domingo, 4 de julio de 2021

Poesía

 


¡Oh Cristo! Él es la fuente.

¡El profundo y dulce gozo del amor!

¡De las aguas corrientes terrenales yo he bebido,

aguas más profundas beberé en las alturas!

Allá, con la plenitud de un océano,

la misericordia se engrandece en Él, y la gloria,

la gloria habita en la tierra de Emanuel.


La Esposa no mira sus vestidos,

sino el rostro de su Esposo amado.

Contemplaré, no la gloria,

sino a mi Rey lleno de gracia.

No la corona otorgada por Él,

sino sus manos traspasadas.

El Cordero es toda la gloria de la tierra de Emanuel

A. R. C.

Fuente: Revista Fe

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