Sin que lo notemos, el tiempo ha ido avanzando y los días y meses han
continuado su curso. Y así ha pasado otro año
en el cual cada uno ha vivido distintas experiencias de vida, que de
algún modo nos han marcado. Algunos se han enfermado, otros nos han dejado un vacío en nuestro ser pues nos ha llevado la delantera y han partido para estar
con el Señor. Otros han perdido un trabajo por la voluntad de Dios y lo han
recuperado en otro lugar. Y Job nos describe esto de una manera muy gráfica: “Mis días han sido más ligeros
que un correo; huyeron... pasaron cual naves veloces; como el águila que se
arroja sobre la presa” (Job 9:25-26).
Todos tenemos algo que hemos dejado
atrás con el paso del tiempo, pero que nos deja la experiencia necesaria para
continuar. Nada de los que nos pasa, es ajeno a Dios. Él está en pleno conocimiento
de los que nos sucede. Podemos ver el caso de Job. El era un creyente que tenía
un testimonio constante ante Dios, y Dios mismo declaraba: “¿No has considerado a mi
siervo Job, que no hay otro como él en
la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal?” (Job
1:8). Y a pesar de este testimonio, permitió que sufriera en forma dura con la
pérdida de sus hijos, bienes y, por último, su salud (Job 1:13-19; 2:7). Más de
alguno de nosotros hubiésemos exclamado injurias a Dios o alzado el puño al
cielo o reclamarle y gritarle: ¿Por qué esto Señor? Job solo dijo: “¿Qué? ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios” (Job
2:10).
El Caminar produce crecimiento y conocimiento, por tanto
no desdeñamos lo que hasta ahora hemos aprendido. Y ya hemos caminado por dos años con la publicación mensual de esta
revista, con la esperanza cierta que es de utilidad, principalmente, para los
hermanos de la asamblea de Limache y para aquellos que puedan poseer una copia
de ella, ya sea impresa o electrónica.
Con este número
comenzamos el tercer año desde que hemos reiniciado el andar del “candelero
encendido”, y esperamos que este año sea
de bendiciones para cada creyente. Sabemos que los hermanos esperan con ansia
cada número por lo que se aprecia en sus rostros la alegría de tener un nuevo
número en sus manos. Este testimonio es más reconfortante que muchas palabras, y anima a seguir.
Por tanto, esperamos (y es nuestra oración) que siga siendo de
provecho para cada creyente los artículos que hermanos piadosos y fuerte en la
fe escribieron hace muchos años para nuestra enseñanza. Junto con ellos seguiremos entregando las
doctrinas que son fundamentales de nuestra fe, regada con artículos adicionales
de hermanos reconocidos en su fe.
Al concluir esta editorial,
queremos dejar en constancia que el
objetivo de esta revista es que sea siempre de carácter doctrinal, y cada
enseñanza se fundamente en la Biblia. Sin embargo, como los de Berea, es deber de cada lector verificar los artículos
con Biblia en mano, examinar los versículos (si es posible todos ellos) y
meditar si estos corresponden a lo que
se explica; y después retener la porción que crea que le
corresponde.
Por último, entregamos
este trabajo para la gloria del Señor Jesucristo y para el servicio de su
pueblo, la Iglesia.
Que el Señor los bendiga y prospere
este nuevo Año. ¡Maranatha! (1 Corintios 16:22 Versión 1909, “El Señor Viene”).
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