De
parte de algunos, existe la tendencia de restar importancia al hogar y de
creer que una carrera o intereses fuera del mismo son mucho más importantes.
Espero que mis lectoras no se encuentren entre las que piensan así. Al menos,
casi todas encontrarán que el artículo del que hablaremos, es muy útil. Es el
que utiliza el Señor Jesús en San Mateo 5:13, como una ilustración para
describir a sus discípulos: "Vosotros sois la SAL de la tierra".
Recordarán
que aplicó dos epítetos a sus seguidores: los llamó "sal" y
"luz"; este último nos habla, creo de lo que otros ven en nuestras
vidas, mientras que lo primero dirige nuestra atención a la influencia que
tenemos sobre otros, de la que muchas veces hasta son inconscientes.
Cuando
comemos, no pensamos en la sal que la cocinera haya usado en la preparación de
la comida, ¡salvo que sea demasiado!, pero ¡pronto nos damos cuenta si falta!
Es así, a veces, cuando los creyentes entran en contacto con los que no
conocen a Cristo; si están llevando vidas victoriosas, parece que no llaman la
atención del inconverso, sin embargo, si no lo están haciendo, bien pronto
suscitan comentarios. Por lo tanto, pesa sobre nosotros que somos de Cristo,
una grave responsabilidad siempre, aun cuando pareciera que nuestras vidas no
tienen ninguna influencia sobre otros, haremos bien en orar siempre: "Que
mi influencia inconsciente siempre sea para bien".
La
sal es una de las necesidades primordiales de nuestra vida moderna, o al menos
lo es en casi todos los países, aunque recuerdo una misionera de la China que
solfa protestar si me veía dejar un poco de salen el plato, pues era un lujo
en el lugar de donde él venía. Sin embargo, la mayoría de nosotras no consideramos
que la sal sea un artículo de lujo, pero es de los que no nos gusta
encontrarnos privadas. Es útil en varias formas y quiero que consideremos
cuatro de ellas.
Primeramente tiene cualidades
purificado ras.
Nosotras
que sabemos algo de los deberes hogareños hemos alguna vez deseado quitar una
mancha de una fuente, y no habiendo detergente disponible, hemos echado mano a
un poco de sal y frotado el plato o fuente, ¿no es verdad? Enseguida ha desaparecido
la mancha. O posiblemente hemos tenido la desgracia de volcar jugo de fruto en
un mantel y nuestra mamá nos ha dicho: "Aplica un poco de sal,
¡prontito!" Estas son ilustraciones muy sencillas, pero fue de las cosas
sencillas que el Salvador extraía sus hermosas parábolas. ¿Nos damos cuenta de
la lección que nos enseña acerca de lo que debe ser una característica
sobresaliente de las vidas de las hijas de Dios? Tú y yo, ¿tenemos este efecto
sobre la compañía en que estamos colocadas? ¿Somos, por ejemplo, de la clase de
persona en cuya presencia otra titubea en contar cuentos indiscretos? Es
posible hacer sentir una influencia quedamente, sin hablar una palabra, de manera
que otros sientan que tales asuntos no nos agradan; ¡sí! y se dan cuenta de
esto si el Señor Jesús es supremo en nuestras vidas. Lo mismo puede aplicarse
a la crítica destructiva de otros. Pidamos al Señor que nos haga un elemento
purificador dondequiera que estemos.
Segundo, la sal es un condimento sumamente útil para
dar gusto a la comida.
Sabemos
cuan desabrido resulta si la cocinera ha omitido la sal. Leemos en Job 6:6:
“¿Se comerá lo desabrido sin sal?
¿Habrá gusto en la clara del huevo?”
Me
preguntan: "¿Qué tiene eso que ver con mi vida cristiana?” Bueno, creo que
tiene mucho que ver en esta forma. Alrededor nuestro hay personas que parecen
desabridas. Uno diría que no tienen vida. Sus días, en algunos casos, han
pasado en un sin fin de placeres; y ahora todo les aburre; o el dolor les ha
amargado, y ya han perdido todo interés en la vida. ¿Nos hemos dado cuenta que
parte del trabajo que nos ha encomendado el Maestro es mostrarles que hay
algo mejor para ello, un plan trazado por Dios ?... Si pueden ver en nosotras
que Cristo ha hecho algo por nosotras y que realmente cantamos de corazón:
"Gozo da
servir a Cristo
En la vida
diaria aquí
Gozo y grande
alegría
Siempre el me
da a mí."
…ellos también querrán conocer el secreto
y volverán a la vida, porque han entrado en contacto con un poco de "la
sal de la tierra".
Tercero, la sal también provoca la sed.
Esta
sed es muy distinta de la que padecen muchas jóvenes, que lejos de estar
desilusionadas con la vida, francamente piensan pasarla bien, y tienen
confianza en que así será. Lo que necesitan es un poco de sed, pues la
invitación amorosa del Salvador, "Venga a mí y beba", no significa
nada a ellos por el momento, pues no están entre los que son incluidos en la
condición: "Si alguno tiene sed"... Si les hablamos de cosas
eternas, nos llaman "aguafiestas". Posiblemente creemos que no vale
la pena decirles nada. Hasta cierto punto es verdad; pero ¿se nos ha ocurrido
que es nuestra responsabilidad crear en ellos esa sed necesaria? Si dejamos
que el Señor controle nuestro corazón y vida y cultivamos Su Presencia, él dará
satisfacción a nuestros anhelos de manera tan convincente que el interés
de otros en
saber cuál es nuestro secreto, y querrán también tener el gozo que nosotros
poseemos.
En cuarto lugar, es preservador.
Aquí
tenemos otra vez una ilustración de lo que es el trabajo de las que son del
Señor. ¿Hemos pensado alguna vez en lo terrible que sería este mundo sin los
que aman al Señor Jesús? Se echaría a perder totalmente. ¿Es difícil de
imaginar esto? Puede ser, pero eso es exactamente lo que acontecerá, quizá muy
pronto. Las cosas que se vienen sucediendo en estos días están de acuerdo con
las profecías de la Palabra de Dios, y parece obvio que el llamado vendrá para
que nosotros que le amamos nos encontremos con El en los aires, y entonces las
cosas entrarán en una faz de corrupción sin precedentes.
Debemos
perseverar en El, "para que cuando apareciere, tengamos confianza, y no
seamos confundidos de El en su venida". (1 Juan 2:28).
Traducido por
Mary Gray de "El Sendero del Creyente".
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