domingo, 4 de mayo de 2014

Doctrina. El Hombre (Parte V)

V. Transmisión del Ser.


Quizás este tema es el más controvertido, porque hay diferentes teorías que tratan de explicar de cómo se origina el alma en las personas. Es importante  este tema, porque dependiendo de la respuesta que se le dé a la pregunta, se formulará la doctrina que tiene relación con la transmisión del pecado.
Cuando Adán engendró a Set, llegó a ser el padre de un hijo a su propia semejanza, conforme a su imagen (Génesis 5:3). Aunque Adán fue hecho directamente a la imagen de Dios; sus hijos fueron generados a la imagen de Adán, el cual, por supuesto, todavía conservaba la imagen de Dios aun después de la Caída (cf. 1 Corintios 11:7). Así que, la transmisión del ser, esa identidad que nos distingue de los animales, del hombre era y es por la generación natural.
Nadie cuestiona esto en lo que al aspecto material del hombre se refiere. Nuestros cuerpos provienen de nuestros padres, y los de ellos de los suyos, etcétera. Pero ¿cómo se transmite el aspecto inmaterial del hombre de generación a generación?  O ¿De dónde ha conseguido su alma el hombre?
Tradicionalmente varias respuestas se han sugerido a esta pregunta. Examinemos las teorías que proponen los teólogos al respecto:
 
La teoría de la preexistencia de las Almas.
Esta teoría sostenida por Orígenes (185-254 D.C.), siendo casi el único en sostener que todas las almas que jamás han estado, o que jamás estarán en el mundo, fueron creadas en el principio. Orígenes sostenía que las almas pasan por varias encarnaciones a través de la historia y contraen la pecaminosidad en el proceso. Al momento de la concepción, ellas son unidas con su cuerpo. 
Esta teoría fue enseñada primero por Platón, pero jamás fue aceptada por la Iglesia, por carecer de fundamento bíblico. Esta teoría  afirma que las almas, tanto si son eternas como si han sido creadas por Dios en el pasado, existen en una morada o “tesoro”, desde donde son tomadas y puestas en los hombres.  No pretende ser  una doctrina bíblica porque la Biblia nunca habla de creación de hombres antes de Adán. La Biblia tampoco atribuye la presente condición de la raza humana a ninguna fuente superior al pecado de Adán.
En tiempos modernos lo enseña la teosofía, el hinduismo, religiones modernas como los mormones, que son los principales exponentes de esta teoría. Ellos enseñan lo que dijimos más arriba, que las almas están en los cielos con Dios hasta que habita en una criatura. Esto es, en esencia, una forma de reencarnación, la cual no tiene bases escriturales.  El cristianismo ortodoxo nunca mantuvo este punto de vista, puesto que no tiene ninguna base bíblica. Además, el aspecto de reencarnación en esa enseñanza está en conflicto directo con la doctrina bíblica sobre la vida eterna o el castigo eterno para cada individuo nacido en este mundo. La Biblia sostiene que esta verdad, que el alma abandona esta vida, para ir a un castigo eterno o la presencia de Dios.
La teoría del creacionismo.
Según se sostiene[1], el creacionismo enseña que Dios crea el alma (de Novo) directamente al momento de la concepción o al nacer o en algún momento, e inmediatamente la une o es puesta en el cuerpo. El alma del feto es pecaminosa no porque su creación fuera en alguna forma defectuosa (o falla de fabricación), sino a causa  del pecado de los padres del género humano, de su contacto con la culpabilidad heredada por medio del cuerpo. Esta culpabilidad es adquirida por su inmediato contacto.
 Hodge ofrece tres argumentos en respaldo del creacionismo.
(1)   Está más de acuerdo con pasajes de las Escrituras como Números 16:22 y Hebreos 12:9, que dicen que el alma proviene de Dios (mientras que, por el contrario, el cuerpo proviene de los padres terrenales).
(2)   Puesto que la naturaleza del alma es inmaterial no pudiera ser transmitida por la generación natural.
(3)   La naturaleza inmaculada de Cristo solamente pudiera ser posible si Su alma hubiera sido creada (y, por supuesto, no se hubiera unido con un cuerpo pecaminoso —para que Su persona fuera sin pecado). Los católicos romanos y muchos teólogos reformados prefieren el creacionismo.
Existen otros textos en los que se basa esta teoría: Zacarías 12:1; Isaías 42:5.
Esta creencia sostiene que después de un periodo de días (cuarenta días piensan) de concepción, el alma se une con el cuerpo. El Catolicismo Romano propone esto de esta doctrina. También este punto de vista es aceptado por algunas iglesias protestantes, especialmente los reformados.
Si esta creencia fuera verdad, entonces Dios sería el Creador de almas pecadoras. Es más, la injusticia de parte del Dios justo sería enorme, porque estaría creando almas que serían condenadas al infierno sino creyesen en el Señor Jesucristo como Salvador personal.
La teoría del traducianismo.
Tertuliano es el autor de la teoría del Traducianismo que hacer surgir el alma racional ex traduce[2]. Es seguida por varios  escritores occidentales; desde la Reforma por los luteranos; también por la iglesia oriental. Los teólogos católicos y muchos evangélicos son de pensamiento creacionista, aunque  otros destacados creyentes[3] favorecen el traducianismo.
Esta teoría sostiene que tanto el alma, como el cuerpo, son derivados de los padres, es decir, el alma es transmitida junto con el cuerpo por medio de los procesos de la generación natural. Citan a Génesis 5:3 que dice: "Y vivió Adán ciento treinta años, y engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen, y llamó su nombre Set." Véase: Hechos 17:24-26.
Se cita tres clases de apoyo para esta teoría (propuestas por  Shedd).
(1)  Escritural: Hebreos 7:10 indica un acto racional y moral de parte de Leví, que aún no había nacido; Génesis 2:1–3 declara que Dios descansó en el séptimo día de la creación porque Su obra creativa ya estaba terminada. No se indica ningún otro acto, como el crear nuevas almas; y el versículo 7 no permite que el aliento de vida sea soplado sobre cualquier otro que no sea Adán.
(2)  Teológico: el creacionismo pone a Dios en la posición de crear un alma perfecta (El no pudiera crear una pecaminosa), entonces permitirle caer, en el caso de cada bebé recién nacido. El caso del Cristo sin pecado es en todo respecto una excepción y no el patrón para decidir esta cuestión.
(3)  Fisiológico: el hombre siempre se considera como una unión de alma y cuerpo; por lo tanto, es más natural pensar que lo psíquico y lo físico se desarrollan juntamente.
Por último, no Existen evidencias bíblicas para comprobar esta teoría y las conclusiones deben basarse en deducciones como las expresadas anteriormente. Estudios  modernos de la unidad de la herencia y la cuestión psicosomática no son concluyentes, aunque fácilmente podría interpretase desde el punto de vista traducionista.
Conclusión.
Ante las evidencias expuestas en las tres teorías anteriores, se puede  concluir que esta última es la que más se acerca a las evidencias y aun al razonamiento bíblico. Sin embargo, no se sabe cómo el cuerpo humano adquiere sus cualidades espirituales ni cuando lo hace. Esto es un misterio de Dios que no nos ha revelado; pero cuando estemos con Él, sabremos cómo era el proceso.
Sólo sabemos que heredamos la condición pecadora de nuestros padres, por lo cual debemos encontrar la reconciliación con Dios (Mateo 4:17; Hechos 17:30).


[1]  Charles Hodge
[2] Procreada por el Padre
[3] Shedd y Strong, por ejemplo

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