sábado, 1 de diciembre de 2012

La Doctrina de Cristo


La ocupación y la obra de nuestro Señor llenan nuestros corazones con gozo, y nos mueve a la gratitud y adoración. Pero si los aspectos de su persona y obra, como está revelado en las Escrituras, se duda, esto es un deshonor a Él. Relacionado con esto es el privilegio de cada creyente el reconocer que el Señor es eternamente Dios y aún más que  Él se hizo hombre. Él no pecó y el pecado no estaba en Él. Aunque Él no conoció el pecado, Él fue juzgado por los pecados de otros durante tres horas de oscuridad en la cruz del Calvario y  como el  pago del pecado,  soportó la muerte por nosotros. Pero  Él no permaneció en la muerte. Él ascendió y entró en el cielo a sentarse a la diestra de Dios, hasta que Dios ponga a sus enemigos por estrado de sus pies. Si un creyente niega estos hechos importantes que conciernen a la persona del Señor y obra (por ejemplo su Hijo eterno), entonces él ha deshonrado a Dios y al Señor Jesús, y se alejará de los fundamentos de su fe  (por ejemplo 1ª Corintios 15). Es triste que nosotros no siempre estemos con el suficiente discernimiento para descubrir las raíces de un crecimiento así y como una consecuencia estas además se desarrollan y se vuelven estables. Permítanos siempre recordar que el  Espíritu Santo mora en el creyente y puede preservarnos por la Palabra de Dios.
            Esto se vuelve realmente peligroso si alguien enseña en un espíritu que no es de Dios; si alguien llamándose siervo predica algo que esta fundamentalmente equivocado. Nosotros vivimos un tiempo cuando muchos enseñan lo que les conviene. Debido a esto nosotros estamos en peligro de ser arrastrados lejos para inquirir en la enseñanza de la Palabra de Dios. Las enseñanzas de Juan nos dan en particular pautas divinas a este respecto. En el cuarto capitulo de su epístola él muestra que Satanás ha enviado a muchos profetas en orden a atacar a la Persona y obra de Cristo, y guiar a los creyentes al extravío. En relación con esto el apóstol menciona tres puntos, por los cuales probar la enseñanza errónea y exponer a los siervos falsos que traen esto.
1) La personificación de la doctrina de Cristo es Jesucristo. Solo el espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios (v.3).
2) El origen de la doctrina de Cristo es el cielo. El espíritu que es del mundo y/o que habla según los principios del mundo no es de Dios (v. 4-5).
3) La norma de la doctrina de Cristo es la verdad de la Palabra de Dios. El espíritu que enseña según la doctrina de los apóstoles, es de Dios (v.6).
            Estos tres puntos son tan simples que cada creyente puede usarlos e identificar a los falsos maestros. Ellos corresponden exactamente con las tres labores fundamentales del Consolador, el Espíritu de Dios, en referencia en el  Evangelio de Juan, capítulos 14 hasta 16.

1) Él testificará del Señor Jesús (Juan 15:26) y le glorifica a Él (Juan 16:14).
            Esta glorificación consiste en su humanidad, la Persona y obra de Cristo, en creciente grandeza ante nuestros ojos. Nosotros podemos comprender que el Hijo eterno vino como Hombre, para que, como Hombre Él pudiera glorificar a Dios perfectamente. Sólo un hombre puede morir por los hombres y sólo Dios mismo puede revelar el amor que está en el corazón de Dios. Pues en el Señor Jesús están ambos Dios y Hombre, Él puede hacer visible cada faceta del carácter de Dios  y comprensible para los hombres. Como Hombre, Él experimentó las dos partes de – lo típicamente humano –  particularmente vida, nacimiento y muerte. Pero porque Él es infinitamente más, no sin que Dios le bendijera para siempre, Él está en ambas partes de modo muy diferente a otros hombres. Dios mismo hizo sombra sobre la virgen para engendrarle a Él (Lucas 1:35). Y ningún hombre es capaz de dar su vida, pero esto es lo que el Señor Jesús hizo (Juan 10:17). Él se hizo Hombre y seguirá siendo Hombre para siempre.          
            Cuando alguno testifica de aquellos maravillosos hechos, los corazones de los creyentes se alegran y se humillan en adoración delante del Señor de gloria. Donde aquellas cosas no han sido reconocidas ni enseñadas, nosotros tenemos que terminar con el espíritu del anticristo que esta preparado en el mundo y desea la deshonra del Señor Jesucristo. Es importante rechazar enseguida a aquel que trae una falsa doctrina concerniente a Cristo; juzgar la enseñanza y no tener comunión con él (2 Juan 10 – 11). Si nosotros no conocemos a la persona que enseña, oportunamente podría ser tomada para presentar el verdadero mensaje entonces  es posible que esto pueda ser aceptado. Pero las discusiones son inútiles y nos llevaran a descarriarnos. Ellos no llevaran a las personas interesadas para volver a lo que es bueno. Permítanos recordar las serias exhortaciones de Juan en su segunda epístola. ¡Él podría esperar para comunicar estas materias, pero no este punto! La comunión con un falso enseñador es peor que la falsa doctrina misma. Pero contra el fondo del conocimiento de la verdad, es posible imaginar que en esto se puede estar en comunión con cada persona y por consiguiente con su doctrina. Pero esto es provocar a Dios. ¿Somos nosotros mas fuertes que Él (1ª Corintios 10:22)? Solo el amor de Dios puede librar aquella alma de la falsa doctrina.

2) El Espíritu reprueba el pecado del mundo, justicia y juicio (Juan 16:8).
            Si este es el caso, ¿Cómo puede una doctrina que esta basada sobre los principios y espíritu de este mundo ser de Dios? ¡Imposible!. Los razonamientos del espíritu de este mundo son únicamente lógicos y filosóficos, y por esto es imposible reconocer que el Señor Jesús es Dios y Hombre en una persona. Similar pensamiento guía las almas a buscar salvación a través de sus propias obras en lugar de ser por la fe. ¡Cuán errado se puede estar! Cuando Dios ya nos ha mostrado que la salvación solo puede ser obtenida en Cristo.
            Las doctrinas que son en carácter terrenal y en satisfacción de este mundo, como un objetivo tal no puede venir de Dios. Todos los creyentes tienen el Espíritu Santo. A través del nuevo nacimiento nosotros somos una nueva creación y no somos del mundo (Juan 17:14). Por estas razones nosotros tenemos la capacidad de saber si una doctrina es celestial o terrenal en origen. A veces nosotros no consideramos que este peligro sea muy grande, y pasamos por alto el hecho que los fundamentos de nuestras vidas espirituales están siendo atacadas. En principio, los tres exámenes de 1ª Juan 4 realmente nos muestran tres diferentes aspectos del mismo error. Quizás nosotros conocemos la falsa doctrina concerniente a la Persona de Cristo, pero se piensa que la doctrina que viene del mundo no es tan peligrosa. Sin embargo, por este ultimo medio mencionado, Satanás ataca exactamente el mismo fundamento, quizás en una manera mas sutil, pero precisamente mas efectivo.

3) El Espíritu de verdad, él os guiará a toda verdad (Juan 16:13).
            Esta declaración se hizo primero a los discípulos y apóstoles. Que el Espíritu les enseñó para ser comunicado a nosotros a través de la enseñanza de los apóstoles, de lo cual nosotros leemos en Hechos 2:42 y en términos de personificación de él, en los primeros versos de 1ª de Juan. Esta es precisamente esa doctrina que los falsos maestros no traen. ¿En que consiste esto? Esto íntegramente está contenido en el volumen completo del Nuevo Testamento, pero uno puede encontrarlos especialmente en las epístolas del apóstol Pablo. Esto está personificado en nuestro Señor Jesucristo.
            Él es el centro y la substancia de esta doctrina. Esto hace evidente que allí esta una directa unión con las primeras dos pruebas. Después Juan escribió generalmente en sus cartas en una absoluta y abstracta manera, este tercer aspecto no se refiere a una parte específica de la doctrina. Mas bien el apóstol se refiere al fundamento de la fe Cristiana. Es absolutamente necesario para nosotros valorar cada particular aspecto de la enseñanza de los apóstoles, pero en relación con las consecuencias que son mencionadas aquí, el punto fundamental parece estar a la vista. Esto otra vez concierne a la persona de nuestro Señor, en la enseñanza que Él es Dios y Hombre, y esto era necesario si Él iba ser el Salvador.
            Juan da un resumen al final de 1ª Juan 4 verso 6. Allí están dos doctrinas diametralmente opuestas. Una ha sido dada por el Espíritu de Verdad y se refiere a 2ª de Juan como la enseñanza de Cristo. La otra ha sido propagada por el espíritu del error. Cuando el Espíritu Santo, el Espíritu de verdad esta trabajando, será magnificado en nuestros corazones, la Persona del Señor Jesús y por el hecho glorioso de que Él ha venido en carne (v.3). Nosotros entendemos que esta doctrina tiene un origen celestial (v.5) y que está de acuerdo con la verdad revelada, y enseñada en el Nuevo Testamento (v.6). Cuando por el propósito contrario se envía a los profetas a trabajar a través de Satanás, una o más de esas tres pruebas serán contravenidas, aún cuando a primera vista esto no parezca ser el caso. Un gran cuidado y vigilancia son necesarios, mas si nosotros no los consideramos necesario debemos confesar que el espíritu del anticristo ha tenido éxito entre nosotros.
            En este contexto uno tiene que señalar que esto no es una cuestión de que los creyentes vean cada aspecto de las enseñanzas del Nuevo Testamento exactamente así como nosotros lo vemos. Ese no es el criterio para juzgar entre el Espíritu de verdad y el espíritu del error. Así como Juan escribió en términos absolutos de creyentes que caminan en luz y amor, él apunta aquí al error. Él trata con el rechazo de los hechos fundamentales concerniente a la persona de nuestro Señor. Otros pasajes de la Escritura, como Filipenses 3:15, muestran que ese crecimiento es necesario para cada uno de los santos. Sin embrago, cuando alguien le interesa la persona de nuestro Señor debe confesar sus ideas falsas, o tendremos que alejarnos siempre de él. Además, si nosotros nos alejamos, entonces esta es verdaderamente una señal de amor – amor a nuestro Salvador quién nos ha amado y se ha dado así mismo por nosotros – el único a quién nosotros deseamos aferrarnos en la luz.
            Quizás nosotros creamos que no tenemos nada que ver con estas cosas. A través de la gracia de Dios nosotros podemos saber la verdad y simplemente ser confrontados con cada falsa enseñanza. Además nos permite estar en guardia. Juan nos ha dado esta instrucción para que cuando seamos confrontados por cada enseñanza errada podamos estar preparados contra esto. El enemigo siempre viene cuando los creyentes están durmiendo y él ha tenido mucho éxito con esta estrategia. ¿Por qué hoy nuestra condición moral es tan baja y tan débil? Una razón puede ser que nosotros seamos ciegos a nuestra real condición mientras pensamos saber mucho y nos suponemos fieles y humildes. “Un poco de sueño, cabeceando otro poco, poniendo mano sobre mano otro poco para dormir; Así vendrá como caminante tu necesidad, y tu pobreza como hombre armado” (Proverbios 24:33-34). De la pobreza espiritual sigue la riqueza espiritual porque nosotros atribuimos estas cosas a nuestros propios trabajos y fuerza, más nunca a la multiforme gracia de Dios. Seamos vigilantes y entonces podremos discernir el espíritu de error.
            Dios no desea que nosotros estemos ocupados principalmente en una búsqueda del error. Él nos quiere ocupado con la Persona del Señor Jesús y a estar gozosos en Él. Entonces nosotros podremos también cuando sea necesario, exponer el espíritu del anticristo. Permítanos por consiguiente a animarles a descubrir de nuevo la gloria de la Persona de nuestro Salvador. Eso hará nuestros corazones felices y nos guiará a responder a la actividad del Espíritu Santo y a glorificar al Padre.
Traducido  por D.V.

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