«¿Has oído las noticias?» Las personas te hacen a menudo esta pregunta, y luego pasan a darte las últimas noticias. Es maravilloso recibir buenas nuevas, pero muchas veces tenemos que recibir también malas noticias. A veces las noticias que recibimos pueden ser como una advertencia de un peligro que puede sobrevenir.
Las hormigas se
comunican entre sí las buenas noticias, pero también se advierten de los
peligros. Tienen una manera de advertir a las otras acerca de cuándo hay un
peligro inminente, aunque no sepan cómo hablar. Primero, tienen que saber qué
hormigas son extrañas al hormiguero, y cuáles pertenecen a él. Tocan antenas
con las otras cuando se alejan del hormiguero, y cuando vuelven a él con
comida. Esta es la manera en que una hormiga sabe que va en el camino correcto
a su propio hormiguero. Una hormiga que no está en el camino correcto es
rápidamente advertida por otra de que está cometiendo una equivocación.
Las hormigas
cortadoras de hojas emiten verdaderos sonidos de alarma. […] El sonido es como
un chillido, y es suficientemente fuerte como para que una persona que está a
dos metros de distancia lo pueda oír.
En
Brasil, una cierta especie de hormiga hace su nido en la caña de bambú. Hace
unos breves y agudos sonidos similares a golpes sobre metal...
Las
hormigas madereras de América del Norte desprenden un olor como advertencia.
Emplean este olor cuando hay problemas y parece que hay algún peligro para el
hormiguero. Tan pronto como una hormiga vecina nota el olor, acude a ayudar a
la hormiga que está en peligro.
[…]
Sabias advertencias
para los creyentes
Los
creyentes necesitan «mantenerse en contacto» entre sí. Las hormigas nos enseñan
esta verdad por la forma en que se mantienen constantemente en contacto para
no apartarse del buen camino. La Palabra de Dios nos instruye a que nos reunamos
con otros creyentes a fin de alentarnos unos a otros, Hebreos 10:25, para ayudarnos
mutuamente y para amarnos los unos a los otros, Hebreos 3:13; 10:24.
Todos
tenemos que ser advertidos del peligro de «extraviamos del camino». Nos
«extraviamos del camino» cuando malgastamos nuestro tiempo en cosas carentes de
valor. Deberíamos tener cuidado acerca de cómo vivimos, y deberíamos intentar
aprovechar al máximo todas las oportunidades que tenemos, Efesios 5:15,16. La
vida es corta, y necesitamos emplear sabiamente cada día, Salmo 90:12.
Podemos
también «extraviamos» cuando nuestro amor por Cristo no es el mismo del
principio. Puede que estemos activos sirviendo al Señor, pero no estamos
haciendo nuestra obra porque le amamos. Puede que estemos haciendo cosas para
complacer a los demás o para que alguien nos felicite por el buen trabajo que
estamos haciendo. Mucho de lo que hacemos carecerá de todo valor, a no ser que
lo hagamos para agradar al Señor. Él quiere que le amemos sobre todas las
cosas, Apocalipsis 2:2-5, Mateo 22:37.
Sabias advertencias para los incrédulos
En tiempos bíblicos
había dos maneras diferentes en que los hombres empleaban una torre de
vigilancia. 1) Edificaban torres para proteger sus huertos, ganados y rebaños
de las fieras y de bandidos, 2 Crónicas 26:10. 2) Empleaban una torre de
vigilancia para ayudar a proteger una ciudad del enemigo, 2 Reyes 9:17,18.
Solía situarse un
vigilante en una torre, y su función era advertir a los habitantes de la
ciudad cuando un enemigo llegara a atacarlos. A veces un guarda perezoso y
dormilón no desempeñaba su trabajo y no advertía a la gente del peligro. Cuando
esto sucedía, era considerado culpable de la muerte de la gente de aquella ciudad.
Pero en otras ocasiones el guarda advertía diligentemente a los habitantes de
la ciudad, y ellos no le hacían caso. En este caso, la gente era culpable de su
propia muerte, Ezequiel 33:1-6.
[…] el apóstol Pablo
fue también como un guarda para Dios. Dios primero tuvo que transformarle, para
que dejara de ser enemigo, Hechos 9. Luego le dio la tarea de advertir a otros
y de decirles cómo podrían reconciliarse con Dios, 2 Corintios 5:18,19, por
medio del Señor Jesucristo, 2 Corintios 5:17...
Adela
de Letkeman, Las asombrosas hormigas, Capítulo 17, extracto
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