Introducción
La vida de los seres humanos es breve. Es como un soplo dentro de
una tormenta: no es nada en lo referente al “tiempo” de la eternidad. El
Salmista dice claramente: “¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre [Adán], para que lo visites?” (Salmo8:4). Pero aun
así, con ser
tan insignificantes, los que estamos en este tiempo, tenemos que conocer al ser
humano y vislumbrar el interés de Dios por el hombre. Este interés está
plasmado en su revelación se encuentra en la naturaleza y escrita en la Biblia.
En nuestra insignificancia, el hombre nace, vive y muere. Tres
palabras que representan todo lo que puede hacer un ser humano. Pero estos
seres “insignificantes” tuvieron el privilegio de ser especiales: fuimos obra
de sus manos (Génesis 2:7a), nos dio la vida a través de su soplo (Génesis
2:7b). Vida que se puede acabar aún antes de nacer; es muy breve, ya que
morimos, y como legado a nuestros hijos le dejamos: la muerte, que la heredamos
de nuestros padres.
Y
con respecto a la muerte, a muchos nos ha tocado vivir el estar cerca de un
lecho de un moribundo, o el enterrar a un pariente cercano o a un amigo, o ver
pasar el cortejo fúnebre de un extraño. Los que quedan, padecen un dolor
profundo, como si algo hubiese desgarrado su alma. Se ha escuchado decir a
algunos que los que son llevados a su “última morada”, se les dice que están
recién pagados (cf. Romanos 6:23a).
¿Por qué? ¿Por qué nuestros seres tan queridos tienen que
morir? ¿Por qué algunos sufren tanto
ante de morir? ¿Por qué se tiene que dejarnos?
Además
el hombre siempre se ha preguntado: "¿Quién soy?" "¿De dónde he venido?" "¿A dónde voy después de esta
vida?" Demasiadas preguntas, a las que no se ha podido dar respuesta. Se
ha encontrado respuesta para otras situaciones, pero estas preguntas aún se
encuentran sin responder; y no podrán mientras las busquen por su cuenta,
porque sin Dios no podrán hacer nada.
Las escrituras nos enseñan la
verdad acerca del hombre, de la vida y la muerte y su condición posterior, de
modo que nos responde y satisface
nuestras dudas. En la Biblia encontramos
“la verdad es lo que Dios dice acerca de
cualquier asunto”.
El objetivo principal de este estudio es
conocer lo que nos dice la Escritura de ésta doctrina, y no se pretende abordar
en toda su dimensión lo que ésta abarca. Sólo los puntos esenciales serán
expuestos. Cada uno de nosotros deberá profundizar en este tema si desea
conocer más de esta doctrina.
¿Qué
estudiaremos?
Los temas
que estudiaremos este año, en sus elementos más generales son:
I.
Definiciones
II.
Origen del
Hombre
III.
La
Naturaleza del Hombre
IV.
Constitución
del Hombre
V.
Transmisión
del Ser
VI.
Condición
del Hombre
VII.
La Caída del
Hombre
I.
Definiciones
Lo que empezamos a estudiar es conocido
como la doctrina acerca del hombre o, técnicamente conocida como, antropología,
que significa “estudio del hombre”. Básicamente podemos distinguir dos tipos de
antropologías, la que llamaremos “Naturista o General” y la “Bíblica”. A
continuación presentamos una definición de ambas.
Definición de Antropología General.
La Antropología[1] es una ciencia social que estudia al ser humano de una forma integral (u holística). El Diccionario
de la Real Academia de la Lengua Española define la
Antropología como la “Ciencia que trata de los aspectos biológicos del hombre y
de su comportamiento como miembro de una sociedad”. Y la Enciclopedia Británica nos da la siguiente definición: “Aquella
rama de la historia natural que trata sobre la especie humana…”
Como ciencia
es relativamente joven, adquiere su fisionomía a mediados del siglo XIX, y se
dedica al estudio de la doctrina del hombre. Esta tiene
sus fuentes en los registros y documentos históricos, en los descubrimientos
arqueológicos, en los vestigios de culturas y civilizaciones pasadas, los
cuales estudia, analiza y compara, para racionalizar y llegar a conclusiones
generales.
Definición
de Antropología Bíblica
La Antropología Bíblica, en
cambio, es el estudio racionalizado de las diferentes doctrinas sobre el
hombre, tal y como se encuentran en la Revelación de Dios. Su fuente principal
es la Biblia, y en ella existe material suficiente para desarrollar ampliamente
los dos campos en qué se enfoca la Antropología General, es decir:
a) Todo lo que el hombre es: su creación especial, el
estado original, su caída, etc.
b) Todo lo que el hombre hace: la Biblia es un libro
antiquísimo y contiene registros fidedignos de culturas y civilizaciones
antiguas.
Sin embargo, como su norma es la
Revelación Divina, sigue fielmente el desarrollo doctrinal pautado por esta
sobre los diferentes aspectos del hombre, trazados en un orden lógico, bíblico
y sistemático.
Con base a lo anterior, podemos
definir la antropología teológica como "la rama de la ciencia teológica
que trata sobre el hombre, tanto en su condición original como en su estado
caído. Abarca la consideración de la creación del hombre, su condición primitiva,
su prueba y su apostasía, su pecado original y sus actuales transgresiones[2]".
Contraste entre la
Antropología Bíblica y la General.
La Antropología General y la
Bíblica se estudia desde ángulos completamente diferentes: la primera, desde la
filosofía humana y la evolución natural; y la segunda, que toma su contenido de
la Biblia.
La Antropología General, no le da
a Dios ningún lugar en el origen del hombre, ni en su cuidado, ni en su
destino; basa sus teorías en los principios de uniformismo y de selección
natural, es decir, que todo es producto
de procesos graduales.
La Antropología Bíblica, en
cambio, se basa de manera principal en la revelación escrita de Dios tal y como
se ha preservado en las Escrituras, y en aquellos estudios y descubrimientos
arqueológicos y científicos que corroboran la narración bíblica, en los
documentos y registros de historia, en los diversos textos antiguos y modernos
de interpretación o comentarios de las escrituras, en el estudio de las lenguas
antiguas de la Biblia, y el estudio de los usos y costumbres de los pueblos
mencionados en ella, como de su contexto histórico y cultural.
La Antropología Bíblica se
extiende a diversos campos en los cuales no puede entrar la antropología General,
como por ejemplo, el alma humana, la imagen de Dios en el hombre, la conciencia
moral del hombre, los instintos, el pecado original, consecuencias de la caída,
la regeneración y el nuevo nacimiento. En vano buscaría la antropología no
bíblica conocer lo referente a estos temas; sin embargo, son realidades de la
existencia humana que no pueden ser negados y como tales constituyen factores
determinantes en cualquier psicología que tenga valor.
Una marcada diferencia hay entre ambas, y se da porque la
antropología bíblica muestra al hombre como Dios lo ve; y la “General” muestra
al ser humano como el hombre la describe. Son dos visiones opuestas, porque
uno, Dios, la declara perdida y en constante decadencia, pero Él mismo le entrega
herramientas para volverse acercar a Él. Y la otra disciplina ve al hombre con
el que se redime a si mismo con el progreso que realiza diariamente, pensando
que a medida que abunde el conocimiento, el hombre será mejor ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario