domingo, 6 de enero de 2013

Editorial


Sin que lo notemos, el tiempo ha ido avanzando y los días y meses han continuado su curso. Y así ha pasado otro año  en el cual cada uno ha vivido distintas experiencias de vida, que de algún modo nos han marcado. Algunos se han enfermado, otros nos han dejado un vacío en nuestro ser pues nos ha llevado la delantera y han partido para estar con el Señor. Otros han perdido un trabajo por la voluntad de Dios y lo han recuperado en otro lugar. Y Job nos describe esto de una manera muy gráfica: “Mis días han sido más ligeros que un correo; huyeron... pasaron cual naves veloces; como el águila que se arroja sobre la presa” (Job 9:25-26).
            Todos tenemos algo que hemos dejado atrás con el paso del tiempo, pero que nos deja la experiencia necesaria para continuar. Nada de los que nos pasa, es ajeno a Dios. Él está en pleno conocimiento de los que nos sucede. Podemos ver el caso de Job. El era un creyente que tenía un testimonio constante ante Dios, y Dios mismo declaraba: “¿No has considerado a mi siervo Job,  que no hay otro como él en la tierra,  varón perfecto y recto,  temeroso de Dios y apartado del mal?” (Job 1:8). Y a pesar de este testimonio, permitió que sufriera en forma dura con la pérdida de sus hijos, bienes y, por último, su salud (Job 1:13-19; 2:7). Más de alguno de nosotros hubiésemos exclamado injurias a Dios o alzado el puño al cielo o reclamarle y gritarle: ¿Por qué esto Señor? Job solo dijo: “¿Qué?  ¿Recibiremos de Dios el bien,  y el mal no lo recibiremos?  En todo esto no pecó Job con sus labios” (Job 2:10).
            El Caminar produce crecimiento y conocimiento, por tanto no desdeñamos lo que hasta ahora hemos aprendido.  Y ya hemos caminado por dos  años con la publicación mensual de esta revista, con la esperanza cierta que es de utilidad, principalmente, para los hermanos de la asamblea de Limache y para aquellos que puedan poseer una copia de ella, ya sea impresa o electrónica.
            Con este número comenzamos el tercer año desde que hemos reiniciado el andar del “candelero encendido”,  y esperamos que este año sea de bendiciones para cada creyente. Sabemos que los hermanos esperan con ansia cada número por lo que se aprecia en sus rostros la alegría de tener un nuevo número en sus manos. Este testimonio es más reconfortante  que muchas palabras, y anima a seguir.
            Por tanto, esperamos  (y es nuestra oración) que siga siendo de provecho para cada creyente los artículos que hermanos piadosos y fuerte en la fe escribieron hace muchos años para nuestra enseñanza.  Junto con ellos seguiremos entregando las doctrinas que son fundamentales de nuestra fe, regada con artículos adicionales de hermanos reconocidos en su fe.
            Al concluir esta editorial, queremos dejar en constancia que  el objetivo de esta revista es que sea siempre de carácter doctrinal, y cada enseñanza se fundamente en la Biblia. Sin embargo, como los de Berea,  es deber de cada lector verificar los artículos con Biblia en mano, examinar los versículos (si es posible todos ellos) y meditar si estos  corresponden a lo que se explica;  y  después retener la porción que crea que le corresponde.
            Por último, entregamos este trabajo para la gloria del Señor Jesucristo y para el servicio de su pueblo, la Iglesia.
            Que el Señor los bendiga y prospere este nuevo Año. ¡Maranatha! (1 Corintios 16:22 Versión 1909,  “El Señor Viene”).

No hay comentarios:

Publicar un comentario