VII. La caída del hombre
La doctrina de la caída del hombre no es
peculiar al cristianismo. Todas las religiones la contienen de alguna manera, y
reconocen este hecho grande y terrible. Aunque no hubiéramos tenido el relato
que se encuentra en Génesis 3, hubiera quedado siempre el problema de la caída
y el pecado.
Sin embargo, la doctrina de la caída está
relacionada con el cristianismo en una forma en que no está relacionada con
otras religiones. El carácter moral de Dios, como se nos presenta en la
religión cristiana, sobrepuja con mucho la idea del Ser supremo que ofrecen
otras religiones, y de esta manera realza e intensifica la idea del pecado.
Cuando el hombre considera el noble
carácter de Dios, como nos lo presenta
el cristianismo, y mira después la doctrina del pecado, encuentra difícil reconciliar el hecho de que Dios, siendo el
Ser moral que es, haya permitido que el pecado entrara en el mundo. Para algunos
estas dos cosas son irreconciliables, y
dirán que la caída del hombre es una vieja fábula babilónica, pero sólo
tenemos que observar detenidamente al hombre para verlo trabajar por el pan,
debilitarse en sus enfermedades, y morir en su miseria, para darnos cuenta de
que él ha tenido una caída. "Por tanto, como el pecado entró en el mundo
por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los
hombres, por cuanto todos pecaron" (Romanos
5:12).
Analicemos
brevemente el texto bíblico de Génesis 3.
Encontramos:
La Prueba
“Y mandó
Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; más del
árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él
comieres, ciertamente morirás” (Génesis
2:16-17).
La orden
era clara y precisa de parte de Dios. Podían alimentarse de todos los frutos
que produce el huerto y de las semillas, pero de este árbol en particular ellos
NO debían comer, no porque el fruto
fuese malo o venenoso, sino porque Dios había ordenado que de ese fruto no se
comiese. El mandato estaba dado, la ordenanza era clara, por lo cual lo único
que debía hacer Adán (y Eva) era cumplir lo establecido.
Tenemos en
este versículo que por primera vez se menciona la muerte como resultado de una
acción. Y este resultado tenía tres facetas que manifiestan la ruina completa
del hombre:
(1)
La muerte espiritual: La separación de
Dios.
(2)
La muerte física: La separación del
cuerpo.
(3)
La muerte eterna (segunda): Sufrir la
ira de Dios para siempre en el lago de fuego.
Relato Bíblico
El relato bíblico nos indica que un animal, la
serpiente, era muy astuta. No se
presentó como quien era realmente[1].
El enemigo de Dios usó a un (o forma de o disfraz de) animal para atacar. Y
atacó a Eva sagazmente en diversos aspectos de una sola vez:
·
La
curiosidad para lograr su cometido. Lo más probable que la sedujo con sus
colores, y como Eva la vería todos los días y los animales no le tenía miedo, y
de seguro Adán y Eva entendían el lenguaje de
los animales, por esto Eva no se asustó y la escuchó.
·
Presentó la
orden del Señor en forma negativa, mintiendo, ya que
tergiversa la misma orden: “¿Conque Dios dijo: No comáis de ningún árbol del
huerto?“. Eva contesta no de acuerdo a la palabra dicha por el Señor: “más
del árbol de la ciencia del bien y del mal, no comerás de él; porque el día que
de él comieres, morirás.” Es decir, no citó correctamente las palabras de Dios,
sino que dijo: “más del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios:
No comeréis de él, ni tocaréis en él,
para que no muráis.”
Analicemos los puntos en que consiste la caída del hombre:
1.- Ante
la remetida de la serpiente, la respuesta de la mujer
fue: “Del fruto
de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en
medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él,
ni le tocaréis, para que no muráis” (Génesis 3:2-3).
El mandato
de Dios era claro y preciso: “Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás
comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Génesis 2:16-17).
La mujer
no conservó en su pureza la orden de Dios, ya que agregó de su parte a la
ordenanza. “…Ni le tocareis”, había agregado. Podemos inferir que ella había
estado otras veces cerca de aquel árbol mirando su fruto, deseando tocarlo. Es
muy probable que ella hubiera sido observada por Satanás, y éste aprovechó a la serpiente para acercarse a ella. Y en el momento que la
serpiente le habla, ella hubiera ido a
mirar el fruto prohibido.
2.- No Moriréis… La serpiente Plantea todo contradiciendo lo
que Dios había establecido en su decreto. El Decreto era si Comes… Mueres. La
serpiente estaba derechamente decretando lo contrario: “No Moriréis”. Y hace
más aún, le da un aspecto positivo al hecho de desobedecer al mandato divino,
cuando en la realidad sería el hecho que los separaría para siempre del cobijo
de Dios. Las consecuencias que tuvo fueron claras: Murieron, primero
espiritualmente posteriormente físicamente. Definitivamente, los ojos fueron
abiertos y descubrieron con horror el bien y el mal. Sabían al igual que Dios,
el bien y el mal, con la única diferencia es que estaban al lado opuesto, una
inmensa sima nos separaba: es infranqueable.
3.- Como resultado del engaño, Eva estiró la mano y cortó el fruto:
1. Vio que era bueno
2. Que era Agradable
3. Codiciable para alcanzar sabiduría
4. Tomó… comió.
5. Dio al hombre.
Podemos decir que si Eva hubiera
tenido bien puesta su fe, no hubiera deseado comer del fruto. Vio que el fruto
del árbol era agradable a los ojos, lo que quiere decir que tenía un bonito
color y a ella, tal vez, le apetecía probar ese fruto, y sin pensar en el
mandato de Dios y en sus consecuencias en la transgresión que estaba cometiendo,
lo cortó del árbol y comió.
Si en la mujer fue falta de Fe y confianza en el
mandato, en Adán queda patente que fue
más desobediente, ya que como imagen de Dios, debía haber puesto cordura a su
esposa y haber desechado la idea de la mujer de comer del fruto. Fue débil y
comió en forma deliberada, a sabiendas que no debía hacerlo. Adán y Eva se
hicieron pecadores, y por ser hijos de ellos, también lo somos.
Entonces, se cumplió el
castigo de la desobediencia, habían muerto para Dios (y esta muerte es eterna,
ya que Dios es sin pecado y no lo tolera). Como consecuencia de esta
desobediencia, el hombre y la mujer se dieron cuenta que estaban desnudos: “entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron
delantales” (Génesis 3:7).
“Y
oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el
hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los
árboles del huerto” (Gen 3:8).
Era costumbre de Dios caminar y conversar con
Adán; y cuando éste escucha la voz del creador que lo llama (“¿Dónde estás
tú?”), por primera vez tiene miedo, miedo que le induce a esconderse. El Miedo
y la vergüenza de estar desnudos ante el Creador delataban que el pecado reinaba en ellos.
El hombre no puede negar la respuesta a su
creador: “Y él respondió: Oí tu voz en
el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí”. Dios que sabía lo que el hombre había hecho, por lo
cual su pregunta fue directa: “¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has
comido del árbol de que yo te mandé no comieses?”.
El ser humano siempre tiene escusas para todo.
En vez de reconocer que de uno es la falta siempre le echa la culpa a otro.
Dios le pregunta a Adán y culpa a la mujer que le dio de comer el fruto. Y
cuando le pregunta a la mujer, ésta culpa a la serpiente que la engañó.
Interpretaciones del relato
El análisis de este pasaje ha dado
diferentes interpretaciones con respecto a la caída del hombre. Encontramos
tres tipos de interpretaciones, a saber:
1.
Alegórica[2]: Esta interpretación ve el
relato del siguientes modo: Adán es la parte racional del hombres; Eva, la
parte sensual, la parte sensitiva, en relación a los sentimientos; la serpiente, a las incitaciones externas del
mal. Pero la misma sencillez y falta de artificio del relato se opone a este
punto de vista.
2.
Mito: Es una verdad revestido de
forma poética, algo extraviado en las arenas del tiempo, de tradiciones de un
pasado perdido. ¿Por qué se han de tratar unos pocos versículos de esta forma y
no todo el capítulo? Otros quieren preservar la “verdad” del relato sin tener que
aceptar su confiabilidad histórica
3.
Interpretación literal: El relato se lee tal cual es,
en su sentido es perfectamente natural, lo mismo que se hace con las demás
partes del mismo capítulo. El relato indica por sí mismo que se debe tomar
literalmente, ya que es parte de un libro histórico. Los lugares mencionados
con la historia son reales e históricos. La maldición echada al hombre, a la mujer y a la tierra es ciertamente literal,
es un hecho que la muerte se encuentra en el mundo como la paga del pecado.
Sin lugar
a dudas Cristo y los otros escritores
bíblicos consideran el hecho como literal e histórico (Ver Mateo 19:4; Marcos
10:6; 2 Corintios 11:3; 1 Timoteo 2:13-15; 1 Corintios 15: 21–22, 56). Pablo enfatiza la historicidad
del pecado de Adán en Romanos 5:12–21. Él repetidas veces lo compara con lo que
Cristo hizo en la cruz. Muchos que
entienden que Génesis 3 es una leyenda, una poesía, un mito verdadero, o
cualquier otra cosa, no niegan la historicidad de la muerte de Cristo (aunque
puede que no estén de acuerdo en cuanto a su significado). Pero la comparación
y el contraste de Pablo en el pasaje, demanda o que tanto las acciones de Adán
como las de Cristo sean verdad o que ambas sean leyenda o mito. El aceptar la
muerte de Cristo como histórica y no así el pecado de Adán es, para decir lo
menos, forzar el pasaje hasta el punto de ruptura. Esto es precisamente lo que
tratan de hacer los algunos “cristianos” con una teología diferente. No sólo
aceptan la historicidad de la muerte de Cristo, sino que para ellos es el punto
más alto de la revelación. Pero aun así, no aceptan el relato de Génesis 3 como
histórico, aunque reconocen la verdad y realidad del pecado. Pero si, de acuerdo a ese pasaje,
Cristo y lo que El hizo están en la esfera de los hechos, entonces también lo
están Adán y sus acciones.
Naturaleza de la caída
"Entonces la serpiente dijo
a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán
abiertos vuestros ojos; y seréis como Dios sabiendo el bien y el mal. Y vio la
mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y
árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio
también a su marido, el cual comió así como ella." (Génesis 3:4-6) Ahora bien, el fruto estaba bien, y era un buen
fruto, teniendo solamente la prohibición de Dios detrás del mismo. Algunos
contienden que fue algo mezquino de parte de Dios poner en obra la caída del
hombre, pero nosotros preguntamos, "Caminando sobre la orilla, ¿cuántos
pasos en falso hay que dar para caerse a un precipicio?"
a. Pecar es dudar del amor de Dios.
Al dudar del amor de Dios el hombre negó la benignidad de Dios, actuó
separado de Dios y se convirtió en un pecador. "Hay camino que al hombre
le parece derecho; pero su fin es camino de muerte." (Proverbios 14:12 cf. Isaías 55:6)
b. Pecar es dudar de la Palabra de Dios.
Al dudar de la Palabra de Dios el
hombre negó la verdad de Dios; al negar su verdad, el hombre actuó a despecho
de Dios y se convirtió en un criminal. "Todo aquel que comete pecado,
infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley." (I Juan 3:4)
c. Pecar es rebelarse contra la
autoridad de Dios.
Al dudar de la autoridad de Dios,
el hombre negó la deidad de Dios; al negar su deidad, el hombre se convirtió en
un adversario de Dios. Por consiguiente, él se convirtió en enemigo de Dios y
en un rebelde en el universo de Dios. "Por cuanto los designios de la
carne son enemistad contra Dios, porque no se sujetan a la ley de Dios, ni
tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios." (Romanos 8:7-8)
La prueba le fue dada al hombre
para ver si él permanecería fiel a Dios, o no. El hombre fracasó porque él
quiso ser "como" Dios. El mismo diablo también cayó (Isaías capítulo
14) porque él quiso ser semejante al Dios Altísimo. Esto resultó en su caída,
por lo que él plantó la misma semilla de ambición falsa en Adán y Eva para ver
si ello ponía en obra la caída de ellos, y así fue.
Algunos preguntan, "¿Era Dios justo para con ellos?" Adán y
Eva fueron advertidos y puestos de sobre aviso contra Satanás. Había solamente
una prohibición en el huerto. Ellos no necesitaban del fruto porque no les
faltaba nada. Así que no tenían excusa.
Resultado de la caída
I.
Los
resultados inmediatos en Adán y Eva.
(1)
La
vergüenza. "Y
estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban... Entonces
fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces
cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales." (Génesis 2:25; 3:7) Dios mismo
está cubierto con una vestidura de luz (Salmos
104:2); y cuando El hizo al hombre, lo hizo a su propia imagen y
semejanza. Por consiguiente, nosotros creemos que el hombre, originalmente,
estaba cubierto de una vestidura de luz. Cuando el hombre pecó, el perdió su
vestidura de luz, y se hizo una vestidura de hojas de higuera para reemplazar
la que él había perdido. Desde aquel entonces, el hombre ha tratado de cubrir
su desnudez por sus propios esfuerzos, pero no ha encontrado más que trapos de
inmundicia.
(2)
El
miedo. "Y él
respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me
escondí." (Génesis 3:10) El
hombre todavía trata de esconderse de Dios.
(3)
La
separación de Dios. No cabe duda
de que el hombre perdió su naturaleza perfecta y la comunión íntima con Dios
que antes tenía. No hay tal cosa como la "paternidad de Dios" ni la
"confraternidad de los hombres" para el hombre natural, el hombre
pecador.
(4)
La
expulsión del huerto. "Y
lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue
tomado. Echó, pues, fuera al hombre y puso al oriente del Huerto de Edén
querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para
guardar el camino del árbol de la vida." (Génesis 3:23-24) El hombre llegó a ser expulsado del
huerto y un enemigo de Dios.
(5)
Perdió
el señorío sobre la creación. En el principio Adán ciertamente era el gobernador de todas las
criaturas terrenales. "Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos;
todo lo pusiste debajo de sus pies: ovejas y bueyes, todo ello, y asimismo las
bestias del campo, las aves de los cielos y los peces del mar; todo cuanto pasa
por los senderos del mar." (Salmo
8:6-8) Esto no es cierto con respecto al hombre actual. Él ha
perdido ese señorío. Cristo se lo devolverá cuando El venga otra vez. (Hebreos 2 e Isaías 11)
II.
Los
efectos remotos sobre la posteridad de Adán.
(1) El espíritu humano está entenebrecido. "Esto, pues, digo y requiero
en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad
de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios
por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón" (Efesios 4:17-18). El cuarto
oscuro del entendimiento humano permanece entenebrecido hasta que el Espíritu
Santo entre a iluminarlo.
(2) El alma está degenerada y corrupta. Los incrédulos, "... después
que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con
avidez toda clase de impureza." (Efesios
4:19 cf. Jeremías 17:9)
(3) El
cuerpo está sujeto a enfermedad y muerte. "Porque también
la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad
gloriosa de los hijos de Dios." (Romanos
8:21)
El castigo divino del pecado.
Este
castigo fue la expresión inmediata del juicio de Dios sobre:
(1)
La
serpiente. "Y
Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre
todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás,
y polvo comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la
mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y
tú la herirás en el calcañar." (Génesis
3:14-15) Satanás, en toda su majestad, no es considerado más que
una serpiente. Esta es una metáfora, porque nosotros sabemos que las serpientes
no comen polvo. El decreto de Dios para la serpiente, de que ésta comería polvo
de la tierra todos los días de su vida, puso de manifiesto el menosprecio que Él
tuvo hacia el diablo.
(2)
La
mujer. "A la
mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor
darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de
ti." (Génesis 3:16)
(3)
La
creación. "Y al
hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de
que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa;
con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te
producirá, y comerás plantas del campo." (Génesis 3:17-18 cf. Romanos 8:20-22)
(4)
El hombre. “Y al
hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de
que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa;
con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te
producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el
pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo
eres, y al polvo volverás” (Génesis 3:17 – 19, cf. Génesis 5:29).
(5)
El último castigo que fue impuesto sobre la pareja inicial de la
humanidad es el abandono inmediato del hogar que Dios los había albergado: no
eran dignos de él. Y, además, bloqueo la entrada a aquel hogar por medio de guardias, puso querubines para
que no entrasen y comiesen del árbol de
la vida.
(6)
También tiene una expresión
futura del juicio de Dios sobre los hombres, que es la muerte segunda, en el
cual estarán todos los pecadores que no quisieron aceptar el medio de recate
que Dios les prodigaba: La obra redentora de su Hijo Jesús. (Apocalipsis 21:8)
La provisión para el
pecador.
Así como la justicia de Dios requiere que exista un
Juicio, el amor de Dios, la misericordia de él, no podía permitir que el hombre
se perdiera. Así que estableció hechos inmediatos y promesas futuras (que ya
se cumplieron).
Les hizo
vestidos. Ellos estaban desnudos y no podía dejarlos ir así a la inclemencia de
los elementos, cubriendo sus desnudes con hoja de Higuera. La palabra del
señor nos dice: “Y Jehová Dios hizo al hombre y
a su mujer túnicas de pieles, y los vistió” (Génesis
3:21). El personalmente les hizo ropa, para demostrarle su amor, que aun los
amaba. No obstante, debía derramarse
sangre. "... y sin derramamiento de sangre no se hace remisión." (Hebreos 9:22) Ellos debían ser
cubiertos con aquello que había muerto por sus pecados. De la misma manera, los
pecadores de la actualidad tienen que ser cubiertos con la justicia de Aquel
que murió por ellos.
Les prometió un Salvador (Redentor). En Génesis
3:15, se encuentra la primera promesa con
respecto a la venida del Señor Jesucristo. En ella se declara que la
simiente de la mujer (el Señor Jesucristo) herirá la cabeza a la serpiente y ella le herirá el calcañar.
Cuando el Señor moría en la cruz, era la aparente victoria de Satanás. Pero la
aparente victoria se convirtió en derrota, ya que el Señor resucitó al tercer
día como lo había prometido.
Protección. ¿Se imaginan
si Adán y Eva y sus descendientes hubiesen comido del árbol de la vida? Esto significa que ellos vivirían por
siempre, soportando la carga del pecado, lo cual sería horrible de soportar.
¿Por qué? Porque el pecado es una carga que nos va consumiendo poco a poco
nuestra alma, llegando a ser seres horribles.
Por ejemplo, sólo basta ver a los homicidas y las vidas que llevan.
[1] ¿Cómo
sabemos que la serpiente es el Diablo? ¿Por qué suponer que era Satanás el impulsor de esta serpiente? Por diversos
pasajes que encontramos en el nuevo testamento. Apocalipsis12:9 y 20: Satanás
es llamado la serpiente antigua.
[2] Alegoría (gr. allegorein, «hablar figuradamente»), es una figura literaria o tema artístico que pretende representar
una idea valiéndose de formas humanas, animales o de objetos cotidianos. Por su
carácter evocador, se empleó profusamente como recurso en temas religiosos y
profanos. Fue usada desde la antigüedad, en la época del Egipto faraónico, la Antigua Grecia, Roma, la Edad Media o el Barroco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario