Respuesta a una carta
Consideramos
que es un muy peligroso error enseñar que los hombres serán juzgados sólo por
haber rechazado el Evangelio. ¿Qué dice la Escritura?: “Porque sabéis esto, que
ningún fornicario, o inmundo, o avaro, que es idólatra, tiene herencia en el
reino de Cristo y de Dios. Nadie os engañe con palabras vanas, porque por estas
cosas [y no solamente por haber rechazado el Evangelio] viene la ira de Dios
sobre los hijos de desobediencia” (Efesios 5:5-6). “Haced morir, pues, lo
terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos
deseos y avaricia, que es idolatría; cosas por las cuales [y no solamente por
haber rechazado el Evangelio] la ira de Dios viene sobre los hijos de
desobediencia” (Colosenses 3:5-6). “Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de
pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual
es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban
escritas en los libros, según sus obras” (Apocalipsis 20:12).
Estos pasajes,
y muchos otros más que podrían citarse, nos enseñan con total claridad que los hombres
serán jugados por sus pecados, y no solamente por haber rechazado el Evangelio.
“Más yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella
darán cuenta en el día del juicio” (Mateo 12:36). Recibir el Evangelio coloca
al alma completamente fuera del terreno del juicio por los pecados. Rechazar el
Evangelio, en cambio, deja al alma sobre el terreno del juicio. Pero el juicio,
en todos los casos, será según las obras de cada uno. Negar este hecho
implicaría quitar un gran dique de contención moral y abrir paso a una
impetuosa y arrasadora corriente de pasiones y de malos deseos
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