“Antinomianismo”
es una palabra larga y difícil que significa que algunas personas tienden a
llevar la lógica desenfrenada hasta un extremo. Si me levanto y les digo “Ustedes
son libres”, inmediatamente dan un salto y dicen: “Gracias a Dios, soy libre.
Haré lo que me apetezca”, y salen a la calle y pecan para demostrar lo libres
que son.
Pablo dijo: “Porque vosotros, hermanos, a
libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión
para la carne, sino servios por amor los unos a los otros” (Gá. 5:13). Dios nos
liberó, pero no lo hizo para que hiciéramos el mal. Nos dio libertad para hacer
el bien. La libertad propia del cristiano es la libertad para hacer el bien.
Dios nunca dijo: “Ahora que eres libre, vete a pecar”. Algunos cristianos han
llevado la libertad hasta un extremo tan ridículo e impío que dicen: “Para que
la gracia siga activa, tengo que pecar un poco”. Creo que esto es una herejía trágica,
y que los hijos de Dios deben verla como lo que es, y huir de ella como lo
harían de una enfermedad contagiosa.
A.W.
Tozer, Los Peligros de la Fe superficial, página 114
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