“Ciertamente vengo en breve” (Apocalipsis 22:20).
A medida que nos acercamos al fin de esta era,
es predecible que muchos abandonarán la esperanza del regreso inesperado de
Cristo. Pero la verdad sigue en pie, aunque los hombres no la crean.
El hecho es que el Señor Jesús puede venir en
cualquier momento. No sabemos el día o la hora del regreso del Novio a por Su
novia; esto significa que podría venir hoy. No hay profecía que tenga que cumplirse
antes de escuchar la voz de mando del Señor, la voz del arcángel y la trompeta
de Dios. Cierto, la iglesia espera experimentar tribulación en toda su duración
sobre la tierra, pero los horrores del periodo de la Tribulación no son parte
de su destino. Si la iglesia debiera pasar por la Tribulación, eso significaría
que el Señor no podría venir por lo menos en siete años, porque ciertamente
ahora no estamos en la Tribulación y cuando ésta venga, durará siete años.
Hay un gran número de textos en la Escritura que
nos enseñan que debemos estar listos en todo tiempo para la aparición del
Salvador. Consideremos los siguientes:
“...está más cerca que cuando creímos” (Romanos 13:11).
“...está más cerca que cuando creímos” (Romanos 13:11).
“La noche está avanzada, y se acerca el día” (Romanos 13:12).
“El Señor está cerca” (Filipenses 4:5).
“Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará” (Hebreos
10:37).
“...la venida del Señor se acerca” (Santiago 5:8).
“...el juez está delante de la puerta” (Santiago 5:9).
“Más el fin de todas las cosas se acerca” (1 Pedro 4:7).
Parece que estos versículos fueron escritos para
que cale en la mente que la venida del Señor es inminente y que se trata de un
evento por el que debemos estar velando
y esperando. Debemos estar ocupados sirviéndole fielmente como buenos
administradores.
R. A. Torrey dijo una vez: “El inminente retorno
de nuestro Señor es el gran argumento bíblico para llevar una vida activa de
servicio, pura, desinteresada, consagrada y no mundana. Con mucha frecuencia en
nuestra predicación apremiamos a la gente a vivir santamente y a trabajar con
diligencia porque la muerte llega de improviso, pero éste no es el argumento de
la Biblia. El argumento bíblico es siempre: “Cristo viene; estad preparados
para cuando él venga”.
Nuestra responsabilidad es clara. Nuestros lomos
deben estar ceñidos, nuestras lámparas encendidas y debemos ser semejantes a
hombres que aguardan a su Señor cuando regrese (ver Lucas 12:35-36). No
sucumbamos ante aquellos que enseñan que no tenemos derecho a esperar que
regrese en cualquier momento. Por el contrario, creamos en Su retorno
inminente, enseñémoslo entusiastamente y dejemos que esta verdad brille en
nuestras vidas.
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