Después del
Reino Milenial: Juicio definitivo de Satanás
Decimos
algunas palabras, al término, de esto que tendrá lugar cuando el Reino milenial
tenga fin. "Satanás será suelto de su prisión" (Apocalipsis 20:7). Los
hombres, que habrán sido abundantemente buenos durante el Reino, se dejarán sin
embargo arrastrar por el Adversario, demostrando así que el corazón humano es
irremediablemente malo: ¡la bondad, la prosperidad, la justicia, la paz no lo
pueden cambiar! El Diablo es entonces definitivamente juzgado: "Y de Dios
descendió fuego del cielo, y los consumió" - Las naciones engañadas por
Satanás - "Y el Diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y
azufre, donde estaba la bestia y el falso profeta. Esto es después de mil años,
y este hecho es suficiente para demostrar que la doctrina de la no-existencia
del castigo eterno es una falsa doctrina, tanto más que es añadido: "Y
serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos” (Apocalipsis
20:8-10).
Juicio de los muertos ante el gran trono blanco
El
juicio de los que han muerto sin Cristo tendrá lugar enseguida en "El gran
trono blanco" (Apocalipsis 20:11). Esta es la segunda resurrección, la
resurrección de los muertos. Entonces toda boca será callada y todo hombre será
culpable ante Dios, ¡sin que este tenga la menor excusa para hacer valer! Los
que comparecerán ante este trono - Donde el Señor ocupará su lugar como Juez -
son los que no han "Creído el nombre del unigénito Hijo de Dios": El
juicio que fue pronunciado sobre ellos (Juan 3:18) será entonces ejecutado.
¿Han cumplido ellos las obras que habían creído como buenas? Ellos mismos
"serán juzgados según sus obras". Pues no han querido aceptar el
beneficio de la obra de Cristo, por lo cual sus nombres no estarán escritos en
libro de la vida, que será abierto para atestiguar que tal nombre no se halla.
"Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago
de fuego". Ellos estarán y por la eternidad, "En el fuego eterno que
es preparado para el Diablo y sus ángeles" (Mateo 25:41). Esto no es solo
para ellos que el fuego eterno a sido preparado, aquellos que en vez de
escuchar la voz de Dios, han preferido escuchar al Diablo y sus ángeles, los
cuales ¡junto con ellos por las eternidades también sufrirán en indecible
desgracia!
Establecimiento del estado eterno
El juicio de los muertos tendrá lugar ante el gran Trono Blanco, el
estado eterno será entonces establecido; el cual es descrito en algunas
palabras en el comienzo del capítulo 21 de Apocalipsis. Cuanta paz repleta
nuestros corazones cuando nosotros leemos: "Enjugará Dios toda lagrima de
los ojos de ellos; y ya no habrá mas muerte, ni habrá mas llanto, ni clamor, ni
dolor; porque las primeras cosas pasaron" (v.4) ¡Tal será nuestra parte
eterna, la de todos los que han tenido confianza en Jesús, en su obra para
salvación del alma! Mientras en la espera de este "Día de eternidad”,
nuestros corazones ¿no se estremecen al pensar que en este mundo donde vemos
tantos sufrimientos, todas las
manifestaciones de violencia y de corrupción, consecuencias del pecado - en el
mundo donde Él fue despreciado, rechazado y crucificado, Cristo será exaltado y
glorificado? "¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuan glorioso es tu nombre en
toda la tierra! Has puesto tu gloria sobre los cielos; Digo: ¿Qué es el hombre
para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que le visites? Le
has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra. Le
hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus
pies, Ovejas y bueyes, todo ello, y así mismo las bestias del campo, las aves
de los cielos y los peces del mar; Todo cuanto pasa por los senderos del mar.
¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán grande es tu nombre en toda la tierra!"
(Salmo 8:1, 4-9).
Dichosos
somos nosotros, que nos regocijamos en esperar la venida del Señor para
llevarnos a su encuentro en el aire, y cantar así con alegría:
Todo mi corazón se
inflama
Cuando yo te veo,
De los ojos de mi alma,
Oh gran Rey de reyes,
Reinarás con poder
Sobre todo el universo,
¡Y, por tu presencia,
Romperás todos los hierros!
¡Señor! ¿Cuándo será esto
de esos tiempos dichosos,
donde resplandecerá tu faz,
colmando nuestros deseos?
Tu esposa cree:
"Vendrás, príncipe de paz,
Vendrás, príncipe de vida,
Reinarás por siempre"
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