TEXTO: “Es necesario orar siempre, y no desmayar” (Lucas. 18:1).
DEFINICION: La oración es el acto de hablar
con Dios en Adoración, Intercesión, Petición y Comunión. Dios no desea que Sus
hijos caminen solos, sino que en todo hagan sus peticiones a El y que se gocen
de comunión con El.
SIETE PUNTOS:
1. Cristo nos enseñó algunas cosas sencillas
y elementarías concerniente a la Oración.
a. No debemos ser “como los hipócritas”,
desplegando piedad para ser alabados de los hombres.
b. No debemos ser “como los gentiles”, diciendo
muchas palabras — el mucho hablar no agrada a Dios. El conoce a todos y nos
ama El no necesita persuasión para ser benigno o para que nos escuche. Las
encantaciones como “Baal, escúchenos!” no tienen lugar en la oración
verdadera.
c. No debemos ser como engañadores,
quienes esperan ser perdonados, pero rehúsan perdonar a los demás. (M.t 6:14).
d. Debemos orar con importunidad. Véase
las dos Parábolas en Lucas 11:5-13 y 18:1-8. No con muchas palabras pero frecuentemente
y nunca cediendo ni desmayando -- esto es, orando con fe y perseverancia.
2. El Ejemplo de la Oración (Mat. 6:9-13,
“La Oración del Señor”) debe ser estudiada cuidadosamente. Presenta primeramente
lo que concierne en sí a Dios en tres peticiones. El nombre Santificado, El
Reino venidero y que Su voluntad sea hecha. Nuestras necesidades siguen en
cuatro peticiones, por Alimento, Perdón, Dirección y Liberación.
Termina con una atribución de gloria a
Dios. No es egoísta, “Mía”, sino piensa en otros, “Nuestra”. Esta Oración
Perfecta no debe ser hecha sin vida, ni repetida ligeramente, porque entonces
se vuelve una repetición vana.
3. La Repetición de Oraciones debe dar
lugar a la Oración en el Espíritu. Orar con notas (aunque algunos encuentran
que esto les ayuda un poco) es como un hombre con muletas, debemos aprender a
adorar y orar en el Espíritu. La promesa de Romanos 8:26-27 es nuestro
privilegio, “Orando en todo - tiempo con toda deprecación y súplica en él
Espíritu, y velando en ello con toda instancia” (Ef. 6:18) es nuestro método.
4. La adoración es él método más alto de
la Oración. Es el alma deleitándose en Dios y adorando, alabando y bendiciendo a El por lo que El es y ha hecho
por nosotros en Cristo.
El Padre busca adoradores (Juan. 4:
23-24). En los Salmos 145 a 150 se encuentran ejemplos de adoración pura. Ni
una sola petición, todos gloriándose en el Señor.
5. La intercesión por otros es una forma
noble de la Oración. Véase cómo el Señor Jesús oró por nosotros en Juan 17, y
aprenda a traer las necesidades de otros a Dios. Frecuentemente cuando uno no
puede orar por sí mismo, la intercesión por otros abre las puertas de la
oración.
6. Comunicación con Dios es la forma de
oración más fructífera. No son generalidades indefinidas y vagas como “Oh,
Dios, bendiga...” sino discutiendo nuestros asuntos con Dios — como Ezequías
puso la carta delante del Señor, y David se sentó delante de Dios para hablar
acerca de su reino.
7. La Oración debe tener sus tiempos determinados. La regla de David y
Daniel era mañana, a medio día, y por la noche (Salmo 55:17 y Daniel 6: 10),
pero aparte de nuestros tiempos acostumbrados para orar debemos aprender a orar
al trabajar, o cuando caminamos, en todo tiempo. La oración en el secreto del
corazón es un hábito bendito.
ILUSTRACIONES:
Abraham (Gen. 18:23-32). Su siervo (Gen.
24:12-14). David (2 Sam. 7:18-29), y muchos otros.
La parábola del Publicano y el Fariseo
(Lucas 18:9-14), y las Parábolas de Lucas 11:15-13 y 18:1-8).
Sendas de Luz, Diciembre-Enero, 1976
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