viernes, 2 de enero de 2015

Oí la voz del Salvador

Oí la voz del Salvador 
Decir con tierno amor: 
“¡Oh, ven a mí, no temas más, 
Cargado pecador!” 
Tal como fui, a mi Jesús 
Cansado acudí, 
Y luego, dulce alivio y paz 
Por fe de él recibí.


Oí la voz del Salvador 
Decir: “Venid, bebed; 
Yo soy la fuente de salud 
Que apaga toda sed.” 
Con sed de Dios, del vivo Dios, 
Buscando a Emanuel, 
Lo hallé; mi sed él apagó, 
Y ahora vivo en él.



Oí su dulce voz decir: 
“Del mundo soy la luz; 
Miradme a mí y salvos sed, 
Hay vida por mi cruz.” 
Mirando a Cristo, luego en él 
Mi norte y sol hallé; 
Y en esa luz de vida, yo 
Feliz siempre andaré.

Horatius Bonar
(19 Diciembre de 1808- 31 de Mayo de 1889)

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