Este año nuevo quiero tomar tiempo para transcribir
un artículo que encontré en la revista mensual Llamada de Medianoche, edición
de febrero 2017. El texto describe nuestra conducta ante dos objetos que
poseemos, como cristianos, en nuestros hogares. El texto reza del siguiente
modo:
La Biblia y el celular
“¿Cómo puede un joven
mantenerse puro? Obedeciendo tu palabra”
(Salmo 119:9 NTV).
Me pregunto: ¿qué
sucedería si tratáramos nuestra Biblia, así como tratamos a nuestro celular?
¿Si lo cargáramos a todos los lugares a los que vamos? ¿Regresaríamos a casa si
nos olvidamos de nuestra Biblia? ¿Si constantemente la revisáramos por
mensajes de texto? ¿Si la consultáramos para cualquier tipo de información o
consejos? ¿Si aprovecháramos nuestro tiempo en los medios de transporte público
leyendo la Biblia? ¿Si fuera el regalo más esperado como regalo de Navidad? ¿Si
no nos pudiéramos imaginar una vida sin la Biblia?
Además, la Biblia tiene
muchas ventajas sustanciales con respecto del celular. Por un lado, la Palabra
de Dios nunca queda obsoleta o desactualizada. La Biblia no corre el riesgo que
por batería baja se apague. Ella está cargada para toda la eternidad, y en sí,
ella es una fuente enorme de poder. Tampoco tenemos que preocupamos por el
monto de la factura, porque Jesús ya la ha pagado.
Lo que perdemos cuando no
vivimos de acuerdo con la obediencia a la Palabra de Dios, es casi
inmensurable. Porque lo que Dios nos ofrece... ¡es eterno! Por esto la Biblia
es de tanta importancia para nuestra vida. Por lo tanto, sigamos el consejo y
demos a la Palabra de Dios una importancia y lugar mucho más alto en nuestra
vida que la nueva tecnología que, de todas maneras, se desactualiza tan
rápido.
Sinceramente creo que cualquier comentario que
se anexe sobra, ya que lo que dice lo muestra claramente con elementos que
perfectamente entendemos. Procuremos seguir la enseñanza que el hermano nos da,
y lleguemos a las reuniones con nuestra Biblia en la mano y no saquemos las que
están en la mesa para aquellas personas que no conocen el evangelio y van a
escuchar el evangelio. ¡Carguémosla con valentía, así como Cristo cargó la cruz
por nos!
Bendiciones para este nuevo año.
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