto sus códigos de moralidad son rechazados y un
sistema ético inferior, mas en acuerdo con las condiciones del día actual, es
sustituido por ella. Y de este modo prevalece un estándar relajado donde la
Escritura no habla más con autoridad. "Ellos han rechazado la palabra
del Señor, ¿y qué sabiduría tienen?" (Jeremías 8:9)
Unido con este Nuevo estándar de
moralidad, tan opuesto a la pureza de las Escrituras, se encontrará un
ilimitado orgullo que se jacta contra cada poder invisible. Satanás no es más
temido, sino que su misma existencia es negada por una parte, o su sobrehumana
habilidad es ridiculizada por la otra. Cuán diferente fue la conducta de Miguel
el arcángel, quien, "cuando contendía con el diablo por el cuerpo de
Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que
dijo: El Señor te reprenda." (Judas 9). Toda clase de ingeniosas teorías
han sido presentadas concernientes a la naturaleza de esta disputa, pero como
Dios mismo no nos ha dado detalles, parece inútil especular. Cuando seamos conocidos
como fuimos conocidos, este y otros misterios serán resueltos en un lugar donde
no podremos enorgullecernos de nosotros mismos y de nuestros
conocimientos.
Es importante observar que en
las Escrituras, la palabra arcángel ocurre solo en el
singular. Miguel (significa, "¿Quién es como Dios?") es el arcángel.
Gabriel nunca recibe ese título. Algunos han tratado de identificar a Miguel
con el Hijo de Dios, pero no hay indicio de tal identidad, es no sabio
teorizar. Miguel aparece en el libro de Daniel como "el gran príncipe que
está por los hijos de tu pueblo (Israel)" (Daniel 12:1). En
Apocalipsis 12:7 él aparece como el líder de los ejércitos celestiales cuando
sus días de acusar a los hermanos han terminado. Aquí él es visto contendiendo
por el cuerpo de Moisés, y en 1ª Tesalonicenses 4:16 él parece ser un ser
distinto, cuya voz (como príncipe de Israel) será escuchada en conexión
con el rapto de la iglesia. Es notable que en Daniel 10:13 él es llamado,
"Miguel, uno de los principales príncipes," un título que sería
completamente inconsistente con nuestro Señor Jesucristo, el Hijo Unigénito de
Dios.
Es realmente solemne que se diga que
tan grande ser "no se atrevió a proferir juicio de maldición" contra
el diablo, mientras hombres orgullosos e ignorantes hablan osadamente contra
todo lo que es elevado y de aquello que está más allá de su comprensión. Aun en
lo que ellos comprenden no se conducen con propiedad, sino como bestias brutas,
se corrompen a sí mismo, y despliegan una incapacidad para controlar sus
codicias carnales. Ellos no conocen la vergüenza, y se querellan contra lo
desconocido. Tales acciones son el resultado de la deificación del pensamiento
humano y del conocimiento científico.
El juicio se está acercando
rápidamente y viene a ser crecientemente importante que
aquellos que conocen a Dios escudriñen Su palabra y valoren Su verdad.
Recordando que los tiempos peligrosos han llegado, cuando, si fuese
posible, Satanás engañará aun a los elegidos. No es solo la gracia de
Dios el que algunos sean guardados del error y de las malas prácticas que
resultan. Pablo recordaba a los tesalonicenses de esta gracia sustentadora:
"Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros,
hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio
para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad,"
(2 Tesalonicenses 2:13). Si alguno permanece en la verdad, es debido al
hecho que Dios mismo lo ha escogido, y lo sustenta en su camino. "¿Dónde
está entonces la jactancia? Esta es excluida" (Romanos 3:27).
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