domingo, 2 de septiembre de 2012

EXPOSICION DE LA EPISTOLA DE JUDAS


Capitulo Dos: Confrontando la apostasía  (Judas 5-10)
Destrucción de los  apostatas  (Judas 5-7)
            Cuando el santo de Dios considera el fin que espera a todos los apostatas de la verdad, toda amargura hacia ellos debe necesariamente ser desterrada del corazón. Ellos pueden parecer cabalgar ahora sobre una cresta de apreciación y apoyo popular, pero ellos pronto caerán. Porque "ciertamente tú los estableciste en lugares resbaladizos: tú los arrojaste dentro de la destrucción" (Sal.73:18)
            Esta es la solemne lección que se nos enseña por observar a los incrédulos que cayeron en el desierto. Ellos partieron bien. Todos fueron bautizados a Moisés en la nube y el mar. Todos  bebieron  de la misma  bebida  espiritual y comieron del mismo alimento espiritual. Pero la incredulidad se manifestó cuando vino el tiempo de prueba.  Murmuración, idolatría, y la rebelión de Coré (de lo que una nota particular es tomada en esta epístola más adelante),  expresan el verdadero estado de muchos que cantaron con exaltación  a orillas del mar Rojo, Cades-Barnea,  el lugar de oportunidad, vino a ser el memorial de la incredulidad. Aunque una vez salvado de Egipto, ellos fueron destruidos en el desierto a causa de haber apostatado del Dios viviente.
            En la misma forma los Nefilim (los caídos) han sido tratados tiempo antes. Aunque creados como ángeles de Dios sin pecado, ellos como Lucifer, el hijo de la mañana, cambiaron  la región del cielo por fines egoístas. Estos ángeles "no guardaron su primer estado, sino que dejaron su propia habitación, (y están ahora) reservados en cadenas eternas bajo oscuridad para el juicio del gran día" (Judas 6)
            Ya sea  que el apóstol se está aquí refiriendo a los "hijos de Dios" de Génesis 6 ha sido una cuestión debatida a través de todos los siglos cristianos. Que estos seres referidos pudiesen ser ángeles ha sido denunciado por muchos maestros  espirituales, que ven en los "hijos de Dios" simplemente la simiente de Set, y en "las hijas de los hombres" las doncellas del linaje de Caín. Otros, igualmente mereciendo ser escuchados, identifican a los  hijos de Dios en el libro de Job con aquellos de Génesis. Ellos aceptan el pasaje ante nosotros como el comentario divino sobre la solemne escena de apostasía descrita como la precursora del diluvio,  y creen que en Judas ellos aprenden el juicio de estos ángeles caídos.
            Debe admitirse que el v.7 de Judas parece corroborar esta última vista. "Como Sodoma y Gomorra, y las ciudades  cercanas a ellas  de igual manera  se entregaron a fornicación yendo tras carne extraña, son mostradas como un ejemplo sufriendo la venganza del fuego eterno."  La Escritura parece indicar una intima relación  entre el pecado de estas ciudades y el de los ángeles referidos en el v.6. Y ángeles y los hombres de la planicie cayeron en horrible  pecado a causa de la incredulidad, y de acuerdo a eso fueron castigados. Ellos rechazaron la luz y ahora son presentados como un ejemplo para quienes  sufrirán la venganza del fuego eterno.
             Nada puede ser más solemne que esto. Muchos siglos han pasado desde que el fuego del cielo destruyó estas ciudades,  pero los culpables apostatas de ese distante día en este momento todavía están sufriendo el juicio de Dios a causa de sus malos hechos. Ellos están, juntamente con el hombre rico de Lc.16, siendo atormentados en las llamas del hades. Ellos esperan la terrible hora cuando, como lo declara  Apocalipsis 20, "la muerte y el hades serán arrojados dentro del lago de fuego."
            Contrario a la enseñanza escritural del castigo eterno de los malos,  están aquellos que creen en el engañoso sueño del aniquicionalismo. Ellos refieren a Malaquías 4:1-3 como la base para su creencia. "Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama. Más a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.
Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos."
            Este pasaje es  visto por los aniquicionalistas  como uno de los textos  y pruebas más fuertes. Asumiendo que el pasaje está hablando del juicio final, él exclama, "¿Qué podría ser más claro?" si el malo es quemado como  paja, si no se le deja raíz ni rama, ¿no dejaron ellos de existir? Además, si ellos han venido a ser como ceniza bajo los pies de los santos, ¿dónde hay lugar para el terrible pensamiento del sufrimiento de un alma inmortal sufriendo un juicio sin fin?
            Un estudio más cuidadoso de Malaquías 4 revela el hecho que este no hace  referencia al juicio después de a “la” muerte.  El Espíritu Santo está describiendo la destrucción de los apostatas a la venida del Señor para establecer Su reino anterior al  Milenio de Apocalipsis 20. Son los cuerpos de los malos, no sus almas, que han venido a ser como cenizas bajo los pies del triunfante Israel. Como paja, sus cuerpos físicos serán destruidos como por fuego devorador, de manera  que raíz ni rama les quedará. Así fue en el día cuando Sodoma y Gomorra  y sus ciudades vecinas encontraron su condenación. 
            Lot y Abraham podrían entonces haber hollado a los malos,  que habrían sido ceniza bajo la planta de sus pies después de la terrible conflagración. Todo ha sido quemado raíz y rama¿pero fueron ellos aniquilados? No. Nuestro Señor Jesús dijo, "el castigo será más tolerable para Sodoma y Gomorra en el día del juicio" que para aquellos que rechazaron su ministerio cuando estuvo aquí sobre la tierra (Marcos 6:11). Los mismos hombres y mujeres que fueron quemados hasta las cenizas largo tiempo atrás deben levantarse desde los muertos para juicio. ¿Dónde están ellos ahora,  y cuál es su condición?  ¿Están ellos  envueltos en un sueño, esperando en inconsciencia hasta  el sonido de la trompeta de condenación? No, el sueño del alma y el aniquicionalismo están errados. Los habitantes de estas ciudades "han sido puestas como ejemplo, sufriendo la venganza del fuego eterno"
            Verdaderamente, "es cosa terrible caer en manos del Dios vivo" (Hebreos 10:31). El juicio debe ser la porción de todos los que bromean con la gracia mostrada sobre la cruz a los pecadores. Sería mejor nunca haber escuchado de  Cristo y Su sangre, que haber escuchado, para  alejar de la verdad al alma, a las fabulas destructoras de los falsos maestros.
            ¡Despierte a la solemnidad de estos hechos! "Conociendo por tanto el temor del Señor," clamaba Pablo, "persuadimos a los hombres."  Pablo también escribió, "el amor de Cristo nos constriñe" (2 Corintios 5:11, 14). El hombre, energizado por  Satanás, separaría el temor del Señor de Su amor, haciendo mucho del amor, y ridiculizando el pensamiento del castigo eterno. La Escritura enseña que "Dios es luz"  y también "Dios es amor."
            Dios ha dicho, "si alguno retrocediere no agradará a mi alma." Pero el Espíritu Santo es cuidadoso de decir de verdaderos creyentes, "nosotros no somos de los que retrocedemos para perdición, sino de los que creemos para  salvación del alma" (Hebreos 10:38, 39). Son solo aquellos que perseveran hasta el fin quienes serán salvados  todos los que son nacidos de Dios soportarán a través de la gracia divina. "¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?" (1 Jn.5:5)

Irreverentes e irracionales despreciadores de la verdad (Judas 8-10)
            Caminos impíos siempre acompañan, y realmente brotan de impías enseñanzas. Por tanto fácilmente podemos comprender la disponibilidad con que los apóstatas de la verdad se entregan a lo que es contaminante y abominable. Los abogados actuales del "amor libre",  son en gran medida  personas que han apostatado de un Cristianismo nominal, y ahora toleran y aun defienden lo que una vez aborrecieron.  Lo que una vez habría sido reprendido, aun por el mundo, es  ahora abogado desde un pulpito sin Cristo. ¡Hombres y mujeres  teniendo  relaciones  impías son aquietados en sus pecados mientras la muerte, juicio y eterno castigo se acerca rápidamente!  El rechazo de la inspiración de la Biblia pone a la ley de Dios, como expresada en los diez mandamientos entre las producciones del pensamiento humano. Por tanto sus códigos de moralidad son rechazados y un sistema ético inferior, mas en acuerdo con las condiciones del día actual, es sustituido por ella. Y de este modo prevalece un estándar relajado donde la Escritura no habla más con autoridad. "Ellos  han rechazado la palabra del Señor, ¿y qué sabiduría tienen?" (Jeremías 8:9)
            Unido con este Nuevo estándar de moralidad, tan opuesto a la pureza de las Escrituras, se encontrará un ilimitado orgullo que se jacta contra cada poder invisible. Satanás no es más temido, sino que su misma existencia es negada por una parte, o su sobrehumana habilidad es ridiculizada por la otra. Cuán diferente fue la conducta de Miguel el arcángel, quien, "cuando contendía con el diablo por el cuerpo de Moisés,  no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda." (Judas 9). Toda clase de ingeniosas teorías han sido presentadas concernientes a la naturaleza de esta disputa, pero como Dios mismo no nos ha dado detalles, parece inútil especular. Cuando seamos conocidos como fuimos conocidos, este y otros misterios serán resueltos en un lugar donde no podremos enorgullecernos de  nosotros mismos y de nuestros conocimientos.
            Es importante observar que en las  Escrituras, la palabra arcángel ocurre solo en el singular. Miguel (significa, "¿Quién es como Dios?") es el arcángel. Gabriel nunca recibe ese título. Algunos han tratado de identificar a Miguel con el Hijo de Dios, pero no hay indicio de tal identidad, es no sabio teorizar. Miguel aparece en el libro de Daniel como "el gran príncipe que está por los hijos de tu  pueblo (Israel)" (Daniel 12:1). En Apocalipsis 12:7 él aparece como el líder de los ejércitos celestiales cuando sus días de acusar a los hermanos han terminado. Aquí él es visto contendiendo por el cuerpo de Moisés, y en 1ª Tesalonicenses 4:16 él parece ser un ser distinto, cuya voz (como príncipe de  Israel) será escuchada en conexión con el rapto de la iglesia. Es notable que en Daniel 10:13 él es llamado, "Miguel, uno de los principales príncipes,"  un título que sería completamente inconsistente con nuestro Señor Jesucristo, el Hijo Unigénito de Dios.
            Es realmente solemne que se diga que tan grande ser "no se atrevió a proferir juicio de maldición" contra el diablo, mientras hombres orgullosos e ignorantes hablan osadamente contra todo lo que es elevado y de aquello que está más allá de su comprensión. Aun en lo que ellos comprenden no se conducen con propiedad, sino como bestias brutas, se corrompen a sí mismo, y despliegan una incapacidad para controlar sus codicias carnales. Ellos no conocen la vergüenza, y se querellan contra lo desconocido. Tales acciones son el resultado de la deificación del pensamiento humano y del conocimiento científico.
            El juicio se está acercando rápidamente  y viene a ser crecientemente  importante  que aquellos que conocen a Dios escudriñen Su palabra y valoren Su verdad. Recordando que los tiempos peligrosos han llegado, cuando, si fuese posible,  Satanás engañará aun a los elegidos. No es solo la gracia de Dios el que algunos sean guardados del error y de las malas  prácticas que resultan. Pablo recordaba a los tesalonicenses de esta gracia sustentadora: "Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad," (2 Tesalonicenses 2:13).  Si alguno permanece en la verdad, es debido al hecho que Dios mismo lo ha escogido, y lo sustenta en su camino. "¿Dónde está entonces la jactancia? Esta es excluida" (Romanos 3:27).

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