martes, 1 de septiembre de 2015

EL REINO DE MIL AÑOS (Parte IV)

Después del Reino Milenial: Juicio definitivo de Satanás
         Decimos algunas palabras, al término, de esto que tendrá lugar cuando el Reino milenial tenga fin. "Satanás será suelto de su prisión" (Apocalipsis 20:7). Los hombres, que habrán sido abundantemente buenos durante el Reino, se dejarán sin embargo arrastrar por el Adversario, demostrando así que el corazón humano es irremediablemente malo: ¡la bondad, la prosperidad, la justicia, la paz no lo pueden cambiar! El Diablo es entonces definitivamente juzgado: "Y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió" - Las naciones engañadas por Satanás - "Y el Diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaba la bestia y el falso profeta. Esto es después de mil años, y este hecho es suficiente para demostrar que la doctrina de la no-existencia del castigo eterno es una falsa doctrina, tanto más que es añadido: "Y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 20:8-10).

Juicio de los muertos ante el gran trono blanco
         El juicio de los que han muerto sin Cristo tendrá lugar enseguida en "El gran trono blanco" (Apocalipsis 20:11). Esta es la segunda resurrección, la resurrección de los muertos. Entonces toda boca será callada y todo hombre será culpable ante Dios, ¡sin que este tenga la menor excusa para hacer valer! Los que comparecerán ante este trono - Donde el Señor ocupará su lugar como Juez - son los que no han "Creído el nombre del unigénito Hijo de Dios": El juicio que fue pronunciado sobre ellos (Juan 3:18) será entonces ejecutado. ¿Han cumplido ellos las obras que habían creído como buenas? Ellos mismos "serán juzgados según sus obras". Pues no han querido aceptar el beneficio de la obra de Cristo, por lo cual sus nombres no estarán escritos en libro de la vida, que será abierto para atestiguar que tal nombre no se halla. "Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego". Ellos estarán y por la eternidad, "En el fuego eterno que es preparado para el Diablo y sus ángeles" (Mateo 25:41). Esto no es solo para ellos que el fuego eterno a sido preparado, aquellos que en vez de escuchar la voz de Dios, han preferido escuchar al Diablo y sus ángeles, los cuales ¡junto con ellos por las eternidades también sufrirán en indecible desgracia!

Establecimiento del estado eterno
El juicio de los muertos tendrá lugar ante el gran Trono Blanco, el estado eterno será entonces establecido; el cual es descrito en algunas palabras en el comienzo del capítulo 21 de Apocalipsis. Cuanta paz repleta nuestros corazones cuando nosotros leemos: "Enjugará Dios toda lagrima de los ojos de ellos; y ya no habrá mas muerte, ni habrá mas llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron" (v.4) ¡Tal será nuestra parte eterna, la de todos los que han tenido confianza en Jesús, en su obra para salvación del alma! Mientras en la espera de este "Día de eternidad”, nuestros corazones ¿no se estremecen al pensar que en este mundo donde vemos tantos      sufrimientos, todas las manifestaciones de violencia y de corrupción, consecuencias del pecado - en el mundo donde Él fue despreciado, rechazado y crucificado, Cristo será exaltado y glorificado? "¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuan glorioso es tu nombre en toda la tierra! Has puesto tu gloria sobre los cielos; Digo: ¿Qué es el hombre para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que le visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies, Ovejas y bueyes, todo ello, y así mismo las bestias del campo, las aves de los cielos y los peces del mar; Todo cuanto pasa por los senderos del mar. ¡Oh Jehová, Señor nuestro, cuán grande es tu nombre en toda la tierra!" (Salmo 8:1, 4-9).
         Dichosos somos nosotros, que nos regocijamos en esperar la venida del Señor para llevarnos a su encuentro en el aire, y cantar así con alegría:
         Todo mi corazón se inflama
                Cuando yo te veo,
                De los ojos de mi alma,
                Oh gran Rey de reyes,

                Reinarás con poder
                Sobre todo el universo,
                ¡Y, por tu presencia,
                Romperás todos los hierros!

                ¡Señor! ¿Cuándo será esto
                de esos tiempos dichosos,
                donde resplandecerá tu faz,
                colmando nuestros deseos?

                Tu esposa cree:
                "Vendrás, príncipe de paz,
                Vendrás, príncipe de vida,
                Reinarás por siempre"

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