IV. La
humanidad del Mesías
C. Nombres y títulos de Cristo
A cada
persona que nace en nuestra sociedad se le da un nombre. En la antigüedad los
nombres eran dados de acuerdo al carácter de la persona o de sus logros. En el
caso del Señor Jesucristo su nombre y títulos le fueron dados para representar
alguna función de su obra aquí en la tierra.
Como creemos
en la inspiración verbal de las Escrituras, confiadamente, le adjudicamos mucha
importancia a los títulos y nombres del Señor Jesucristo y a cada uno de ellos
habla mucho acerca de su persona.
A. Jesús. El nombre Jesús
se encuentra en los 4 Evangelios 662 veces, y en el resto del Nuevo
Testamento 109 veces. Jesús es el nombre personal del Señor. Es su
nombre terrenal (designado por el ángel, Lucas 1:31; Mateo 1:21), es el nombre que le pusieron al nacer, el
nombre con que vivió y murió. Es el nombre de su humillación; de su
sufrimiento; de su tristeza. Es el nombre de aquel que se humilló a sí mismo.
El nombre Jesús, en aquellos días era bastante común, varios deben haberse
llamado de esa manera. Jesús es la forma o palabra griega del nombre
hebreo Josué, y significa “Jehová
nuestro Salvador” (de ahí las palabras que el ángel dijese: “él salvará a su pueblo de sus pecados, Mateo 1:21). Este nombre,
Jesús, era el que estaba escrito
en una tabla clavada sobre él en la cruz.
Al leer los
evangelios, se aprecia que nunca le llamaron Jesús cara a cara, siempre
fue llamado Maestro, Señor, o Rabí por sus seguidores (Juan 13:13; Lucas 6:46).
La razón por
la cual el nombre Jesús es mencionado más en los Evangelios es que
enfatizan su humillación; la razón por la cual el nombre Cristo es
mencionado más en los Hechos y Epístolas es que estos textos anuncian su
exaltación. Hay una razón por la que el nombre Jesús es mencionado en la
Epístola a los Hebreos 8 veces: El Espíritu Santo nos
hace saber que esa Persona era un hombre.
Los que no creían en Él, nunca le llamaron Señor; y nunca
los creyentes le llamaron Jesús, con una sola excepción encontrada en Lucas
24:19-21, y eran palabras de discípulos decepcionados, ya que todas sus
esperanzas habían sido arrasadas cuando Jesús fue crucificado. Ellos no
entendían las Escrituras, ni las palabras que el Señor les había dicho que se
levantaría de entre los muertos, y ellos le hablaron a Él como de una causa
perdida; y ellos, allí, le llamaron Jesús. Si Cristo no ha resucitado de
los muertos, sus esperanzas, y no solo la de ellos, sino también las
nuestras, habrían sido destruidas (1 Corintios 15:20). ¡Él es Cristo y Señor! Y
no meramente hombre, sino el Dios-hombre.
B. Cristo. El nombre Cristo
significa el Ungido y se encuentra 374 veces en el nuevo testamento, mayoritariamente
en las epístolas. Es el título oficial del Hijo de Dios. Cuando leemos “ungido”,
tenemos que tener presente como y bajo qué circunstancias, los hombres fueron
ungidos. Sabemos que hombres fueron ungidos como reyes, y profetas, y
sacerdotes
(1 Samuel 15:1, 1 Reyes 19:16, Levítico 8:1, 2, 12 cf. Hechos 3:22, 23; Hebreos
4:14, 15; Lucas 1:31-33).
Los
cristianos no tomamos el nombre de
Jesús, sino de Cristo: somos cristianos (seguidores de Cristo). E incluso sabemos que ese nombre cristianos
fue primeramente dado a los creyentes por aquellos que odiaban a Dios y a
Cristo; sin embargo, estamos gozosos de tomar su nombre y cargar Su vituperio.
C. Mesías.
Es la palabra
hebrea con el mismo significado que en griego Cristo, es decir “El
Ungido” (vea Juan 1:41; 4:25). El Antiguo Testamento está lleno de predicciones
sobre el Mesías, mientras que el Nuevo Testamento está el cumplimiento de las
mismas en Cristo. Dado que en el tiempo de nuestro Señor Jesucristo, la
lengua común era el griego, es comprensible que muchos términos hebreos tengan
su equivalente a esa lengua.
D. Señor. En el Nuevo
Testamento la palabra “Señor” viene de la palabra griega kurios, que
significa Señor, Dios, Maestro, Amo. Esta es equivalente al Adonai del
Antiguo Testamento. Y Cristo, el Señor, es nuestro Maestro y Amo. (Colosenses
4:1).
Además, el
título “Señor” también incluye otro nombre de Dios, y ese es Jehová, y nosotros sabemos eso por el uso que se le da en el Nuevo
Testamento. El Nuevo Testamento traduce “Señor,” cuando en el Antiguo Testamento
la palabra es “Jehovah”: “Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al
Señor tu Dios.” (Mat. 4:7). En este versículo también vemos que Elohim (Dios)
se adjudica al Señor, que es el Señor Jesucristo.
En
la doctrina de salvación debemos reconocer que Jesucristo es Jehová, Dios, y
Maestro: “que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu
corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.” (Romanos 10:9).
Versículos en que se resalta el Señoría de
Jesucristo: Efesios 5:17; 1 Corintios 7:39; Colosenses 3:18.
E.
Jesucristo. Este es otro título del Señor, y es una
combinación de su nombre personal (Jesús) con su título oficial (Cristo). El
énfasis de la palabra es que, Jesús, quien se humilló a sí mismo, ahora es exaltado.
F. Cristo
Jesús. El énfasis aquí es inverso, Cristo, el exaltado, una vez se humilló a sí
mismo (Filipenses 2:5-8).
G. El Señor
Jesucristo. Este es el título más completo del Señor (Efesios
1:3), el cual resalta su Señorío.
H. Yo soy. Este título lo encontramos
por primera vez en el Antiguo Testamento. Jehová se lo reveló a Moisés cuando estaba ante la zarza (Éxodo 3:13, 14).
El
Señor Jesús se llamó a sí mismo el Yo Soy cuando estuvo en el jardín de Getsemaní.
Mientras una multitud venía hacia él con antorchas y palos, el Señor se adelantó
a ellos y les pregunto, “¿A quién buscáis? Le respondieron: A Jesús nazareno.
Jesús les dijo: Yo soy... Cuando les dijo: Yo soy, retrocedieron, y cayeron a
tierra.” (Juan 18:4-6). Vea también Juan 8:58 donde se enfatiza esta expresión
“Yo Soy”, porque Él es el gran Yo Soy que Moisés escuchó ante la zarza
ardiendo, “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad,” (Colosenses 2:9).
Además
vea los siguientes pasajes: Juan 10: 11; 14:6; 6:35; 9:5; 10:9;11:25;15:1.
I.
El Hijo de Dios. Este es el título
de Gloria y Deidad personal del Señor. “Respondiendo el ángel, le
dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con
su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de
Dios.” (Lucas 1:35). “Los judíos le respondieron: Nosotros tenemos una ley, y
según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios.” (Juan
19:7). Ver también Juan 5:18.
El Señor Jesús
es el Hijo De Dios. Un cristiano es un hijo de Dios. El Señor Jesús es el
Hijo de Dios por relación y naturaleza; el cristiano es un hijo de Dios por
regeneración y adopción. El Señor Jesús ha sido el Hijo de Dios desde
todo tiempo y eternidad; el cristiano llegó a ser un hijo de Dios cuando confió
en Cristo el Señor.
El mismo se
designa como “Hijo de Dios” en dos ocasiones en Juan 9:35 y 10:36. Además
dieron testimonio de Él como “Hijo de Dios”: Marta (Juan 11:27); Natanael (Juan
1:49); Pedro (Mateo 16:16); Satanás (Mateo 4:3,6); centurión (Mateo 27:54); un
demonio (Mateo 8:29; Lucas 4:41); un discípulo (Mateo 14:33).
J. El
Hijo del Hombre. Este parece ser el
título favorito del Señor para sí mismo, aquel por el cual Él se llamaba a si
mismo vez tras vez (Lucas 9:58). El título, el Hijo del Hombre,
se halla 88 veces en el Nuevo Testamento: 1 en Hechos; 1 en Hebreos; 2 en
Apocalipsis; y 84 veces en los Evangelios; y ninguna vez en las Epístolas,
entendiendo que éstas son concernientes, en su contenido, a la iglesia y no al
venidero Reino Milenial. Cristo es Rey del Reino, y Cabeza de la
Iglesia; y como la Iglesia no es el Reino, por lo tanto, el título milenial (el
Hijo del Hombre) de Cristo no se halla en las epístolas a las iglesias.
Encontramos
este título en las siguientes situaciones: Enviará a sus ángeles (Mateo 13:41);
tienen potestad de perdonar pecados (Mateo 9:6); Señor del día de reposo (Mateo
12:40); No tienen donde recostar su cabeza (Mateo 8:20); No vino para ser
servido (Mateo 20:28); padecería (Mateo 17:12); Resucitaría (Mateo 17:9); Se
sentará en el trono de su gloria (Mateo 19:28); Sería levantado (Juan 3:14);
Vendrá nuevamente (Mateo 16:27; 24:30); Vino a buscar y salvar lo que se había
perdido (Mateo 18:11).
K. El Hijo
de Abraham. El Evangelio de Mateo se presenta como “el libro
de la generación de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham” (Mat. 1:1). “Ahora
bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las
simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la
cual es Cristo.” (Gal. 3:16).
El Mesías
(el Cristo) llegó a ser judío. Jesús era judío, era el Hijo de Abraham, y por
eso el Mesías
L. El Hijo
de David. Este es el Titulo de Realeza del Señor
Jesús: “Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: ¡Jesús,
Hijo de David, ten misericordia de mí!” (Marcos 10:47). Este título le
correspondía por ser descendiente de la línea real de David (vea genealogía de
Mateo 1 y Lucas 3).
Además de
los textos ya citados, encontramos que fue llamado así por los ciegos en
Capernaum (Mateo 9:27); los ciegos de Jericó (Mateo 20:30); la mujer cananea
(Mateo 15:22); y la multitud en la entrada triunfal a Jerusalén (Mateo 21:9).
M. Hijo
del Altísimo. Este es el título de Preeminencia: “Este será
grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de
David su padre;” (Lucas 1:32).
N. El
Segundo Hombre. “El Segundo Hombre” indica que
hubo uno antes que él, solo uno, y ese hombre fue Adán: “El primer hombre es de
la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.” (1
Corintios 15:47).
O. Postrer
Adán. “Postrer Adán” indica que no hay otro que le siga. Hay solo 2 hombres
ante los ojos de Dios: Adán y Cristo. El mundo está dividido bajo estas 2
cabezas: Adán y Cristo. Todos están en Adán por el nacimiento natural;
solamente son de Cristo aquellos que han experimentado el nuevo nacimiento.
“Así también
está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán,
espíritu vivificante.” (1 Corintios 5:45).
P. El Verbo.
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era
Dios. Este era en el principio con Dios.” (Juan 1:1, 2).
Así como las
palabras habladas revelan los invisibles pensamientos del hombre, del mismo
modo la visible (y viviente) Palabra (El Verbo) nos revela el Dios invisible.
Q. Emanuel. “He aquí,
una virgen concebirá y dará a luz un hijo, Y llamarás su nombre Emanuel, que
traducido es: Dios con nosotros.” (Mateo 1:23). Así como las Escrituras nos
dicen, significa “Dios con nosotros.” Recuerda, el Señor Jesús es Emanuel, Dios
con nosotros; Él nunca nos dejará ni nos desamparará (Hebreos 13:5, 6).
R. Salvador.
“que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO
el Señor.” (Lucas 2:11). No un ayudador, sino un Salvador
S. Rabí.
Esto viene de una palabra hebrea que significa
maestro. “Y volviéndose Jesús, y viendo que le seguían, les dijo: ¿Qué buscáis?
Ellos le dijeron: Rabí (que traducido es, Maestro), ¿dónde moras?” (Juan 1:38).
T.
Raboni. Este es el mismo concepto anterior “Rabí,” y
significa Maestro, pero proviene de lengua caldea. “Jesús le dijo: ¡María!
Volviéndose ella, le dijo: ¡Raboni! (que quiere decir, Maestro).” (Juan 20:16).
U.
Maestro.“Cuando vieron
esto los fariseos, dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con
los publicanos y pecadores?” (Mat. 9:11). El significado aquí es “Instructor.” No
implica la idea de dueño, como en la palabra “Señor” (Adonai). El mundo hoy en
día reconoce que Jesús fue un gran instructor, pero no le reconoce como Señor. El
Señor Jesús no es meramente nuestro instructor: Él es nuestro Dios,
nuestro Jehová, nuestro Señor.
V. Otros Nombres y Títulos.
Abogado (1 Juan 2:1); Alfa y Omega
(Apocalipsis 1:8; 21:6); Amado (Efesios 1:6);
Amén (Apocalipsis 3:14); Amigo de pecadores (Mateo 11:19); Apóstol
(Hebreos 3:1); Aurora (Lucas 1:78); Autor (Hebreos 12:2: Hechos3:15);
Bienaventurado (1 Timoteo 6:15); Cabeza de la Iglesia (Colosenses 1:18); Carpintero (Mateo 13:55; Marcos 6:3);
Consolación de Israel (Lucas 2:25);
Cordero de Dios (Juan 1:29, 36);
Dios (Juan 1:1; Romanos 9:5; 1 Timoteo 3:16); Don de Dios (2 Corintios 9:15); Emmanuel (Mateo 1:23);
Esposo (Mateo 9:15); Estrella
resplandeciente de la mañana (Apocalipsis 22:16); Guiador (Mateo 2:6); Heredero de todo
(Hebreos 1:2); Hijo de María (Marcos 6:3); Imagen misma de Dios (Hebreos 1:3);
León de tribu de Judá (Apocalipsis 5:5); Libertador (Romanos 11:26); Lucero de
la mañana (2 Pedro 1:19); Mediador (1 Timoteo 2:5); Médico (Mateo 9:12);
Ministro (Hebreo 8:2); Nazareno (Marcos 1:24); Obispo (1 Pedro 2:25); Pascua (1
Corintios 5:7); Pastor (juan 10:11, 14; Hebreos 13:20; 1 Pedro 5:4); Piedra
(Mateo 21:42; Marcos 12:10; Hechos 4:11; Romanos 9:32,33; Efesios 2:20; 1 Pedro
2:6,7). Etcétera.
W. Nombres en el Antiguo Testamento.
En el Antiguo Testamento
encontramos muchos nombres de personas que, pensamos (sin ser dogmáticos), que
hablan del Mesías. Algunos de ellos son: Admirable (Isaías 9:6); Afinador
(Malaquías 3:3); Ángel de Jehová (Génesis 16:9-14; Jueces 6:11-14); Deseado de
las naciones (Hageo 2:7); Dios fuerte (Isaías 9:6; 63:1); fuerza de salvación
(Salmo 18:2); fundamento (Isaías 28:16); Gloria de jehová (Isaías 60:1); Guía
(Salmo 48:4); Jefe (Isaías 55:4); Jehová (Isaías 26:4; 40:3); Juez (Miqueas
5:1); Justicia (Jeremías 23:6; 33:16); Legislador (Isaías 33:22); Limpiador
(Malaquías 3:3); Manantial (Zacarías 13:1); Padre Eterno (Isaías 9:6); Pastor
(Salmo 23:1); Príncipe del Ejercito de Jehová (Josué 5:14); Redentor (Isaías
59:20; 60:16); Refugio (Isaías 25:4); Renuevo (Zacarías 3:8); Roca
(Deuteronomio 32:15); Rosa de Sarón (Cantar 2:1); Santo de Israel (Isaías
41:14); Siervo (Isaías 42:1; 49:5-7); Siloh (Génesis 49:10); Sol de Justicia
(Malaquías 4:2); Vara (Isaías 11:1). Etcétera