PRIMERO SU EJEMPLO
Miraremos
al Señor Jesucristo como nuestro ejemplo porque no debemos compararnos con
otros cristianos. No es correcto comparar nuestra propia vida espiritual y
nuestro trabajo para el Señor con la vida espiritual y el trabajo de otra
persona. Cristo es el único al cual los cristianos deben seguir. Dios no nos da
otro ejemplo o medida para nuestra vida cristiana. Debemos ser como Cristo.
Esto nos hará humildes cuando comparamos nuestra vida con su vida.
El
diablo atacó al Señor Jesucristo en tres aspectos de su vida. El hombre tiene
tres partes: cuerpo, alma y espíritu. El alma del hombre es el conjunto de sus
preferencias, amor, odio, deseos y esperanzas. Pablo habla acerca de hombres
que viven en sus deseos siguiendo las normas de este mundo: 1 Corintios 3:3.
Solo piensan en sí mismos. En el mismo capítulo se habla, en el vs. 1 de los
hombres que tienen el Espíritu Santo. El cuerpo es nuestra parte física y
nuestro medio de comunicación con los demás. El espíritu es la parte nuestra
por medio de la cual podemos conocer a Dios y hablar con él. El Señor Jesús fue
probado en estas tres partes de su vida.
El
diablo nos atacará en la misma forma. El trata de desviarnos del plan de Dios
para nuestras vidas.
1. El
diablo primero tentó al Señor Jesús diciendo: "Ordena que éstas piedras se
conviertan en pan" Mateo 4:3. El cuerpo necesita alimento y el diablo
trató de usar esta necesidad para alejar a Cristo del plan de Dios para su
vida.
2. Luego dijo el
diablo: "Tírate abajo." El quería decir: "Haga algo grande y
maravilloso. Haga que los hombres se fijen en usted. Permita que piensen cosas
grandes acerca de usted, entonces los hombres le creerán. Usted no triunfará si
hace cosas ordinarias. Usted debe hacer cosas grandes y maravillosas."
Como hombres, esto es lo que queremos hacer. Es una tentación al alma, porque
nos hace sentir grandes e importantes.
3. El diablo,
entonces dijo: "Te daré la gloria y todos los reinos de la tierra, si
postrado me adorares" Mateo 4:9. Es una tentación al espíritu y tiene que
ver con nuestra adoración y servicio a Dios, por lo cual Jesús le contestó lo
que dicen las Escrituras: "Adorarás al Señor tu Dios y a El solo
servirás" Mateo 4:10. Nosotros servimos a Dios cuando lo adoramos. No
podemos separar estas dos cosas que siempre van juntas. Nosotros no servimos
realmente a Dios a menos que lo adoremos también.
Ahora
miraremos estas tres cosas más detalladamente. El hombre tiene cuerpo, alma y
espíritu, y los siervos de Dios son tentados en cada una de estas tres partes.
Las pruebas mostrarán lo que hay en el corazón de cada uno. La prueba para el
cuerpo es ésta: "Ordene que estas piedras se conviertan en pan."
Esta prueba mostrará si un hombre puede controlar los deseos de su cuerpo. La
prueba para el alma mostrará si es humilde u orgulloso. La prueba al espíritu
mostrará si el hombre tiene deseo de Dios. ¿Quiere usted adorar y servir a
Dios? Estas tres cosas son muy importantes para nosotros porque el diablo las
usa para minar el plan de Dios para nuestras vidas.
Veamos
nuevamente la manera como el diablo tentó a Cristo. El Señor Jesús y el diablo
estaban solos en el desierto. Dios trabaja principalmente en las almas de los
hombres y mujeres cuando están solos con él. Elias oyó la voz de Dios en 1
Reyes 19:11-13. No la oyó en medio del pueblo o de un viento fuerte, sino que
oyó un murmullo suave. Dios generalmente nos habla cuando estamos a solas con
él, esto es en el desierto. Cada hijo de Dios tiene algún desierto en su vida,
un tiempo de gran dificultad. Puede ser un desierto de incertidumbre o una
época cuando no sabemos qué hacer o cómo hacerlo. Podemos estar tristes porque
hemos fallado en algo o podemos estar deseando conocer el plan de Dios, pero
sin deseos de seguirlo. Esto no es bueno. Estaremos lejos de buenos
pensamientos y planes y no adelantaremos o haremos ningún progreso. Podemos
tener fría el alma. Es en esta situación cuando el diablo entra en acción.
El
diablo dijo: ''Ordena que estas piedras se conviertan en pan/' Eso parecía ser
algo bueno en sí mismo. El Señor pudo haber hecho esto antes si hubiera
querido. Juan había bautizado a Jesús justamente antes de que esto sucediera y
Dios había dicho: "Este es mi hijo muy amado," tan pronto como salió
del agua. Ahora el diablo le dice: "Si eres el Hijo de Dios ordena que
estas piedras se conviertan en pan." El Señor Jesús usó Deuteronomio 8:3
para protegerse del ataque. El dijo: "No solo de pan vivirá el hombre,
sino de toda palabra que sale de-la boca de Dios."
Cuando
Moisés escribió estas palabras en Deuteronomio estaba hablando acerca del maná
en el desierto. El pueblo de Dios estaba en el desierto y tenía que confiar en
Dios para todas sus necesidades. Ellos carecían de cosechas o de sitio donde
comprar los alimentos. No tenían quién los ayudara y debían confiar que Dios
les daría todas las cosas. Dios les dio alimento del cielo, maná. El dijo:
"Yo os doy este alimento del cielo, no solo para alimentaros sino para
haceros humildes " Dios los alimentó de esta manera para probar si realmente
confiaban en él. También demostró que Dios los cuidaba. El les había dicho:
"Vosotros sois mí pueblo y estáis aquí por mí voluntad. Tenéis que hacer
un trabajo para mí y os daré alimento para vuestro cuerpo. Os enseñaré
lecciones espirituales si confiáis en mí. Yo os cuidaré." Ahora el diablo
dice: "Ordena que estas piedras se conviertan en pan. Haga esto sin que
Dios le diga." El diablo estaba tratando de desviar a Jesús de confiar y
obedecer totalmente a Dios y aún tienta a cada siervo de Dios en la misma
forma. El hombre desea muchas cosas. Algunos son deseos impuros de los cuales
siente vergüenza. Pero otros son deseos buenos. Estamos pensando en el
alimento. El diablo usa deseos como éste para llevarnos a desobedecer a Dios.
Pensemos
en un hombre que trabaja para Dios. Dios lo ha escogido y le ha encomendado un
trabajo, pero el hombre piensa: "Me gustaría ganar más dinero y tener
buenas cosas." Está bien desear una buena casa, tener una buena esposa y
una buena familia. Esto es natural. Por eso, hace sus planes. Si tiene éxito
prueba que es un hombre inteligente. Esto es lo mismo como cuando el diablo le
dijo a Cristo: “Si eres el Hijo de Dios ordena que estas piedras se conviertan
en panes”. Así mismo, hacemos cosas para mostrar que somos inteligentes, grandes
e importantes. No debería interesarnos ser alguien importante. El Señor Jesús
no estaba ansioso de probar quién era él. No buscó ser famoso para que todo el
mundo viniera a él pidiendo pan. Así nosotros debemos tener cuidado. Satanás es
nuestro enemigo y trata de hacernos caer o de desviarnos de Dios.
Si
no tenemos pan pensamos que es porque Dios no quiere que lo tengamos. Dios no
nos está alimentando, así que tenemos que hacerlo nosotros mismos. Nos sentimos
seguros de poder hacerlo y queremos mostrarlo a los demás. Esta es una
tentación y un peligro. Es posible que sepamos que Dios tiene un plan para
nuestras vidas y quizás estemos deseando seguirlo; pero deseamos hacer algo por
cuenta propia por orgullo o por deseos que el diablo pone para alejarnos de
Dios. El diablo dice: "Ya que Dios no te da lo que quieres, debes conseguirlo
por ti mismo y probarlo. Si consigues hacer lo que tú mismo quieres, después
podrás hacer lo que Dios quiere que hagas."
Dios
alimentó al pueblo de Israel en el desierto, pero ellos desobedecieron y él los
castigó. Dios no alimentó a su Hijo en el desierto, pero Cristo obedeció a Dios
aún con hambre. El amó a Dios a la perfección. Dios proporcionó el maná para
alimentar a su pueblo, para hacerlos humildes y para enseñarles su camino. ¿Nosotros
podemos confiar en él aún cuando no se satisfagan nuestros deseos? Dios nos
dará todo lo que nos conviene mejor. Puede darnos una esposa o un esposo,
dinero para nuestras necesidades, amigos y colaboradores. Sin embargo, el
diablo dice: "Dios no lo va a hacer, así que es mejor que lo hagas tu
mismo." Tan pronto como oigas al diablo y empieces a satisfacer tus
deseos, la confianza en Dios y la paz de tu mente, se perderán. Y todas las
cosas serán diferentes porque no estás confiando en Dios sino en ti mismo.
El
diablo tentó a Cristo por segunda vez, llevándolo a la cima del templo y le
dijo, "Tú eres el Hijo de Dios." Luego repitió un versículo del
Antiguo Testamento que dice: "Pues a sus ángeles mandará acerca de ti...
para que tu pie no tropiece en piedra" Salmo 91:11-12. Luego dijo:
"Lánzate abajo." Con frecuencia el diablo tratará de alejarnos de
Dios. El nos dirá que hagamos algo para satisfacer nuestros propios deseos. Si
falla en esto, nos dirá que debemos hacer algo extraordinario que llame la
atención de los demás. Se parece al hombre que camina sobre el fuego para
mostrar que no se quema. La gente lo admira porque siempre quiere ver cosas
extraordinarias. Nosotros también queremos ser admirados y somos tentados en
este sentido.
Nuestros
sentimientos y emociones pueden ser un peligro para nosotros. Decimos o prometemos
hacer algo y poco después lo hemos olvidado, porque hemos prometido bajo el impulso
de las emociones. Sin embargo, no debemos pensar que todas las emociones son
inconvenientes. El amor es una emoción y Dios desea nuestro amor. Él quiere que
nuestro amor sea fuerte y profundo. Pero la emoción por si misma no es
suficiente. Es necesario ajustaría al plan de Dios.
Dios
quiere que aprendamos lecciones de él en las cosas comunes de nuestra vida
diaria. Dios no quiere enseñarnos a hacer cosas extraordinarias, sino quiere
que aprendamos que él está con nosotros y que debemos hacer lo que él dice. El
diablo no usó las palabras de la Biblia correctamente pues no mostró su significado
real, si se lee todo el salmo. En el salmo vemos al Señor Jesucristo poniendo
un pie sobre el diablo, Salmo 91:13. Al final del salmo, el diablo es
derrotado. El Señor Jesús sabía esto y estuvo de acuerdo, pero él citó otro
versículo: "No tentarás al Señor tu Dios." No debemos hacer cosas
porque unas pocas palabras de la Biblia parecen probar que son correctas. Debemos
ver lo que toda la Biblia enseña acerca de ellas y ver la verdad en su
totalidad. Así que no es correcto afirmar que unas cuantas palabras de la
Biblia prueban que se está en lo cierto; cuando en realidad podemos estar en un
error si leemos todo el capítulo o todo el libro. Esta es la razón por la cual
el Señor Jesús dijo: "No tentarás al Señor tu Dios." No se puede dejar
una cosa sobre la mesa y esperar que el amigo, el criado u otra persona muestren
que es honesta. ¿Podemos confiar en una prueba como ésta? Si realmente
confiamos en una persona no la pondremos en una prueba como ésta. Nosotros
tentamos a Dios de la misma forma cuando decimos: "Haré algo extraordinario
para ver si Dios hace lo que ha prometido." La gente lo admirará a usted,
pero no está bien poner a prueba a Dios.
El
diablo usó a Cristo para protegerse a sí mismo. Esta fue la tercera tentación y
tiene un significado muy importante para nosotros. Es una lección acerca de la
obediencia a Dios. El diablo dijo a Jesús: "¿Ves todos estos reinos del
mundo? Dios te los dará. Ese es su plan y su propósito." La Biblia dice:
"Pídeme y te daré las naciones por heredad. Tú regirás sobre ellas con
espada de fuego" Salmo 2:8-9. El diablo tomó estos versículos, los volteó
y dijo claramente: "Pídemelos y te los daré; lo cual significa que no
tendrás que ir a la cruz. Tendrás todas las cosas sin sufrimiento alguno. Tú harás
el trabajo de Dios y Dios se agradará de ti, pero tú no tendrás que sufrir.
Solamente inclina tú rodilla y adórame."
¿Qué
significa esto? Nosotros nunca nos arrodillamos delante del diablo para
adorarle. Pero algunas veces hacemos cosas que él quiere y así le servimos y le
adoramos. Los cristianos a veces hacen cosas que no están de acuerdo con la
voluntad de Dios. Él tiene un plan para nuestras vidas, pero nosotros queremos
encontrar un camino más fácil que el camino de Dios. El diablo dice: "Tú
no tienes que sufrir por causa de Cristo." Pero el Señor dice: "Si
alguno quiere venir en pos de mí, debe olvidarse de sí mismo, tomar su cruz y
seguirme" Mateo 16:24.
El
diablo tentó al Señor Jesús en estas tres formas: en su cuerpo, su alma y su
espíritu; pero Cristo salió victorioso. El derrotó completamente al diablo. Fue
tentado, pero dependió de Dios, confió en Dios y obedeció a Dios. El diablo
fue derrotado. Nosotros también seremos tentados en esta misma forma y quiera
Dios concedernos la victoria que dio al Señor Jesús a través de las Escrituras.
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