·
Una ayuda en la necesidad: "El ángel de
su faz los salvó; en su amor y en su clemencia los redimió, y los trajo, y los
levantó todos los días de la antigüedad" (Isaías 63: 9).
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El reposo en la vida: "Mi presencia irá
contigo, y te daré descanso" (Éxodo 33: 14).
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La alegría en la tristeza: "En tu
presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre"
(Salmo 16: 11).
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La confortación en la soledad: "Todos
me desampararon... pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas" (2
Timoteo 4: 16-17).
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Un estímulo en todas las cosas: "No
temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te
esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré" (Isaías 41: 10).
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La potencia de su testimonio: "Vive
Jehová Dios de Israel, en cuya presencia estoy" (1 Reyes 17: 1).
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La energía en la persecución: "Nuestro Dios
a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh
rey, nos librará" (Daniel 3: 17).
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