V. Transmisión del Ser.
Quizás este
tema es el más controvertido, porque hay diferentes teorías que tratan de
explicar de cómo se origina el alma en las personas. Es importante este tema, porque dependiendo de la respuesta
que se le dé a la pregunta, se formulará la doctrina que tiene relación con la
transmisión del pecado.
Cuando Adán
engendró a Set, llegó a ser el padre de un hijo a su propia semejanza, conforme
a su imagen (Génesis 5:3). Aunque Adán fue hecho directamente a la imagen de
Dios; sus hijos fueron generados a la imagen de Adán, el cual, por supuesto,
todavía conservaba la imagen de Dios aun después de la Caída (cf. 1 Corintios
11:7). Así que, la transmisión del ser, esa identidad que nos distingue de los
animales, del hombre era y es por la generación natural.
Nadie
cuestiona esto en lo que al aspecto material del hombre se refiere. Nuestros
cuerpos provienen de nuestros padres, y los de ellos de los suyos, etcétera.
Pero ¿cómo se transmite el aspecto inmaterial del hombre de generación a
generación? O ¿De dónde
ha conseguido su alma el hombre?
Tradicionalmente
varias respuestas se han sugerido a esta pregunta. Examinemos
las teorías que proponen los teólogos al respecto:
La teoría de la preexistencia de las Almas.
Esta teoría sostenida por Orígenes (185-254 D.C.), siendo casi el único en sostener que
todas las almas que jamás han estado, o que jamás estarán en el mundo, fueron
creadas en el principio. Orígenes
sostenía que las almas
pasan por varias encarnaciones a través de la historia y contraen la pecaminosidad
en el proceso. Al momento de la concepción, ellas son unidas con su cuerpo.
Esta teoría fue enseñada primero por Platón, pero jamás fue aceptada por
la Iglesia, por carecer de fundamento bíblico. Esta teoría afirma que las almas, tanto si son eternas
como si han sido creadas por Dios en el pasado, existen en una morada o
“tesoro”, desde donde son tomadas y puestas en los hombres. No pretende ser una doctrina bíblica porque la Biblia nunca
habla de creación de hombres antes de Adán. La Biblia tampoco atribuye la
presente condición de la raza humana a ninguna fuente superior al pecado de
Adán.
En tiempos
modernos lo enseña la teosofía, el hinduismo, religiones modernas como los
mormones, que son los principales exponentes de esta teoría. Ellos enseñan lo
que dijimos más arriba, que las almas están en los cielos con Dios hasta que
habita en una criatura. Esto es, en esencia, una forma de reencarnación, la
cual no tiene bases escriturales. El
cristianismo ortodoxo nunca mantuvo este punto de vista, puesto que no tiene
ninguna base bíblica. Además, el aspecto de reencarnación en esa enseñanza está
en conflicto directo con la doctrina bíblica sobre la vida eterna o el castigo
eterno para cada individuo nacido en este mundo. La Biblia sostiene que esta
verdad, que el alma abandona esta vida, para ir a un castigo eterno o la presencia
de Dios.
La teoría del creacionismo.
Según se
sostiene[1],
el creacionismo enseña que Dios crea el alma (de Novo) directamente al momento
de la concepción o al nacer o en algún momento, e inmediatamente la une o es
puesta en el cuerpo. El alma del feto es pecaminosa no porque su creación fuera
en alguna forma defectuosa (o falla de fabricación), sino a causa del pecado de los padres del género humano,
de su contacto con la culpabilidad heredada por medio del cuerpo. Esta
culpabilidad es adquirida por su inmediato contacto.
Hodge ofrece tres argumentos en respaldo del
creacionismo.
(1)
Está más de acuerdo con pasajes de las
Escrituras como Números 16:22 y Hebreos 12:9, que dicen que el alma proviene de
Dios (mientras que, por el contrario, el cuerpo proviene de los padres terrenales).
(2)
Puesto que la naturaleza del alma es inmaterial
no pudiera ser transmitida por la generación natural.
(3)
La naturaleza inmaculada de Cristo solamente
pudiera ser posible si Su alma hubiera sido creada (y, por supuesto, no se
hubiera unido con un cuerpo pecaminoso —para que Su persona fuera sin pecado).
Los católicos romanos y muchos teólogos reformados prefieren el creacionismo.
Existen
otros textos en los que se basa esta teoría: Zacarías 12:1; Isaías 42:5.
Esta creencia sostiene que
después de un periodo de días (cuarenta días piensan) de concepción, el alma se
une con el cuerpo. El Catolicismo Romano propone esto de esta doctrina. También
este punto de vista es aceptado por algunas iglesias protestantes,
especialmente los reformados.
Si esta creencia fuera verdad,
entonces Dios sería el Creador de almas pecadoras. Es más, la injusticia de
parte del Dios justo sería enorme, porque estaría creando almas que serían
condenadas al infierno sino creyesen en el Señor Jesucristo como Salvador personal.
La teoría del traducianismo.
Tertuliano es el autor de la teoría del Traducianismo
que hacer surgir el alma racional ex
traduce[2]. Es seguida por varios escritores occidentales; desde la Reforma por
los luteranos; también por la iglesia oriental. Los teólogos católicos y muchos
evangélicos son de pensamiento creacionista, aunque otros destacados creyentes[3] favorecen el traducianismo.
Esta teoría sostiene que tanto el alma,
como el cuerpo, son derivados de los padres, es decir, el alma es transmitida junto
con el cuerpo por medio de los procesos de la generación natural. Citan a Génesis
5:3 que dice: "Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a
su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set." Véase: Hechos 17:24-26.
Se cita tres
clases de apoyo para esta teoría (propuestas por Shedd).
(1)
Escritural: Hebreos 7:10 indica un acto
racional y moral de parte de Leví, que aún no había nacido; Génesis 2:1–3
declara que Dios descansó en el séptimo día de la creación porque Su obra
creativa ya estaba terminada. No se indica ningún otro acto, como el crear
nuevas almas; y el versículo 7 no permite que el aliento de vida sea soplado
sobre cualquier otro que no sea Adán.
(2)
Teológico: el creacionismo pone a Dios
en la posición de crear un alma perfecta (El no pudiera crear una pecaminosa),
entonces permitirle caer, en el caso de cada bebé recién nacido. El caso del
Cristo sin pecado es en todo respecto una excepción y no el patrón para decidir
esta cuestión.
(3)
Fisiológico: el hombre siempre se considera
como una unión de alma y cuerpo; por lo tanto, es más natural pensar que lo
psíquico y lo físico se desarrollan juntamente.
Por último, no Existen evidencias bíblicas para
comprobar esta teoría y las conclusiones deben basarse en deducciones como las
expresadas anteriormente. Estudios modernos
de la unidad de la herencia y la cuestión psicosomática no son concluyentes,
aunque fácilmente podría interpretase desde el punto de vista traducionista.
Conclusión.
Ante las evidencias expuestas en las tres teorías
anteriores, se puede concluir que esta
última es la que más se acerca a las evidencias y aun al razonamiento bíblico.
Sin embargo, no se sabe cómo el cuerpo humano adquiere sus cualidades
espirituales ni cuando lo hace. Esto es un misterio de Dios que no nos ha
revelado; pero cuando estemos con Él, sabremos cómo era el proceso.
Sólo sabemos que heredamos la condición pecadora
de nuestros padres, por lo cual debemos encontrar la reconciliación con Dios (Mateo
4:17; Hechos 17:30).
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