domingo, 4 de mayo de 2014

LA PRIMOGENITURA DE ESAU

"Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo cansado, dijo a Jacob: Ruégote que me des a comer eso bermejo, pues estoy muy cansado. . . Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a mor ir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? Y dijo Jacob: Júramelo es este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura. Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y levantóse y fuese. ASI MENOSPRECIO ESAU LA PRIMOGENITURA”. (Génesis 25:29-34).
"Que ninguno sea fornicario, o profano, como Esaú, que por una vianda vendió SU PRIMOGENITURA, Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue reprobado (que no halló fugar de arrepentimiento), aunque lo procuró con lágrimas” (He. 12:16-17).
¡Qué necio fue Esaú! ¡Vendió su primogenitura a cambio de un guiso bermejo! ¡Qué poco aprecio tuvo de la bendición que contenía! Menospreció lo que realmente importaba por una insignificancia. Ningún hombre muere por estar cansado o por permanecer sin comer un día, sin embargo, "el profano Esaú" dijo:. . .voy a morir; ¿PARA QUE, PUES, ME SERVIRA LA PRIMOGENITURA?
Jacob aprovechó la necedad de su hermano astutamente y con presteza, obteniendo para sí la bendición que despreció Esaú. La primogenitura era de Un valor inapreciable para Jacob, y la codició con todo su corazón.
¡Qué valiosa enseñanza contiene la historia de estos dos hermanos! ¡Cuánto nos quiere hacer ver el Señor mostrándonos la necedad de Esaú y la sabiduría de Jacob! Los siglos pasan, pero la historia de la necedad humana se repite en el menosprecio de la primogenitura. Notemos como podemos llegar a menospre­ciar nuestra primogenitura.

EL DESPERTAR ESPIRITUAL
      El Espíritu Santo comenzó a trabajar profundamente el corazón de sinceros hermanos, en distintas partes del mundo, durante la segunda década del siglo pasado. Esta obra fue tan profunda que en algunos países como Irlanda e Inglate­rra, hasta clérigos y pastores abandonaban sus respectivas denominaciones pa­ra unirse a los sencillos creyentes que se reunían tan solo en el digno Nombre del Señor, conforme a Su voluntad. (Mateo. 18:20).
      Las Sagradas Escrituras eran abiertas y estudiadas por lo que también se abrían los ojos de aquellos que buscaban conocer la MENTE DE CRISTO. Así comenzó un verdadero DESPERTAR ESPIRITUAL.
      ¡Qué equivocados están los que piensan que se consigue DESPERTAR espiritualmente mediante el esfuerzo humano! La potencia del despertar no está en nosotros sino UNICAMENTE EN EL SEÑOR.
            El DESPERTAR del Espíritu Santo tomó fuerza y se extendió al mundo ente­ro. Obtenida la mente de Cristo, los hermanos se identificaron con el Señor llevando EL EVANGELIO Y LA DOCTRINA a todas partes. (Hechos 1:8; 2ª Juan. 9).
            Todos los que salieron tenían la certeza de haber sido salvados por el Señor quien también les había capacitado y les enviaba para cumplir su voluntad. Por eso toda su energía se originaba en la más absoluta dependencia de Él, y en la seguridad de que El era SUFICIENTE para suplirlo todo, proveer lo necesario y completar lo faltante puntual mente. EL SEÑOR SERA SIEMPRE SUFICIEN­TE PARA SOSTENER A LOS QUE DEPENDAN DE EL (Le. 22:35).
            ¡Maravillosa demostración de fe en Cristo! ¡Admirable ejemplo de sumisión al Dios vivo y verdadero! El Señor tenía héroes de la fe, y aún quiere tenerlos ahora, héroes que solo dependan de Él, quienes recibirán merecida honra en AQUEL DIA.
            La obra de gracia que comenzó en el viejo mundo, llegó a nuestra Argentina, como a toda América, en el norte como en el sur. El sencillo testimonio al Nom­bre digno del Señor comenzó en Buenos Aires, en Rosario, en Córdoba, Santia­go del Estero, Salta y en muchos otros lugares.
            A través de aquel DESPERTAR ESPIRITUAL, el Espíritu Santo sacó a luz lo que no manifestó la "Reforma". En su época la "Reforma" hizo conocer al mundo, la gloriosa verdad de la JUSTIFICACION POR LA FE, pero con el DES­PERTAR ESPIRITUAL fue conocido y anunciado TODO lo restante de la gracia de Dios. En el DESPERTAR ESPIRITUAL, los hermanos distinguieron la verdad en cuanto a:
1) LA SEGUNDA VENIDA DEL SEÑOR
2) REUNIRSE AL NOMBRE DEL SEÑOR
3) CELEBRAR LA CENA DEL SEÑOR EN SENCILLEZ Y HUMILDAD
4) EL SACERDOCIO DE TODOS LOS CREYENTES
5) EL ORDEN EN LA ASAMBLEA
6) EL SUSTENTO DE LA OBRA DEL SEÑOR Y SUS OBREROS
       Aquellos que codiciaron la verdad, como Jacob la primogenitura, la apreciarán en su real magnitud, porque la compraron por su justo precio; pero los que la heredaron, la menosprecian, como lo hizo Esaú. (Pr. 23:23).
      Algunas de las bendiciones que encierra esta PRIMOGENITURA:

REUNIRSE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR
            Los que fueron despertados por el Espíritu Santo percibieron el error denominacional, y el valor que tiene reunirse solo en el nombre del Señor. Las pa­labras del Señor: "Porque donde están dos o tres congregados EN MI NOMBRE, allí estoy yo en medio de ellos", fueron recibidas como una valiosa revelación. (Mt. 18:20). Ellos vieron como un agravio al Señor los nombres denominacionales; pero al imponerse el Registro de Cultos en nuestro país, los hermanos aceptaron imprudentemente un nombre: "Iglesias Cristianas Evangélicas", y esto tan solo para obedecer a las autoridades, no como un nombre denominacional. Sin embargo, el tiempo se encargó de cambiarlo todo. En sus orígenes, los herma­nos dirigían sus cartas y circulares a los hermanos que se reúnen en el Nom­bre del Señor, hoy lamentablemente se hace a la Iglesia Cristiana Evangélica de tal o cual lugar. De este modo, gradualmente, el NOMBRE DEL SEÑOR fue reemplazado sin que se dieran cuenta, por el nombre denominacional. Donde se cambia el nombre, pronto se cambia todo lo demás, como veremos a continuación.
La primogenitura fue tristemente vendida por un plato de lentejas, pocos se dan cuenta de ello y a pocos les duele esta venta humillante. ¡Qué decadencia espiritual en tan poco tiempo! ¡Qué desastre puede hacer la transgresión en la vida espiritual de los creyentes en unos pocos años!

LA CENA DEL SEÑOR
LA CENA DEL SEÑOR, instituida por el mismo Señor, encierra en sí incalculables bendiciones para los que participan dignamente de ella. Su sencillez, solemnidad y reverencia agradan al Señor y benefician al redimido. En la Cena del Señor, el creyente hace memoria de su Señor y Salvador. La mesa, el pan y la copa son su distintivo; el pan simboliza Su cuerpo crucificado y la copa Su san­gre derramada. Pero esta tan sencilla, solemne y significativa reunión se transforma en otra, donde la higiene, la precaución y los escrúpulos son preponderantes, pues, La copa se transforma en “copitas”, El pan en "trocitos" previamente cortados, y el Espíritu Santo responde: "Esto no es comer la Cena del Señor". (1° Co. 11:20). ¿Nos damos cuenta lo que significa vender LA PRIMOGENITURA?

EL MINISTERIO DE LA PALABRA
La transgresión en el MINISTERIO DE LA PALABRA sigue a la de la Cena del Señor. El ministerio fiel edifica, corrige, redarguye y santifica. Cada asamblea necesita el ministerio fiel, pues, sin este los santos no pueden desarrollarse espiritualmente. El ministerio fiel se hace aún más indispensable cuando el pueblo de Dios se une ocasionalmente, y este ministerio fiel puede proporcionarlo solamente el Espíritu Santo. Ninguna comisión, por más bien intencionada que sea, lo puede proveer, pues ningún hombre ni grupo de ellos puede monopolizar al Espíritu Santo. A los ministros de la Palabra los levanta el Señor por Su Espíritu (Le. 1:4).
¡Cuántas maravillas vio el pueblo de Dios, cuando el Espíritu tuvo libertad para escoger y levantar SUS ministros!
Lamentamos la decadencia espiritual, todos la sentimos, pero no pocos logran discernir la causa de esta pobreza espiritual.
Un orador que apela a la humana sabiduría, y que satisface humanos intere­ses, no puede ser un fiel ministro de la Palabra. ¡Cómo fue edificado el pueblo de Dios, cómo fue consolado y prevenido en aquella oportunidad en que el Espíritu Santo levantó a Jahaziel! ¡Con qué docilidad Jahaziel se sometió al Señor para comunicar la verdad al pueblo equivocado!  ¡Con qué gratitud oyó el pueblo el mensaje fiel! (2Cr. 20:8-15) ¡Qué gran consolación recibieron los afligidos, oyendo el ministerio fiel de Obed! ¡Con qué solicitud, con qué amor y fidelidad al Señor, entregó Obed su ministerio, movido por el Espíritu Santo! ¡Qué bendición tan grande es la PRIMOGENITURA de la dependencia del Señor y de la libertad del Espíritu! ¿Necesitamos más ejemplos para reconocer el valor que tiene la PRIMOGENITURA en cuánto al ministerio fiel?

EL MODO DE OFRENDAR AL SEÑOR
¡Qué perfecta y cabal es la enseñanza del Señor sobre el modo de ofrendar a Él y para Su obra!
"Honra a Jehová de tu sustancia, y de las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus trojes con abundancia" (Pr. 3:9-10)
"El alma liberal será engordada, y el que saciare, él también será saciado". (Pr. 11:25).
"Cada primer día de la semana cada uno de vosotros aparte en su casa, guar­dando lo que en la bondad del Señor pudiere"(1 Co. 16:2).
"Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, o por necesidad; porque Dios ama al dador alegre... como de bendición y no como de mezquindad "(1 Co. 9:10-15).
Cada cristiano consciente de su privilegio y de su deber ofrenda al Señor del modo indicado. Ofrenda al Señor de su sustancia, y de las primicias de TODOS sus frutos... apartando en su casa, "regularmente"... como de bendición", y “nunca”... “como de mezquindad”. Los hermanos aprendieron de las Escrituras este modo de dar, en el tiempo del DESPERTAR ESPIRITUAL. Dando así no hay necesidad de pedir, y volver a pedir, de nadie, sino que, basta simplemente presentar las necesidades al Señor, y El las suple siempre en abundancia, en su mucha misericordia. Pero al vender la PRIMOGENITURA, surgen los méto­dos humanos, qué consisten en pasar el plato o la bolsa en reuniones donde no corresponde, imitando a las denominaciones, de esta manera se transforma la ofrenda al Señor en una simple "colecta" INDISCRETA e indiscriminada.
Pedir a los que no son salvos, agravia y ofende al Señor. Dios dice: "Y de ma­no de extranjero NO OFRECERAS EL PAN de vuestro Dios. . . porque su co­rrupción está en ellas: hay en ellas falta, no se os aceptarán"(tv. 22:25).
¡Qué diferencia hay entre el modo de ofrendar indicado por el Señor y el de los hombres!
Los cálculos humanos son atractivos y cautivadores, pero son reprobados por el Señor.
¡CUANTO COSTÓ A ESAU AQUEL POTAJE BERMEJO!
¡CON QUE AMARGURA LO RECORDARA!
¡CON QUE AMARGURA LO RECORDABA DESPUES!
¡CUIDADO CON VENDER LA PRIMOGENITURA!

Sana Doctrina, 1976

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