La ocupación y la obra de nuestro Señor llenan nuestros corazones con
gozo, y nos mueve a la gratitud y adoración. Pero si los aspectos de su persona
y obra, como está revelado en las Escrituras, se duda, esto es un deshonor a Él.
Relacionado con esto es el privilegio de cada creyente el reconocer que el
Señor es eternamente Dios y aún más que
Él se hizo hombre. Él no pecó y el pecado no estaba en Él. Aunque Él no
conoció el pecado, Él fue juzgado por los pecados de otros durante tres horas
de oscuridad en la cruz del Calvario y
como el pago del pecado, soportó la muerte por nosotros. Pero Él no permaneció en la muerte. Él ascendió y
entró en el cielo a sentarse a la diestra de Dios, hasta que Dios ponga a sus
enemigos por estrado de sus pies. Si un creyente niega estos hechos importantes
que conciernen a la persona del Señor y obra (por ejemplo su Hijo eterno),
entonces él ha deshonrado a Dios y al Señor Jesús, y se alejará de los fundamentos
de su fe (por ejemplo 1ª Corintios 15).
Es triste que nosotros no siempre estemos con el suficiente discernimiento para
descubrir las raíces de un crecimiento así y como una consecuencia estas además
se desarrollan y se vuelven estables. Permítanos siempre recordar que el Espíritu Santo mora en el creyente y puede
preservarnos por la Palabra de Dios.
Esto se vuelve
realmente peligroso si alguien enseña en un espíritu que no es de Dios; si
alguien llamándose siervo predica algo que esta fundamentalmente equivocado.
Nosotros vivimos un tiempo cuando muchos enseñan lo que les conviene. Debido a
esto nosotros estamos en peligro de ser arrastrados lejos para inquirir en la
enseñanza de la Palabra de Dios. Las enseñanzas de Juan nos dan en particular
pautas divinas a este respecto. En el cuarto capitulo de su epístola él muestra
que Satanás ha enviado a muchos profetas en orden a atacar a la Persona y obra
de Cristo, y guiar a los creyentes al extravío. En relación con esto el apóstol
menciona tres puntos, por los cuales probar la enseñanza errónea y exponer a
los siervos falsos que traen esto.
1) La personificación de la
doctrina de Cristo es Jesucristo. Solo el espíritu que confiesa que
Jesucristo ha venido en carne, es de Dios (v.3).
2) El origen de la doctrina de
Cristo es el cielo. El espíritu que es del mundo y/o que habla según los
principios del mundo no es de Dios (v. 4-5).
3) La norma de la doctrina de
Cristo es la verdad de la Palabra de Dios. El espíritu que enseña según la
doctrina de los apóstoles, es de Dios (v.6).
Estos tres puntos son
tan simples que cada creyente puede usarlos e identificar a los falsos
maestros. Ellos corresponden exactamente con las tres labores fundamentales del
Consolador, el Espíritu de Dios, en referencia en el Evangelio de Juan, capítulos 14 hasta 16.
1) Él testificará del Señor Jesús (Juan 15:26) y le
glorifica a Él (Juan 16:14).
Esta glorificación
consiste en su humanidad, la Persona y obra de Cristo, en creciente grandeza
ante nuestros ojos. Nosotros podemos comprender que el Hijo eterno vino como Hombre,
para que, como Hombre Él pudiera glorificar a Dios perfectamente. Sólo un
hombre puede morir por los hombres y sólo Dios mismo puede revelar el amor que
está en el corazón de Dios. Pues en el Señor Jesús están ambos Dios y Hombre,
Él puede hacer visible cada faceta del carácter de Dios y comprensible para los hombres. Como Hombre,
Él experimentó las dos partes de – lo típicamente humano – particularmente vida, nacimiento y muerte.
Pero porque Él es infinitamente más, no sin que Dios le bendijera para siempre,
Él está en ambas partes de modo muy diferente a otros hombres. Dios mismo hizo
sombra sobre la virgen para engendrarle a Él (Lucas 1:35). Y ningún hombre es
capaz de dar su vida, pero esto es lo que el Señor Jesús hizo (Juan 10:17). Él
se hizo Hombre y seguirá siendo Hombre para siempre.
Cuando alguno testifica
de aquellos maravillosos hechos, los corazones de los creyentes se alegran y se
humillan en adoración delante del Señor de gloria. Donde aquellas cosas no han
sido reconocidas ni enseñadas, nosotros tenemos que terminar con el espíritu
del anticristo que esta preparado en el mundo y desea la deshonra del Señor
Jesucristo. Es importante rechazar enseguida a aquel que trae una falsa doctrina
concerniente a Cristo; juzgar la enseñanza y no tener comunión con él (2 Juan
10 – 11). Si nosotros no conocemos a la persona que enseña, oportunamente
podría ser tomada para presentar el verdadero mensaje entonces es posible que esto pueda ser aceptado. Pero
las discusiones son inútiles y nos llevaran a descarriarnos. Ellos no llevaran
a las personas interesadas para volver a lo que es bueno. Permítanos recordar
las serias exhortaciones de Juan en su segunda epístola. ¡Él podría esperar
para comunicar estas materias, pero no este punto! La comunión con un falso
enseñador es peor que la falsa doctrina misma. Pero contra el fondo del
conocimiento de la verdad, es posible imaginar que en esto se puede estar en
comunión con cada persona y por consiguiente con su doctrina. Pero esto es
provocar a Dios. ¿Somos nosotros mas fuertes que Él (1ª Corintios 10:22)? Solo
el amor de Dios puede librar aquella alma de la falsa doctrina.
2) El Espíritu reprueba el pecado del mundo, justicia
y juicio (Juan 16:8).
Si este es el caso,
¿Cómo puede una doctrina que esta basada sobre los principios y espíritu de
este mundo ser de Dios? ¡Imposible!. Los razonamientos del espíritu de este
mundo son únicamente lógicos y filosóficos, y por esto es imposible reconocer
que el Señor Jesús es Dios y Hombre en una persona. Similar pensamiento guía
las almas a buscar salvación a través de sus propias obras en lugar de ser por
la fe. ¡Cuán errado se puede estar! Cuando Dios ya nos ha mostrado que la
salvación solo puede ser obtenida en Cristo.
Las doctrinas que son
en carácter terrenal y en satisfacción de este mundo, como un objetivo tal no
puede venir de Dios. Todos los creyentes tienen el Espíritu Santo. A través del
nuevo nacimiento nosotros somos una nueva creación y no somos del mundo (Juan
17:14). Por estas razones nosotros tenemos la capacidad de saber si una
doctrina es celestial o terrenal en origen. A veces nosotros no consideramos
que este peligro sea muy grande, y pasamos por alto el hecho que los
fundamentos de nuestras vidas espirituales están siendo atacadas. En principio,
los tres exámenes de 1ª Juan 4 realmente nos muestran tres diferentes aspectos
del mismo error. Quizás nosotros conocemos la falsa doctrina concerniente a la
Persona de Cristo, pero se piensa que la doctrina que viene del mundo no es tan
peligrosa. Sin embargo, por este ultimo medio mencionado, Satanás ataca
exactamente el mismo fundamento, quizás en una manera mas sutil, pero
precisamente mas efectivo.
3) El Espíritu de verdad, él os guiará a toda verdad
(Juan 16:13).
Esta declaración se
hizo primero a los discípulos y apóstoles. Que el Espíritu les enseñó para ser
comunicado a nosotros a través de la enseñanza de los apóstoles, de lo cual
nosotros leemos en Hechos 2:42 y en términos de personificación de él, en los
primeros versos de 1ª de Juan. Esta es precisamente esa doctrina que los falsos
maestros no traen. ¿En que consiste esto? Esto íntegramente está contenido en
el volumen completo del Nuevo Testamento, pero uno puede encontrarlos especialmente
en las epístolas del apóstol Pablo. Esto está personificado en nuestro Señor
Jesucristo.
Él es el centro y la
substancia de esta doctrina. Esto hace evidente que allí esta una directa unión
con las primeras dos pruebas. Después Juan escribió generalmente en sus cartas
en una absoluta y abstracta manera, este tercer aspecto no se refiere a una
parte específica de la doctrina. Mas bien el apóstol se refiere al fundamento
de la fe Cristiana. Es absolutamente necesario para nosotros valorar cada
particular aspecto de la enseñanza de los apóstoles, pero en relación con las
consecuencias que son mencionadas aquí, el punto fundamental parece estar a la
vista. Esto otra vez concierne a la persona de nuestro Señor, en la enseñanza
que Él es Dios y Hombre, y esto era necesario si Él iba ser el Salvador.
Juan da un resumen al
final de 1ª Juan 4 verso 6. Allí están dos doctrinas diametralmente opuestas.
Una ha sido dada por el Espíritu de Verdad y se refiere a 2ª de Juan como la
enseñanza de Cristo. La otra ha sido propagada por el espíritu del error.
Cuando el Espíritu Santo, el Espíritu de verdad esta trabajando, será
magnificado en nuestros corazones, la Persona del Señor Jesús y por el hecho
glorioso de que Él ha venido en carne (v.3). Nosotros entendemos que esta
doctrina tiene un origen celestial (v.5) y que está de acuerdo con la verdad
revelada, y enseñada en el Nuevo Testamento (v.6). Cuando por el propósito
contrario se envía a los profetas a trabajar a través de Satanás, una o más de
esas tres pruebas serán contravenidas, aún cuando a primera vista esto no
parezca ser el caso. Un gran cuidado y vigilancia son necesarios, mas si
nosotros no los consideramos necesario debemos confesar que el espíritu del anticristo
ha tenido éxito entre nosotros.
En este contexto uno
tiene que señalar que esto no es una cuestión de que los creyentes vean cada
aspecto de las enseñanzas del Nuevo Testamento exactamente así como nosotros lo
vemos. Ese no es el criterio para juzgar entre el Espíritu de verdad y el
espíritu del error. Así como Juan escribió en términos absolutos de creyentes
que caminan en luz y amor, él apunta aquí al error. Él trata con el rechazo de
los hechos fundamentales concerniente a la persona de nuestro Señor. Otros
pasajes de la Escritura, como Filipenses 3:15, muestran que ese crecimiento es
necesario para cada uno de los santos. Sin embrago, cuando alguien le interesa
la persona de nuestro Señor debe confesar sus ideas falsas, o tendremos que
alejarnos siempre de él. Además, si nosotros nos alejamos, entonces esta es
verdaderamente una señal de amor – amor a nuestro Salvador quién nos ha amado y
se ha dado así mismo por nosotros – el único a quién nosotros deseamos
aferrarnos en la luz.
Quizás nosotros creamos
que no tenemos nada que ver con estas cosas. A través de la gracia de Dios
nosotros podemos saber la verdad y simplemente ser confrontados con cada falsa
enseñanza. Además nos permite estar en guardia. Juan nos ha dado esta
instrucción para que cuando seamos confrontados por cada enseñanza errada
podamos estar preparados contra esto. El enemigo siempre viene cuando los
creyentes están durmiendo y él ha tenido mucho éxito con esta estrategia. ¿Por
qué hoy nuestra condición moral es tan baja y tan débil? Una razón puede ser
que nosotros seamos ciegos a nuestra real condición mientras pensamos saber
mucho y nos suponemos fieles y humildes. “Un poco de sueño, cabeceando otro
poco, poniendo mano sobre mano otro poco para dormir; Así vendrá como caminante
tu necesidad, y tu pobreza como hombre armado” (Proverbios 24:33-34). De la
pobreza espiritual sigue la riqueza espiritual porque nosotros atribuimos estas
cosas a nuestros propios trabajos y fuerza, más nunca a la multiforme gracia de
Dios. Seamos vigilantes y entonces podremos discernir el espíritu de error.
Dios no desea que
nosotros estemos ocupados principalmente en una búsqueda del error. Él nos
quiere ocupado con la Persona del Señor Jesús y a estar gozosos en Él. Entonces
nosotros podremos también cuando sea necesario, exponer el espíritu del
anticristo. Permítanos por consiguiente a animarles a descubrir de nuevo la
gloria de la Persona de nuestro Salvador. Eso hará nuestros corazones felices y
nos guiará a responder a la actividad del Espíritu Santo y a glorificar al
Padre.
Traducido por D.V.
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