viernes, 26 de noviembre de 2021

ADVIRTIENDO A OTROS DEL PELIGRO


«¿Has oído las noticias?» Las personas te hacen a menudo esta pregunta, y luego pasan a darte las últimas noticias. Es maravilloso recibir buenas nuevas, pero muchas veces tenemos que recibir tam­bién malas noticias. A veces las noticias que recibimos pueden ser como una advertencia de un peligro que puede sobrevenir.

Las hormigas se comunican entre sí las buenas noticias, pero también se advierten de los peligros. Tienen una manera de adver­tir a las otras acerca de cuándo hay un peligro inminente, aunque no sepan cómo hablar. Primero, tienen que saber qué hormigas son extrañas al hormiguero, y cuáles pertenecen a él. Tocan antenas con las otras cuando se alejan del hormiguero, y cuando vuelven a él con comida. Esta es la manera en que una hormiga sabe que va en el camino correcto a su propio hormiguero. Una hormiga que no está en el camino correcto es rápidamente advertida por otra de que está cometiendo una equivocación.

Las hormigas cortadoras de hojas emiten verdaderos sonidos de alarma. […] El sonido es como un chi­llido, y es suficientemente fuerte como para que una persona que está a dos metros de distancia lo pueda oír.

En Brasil, una cierta especie de hormiga hace su nido en la caña de bambú. Hace unos breves y agudos sonidos similares a golpes sobre metal...

Las hormigas madereras de América del Norte desprenden un olor como advertencia. Emplean este olor cuando hay problemas y parece que hay algún peligro para el hormiguero. Tan pronto como una hormiga vecina nota el olor, acude a ayudar a la hormiga que está en peligro.

[…]

 

Sabias advertencias para los creyentes

Los creyentes necesitan «mantenerse en contacto» entre sí. Las hormigas nos enseñan esta verdad por la forma en que se man­tienen constantemente en contacto para no apartarse del buen ca­mino. La Palabra de Dios nos instruye a que nos reunamos con otros creyentes a fin de alentarnos unos a otros, Hebreos 10:25, para ayudarnos mutuamente y para amarnos los unos a los otros, Hebreos 3:13; 10:24.

Todos tenemos que ser advertidos del peligro de «extraviamos del camino». Nos «extraviamos del camino» cuando malgastamos nuestro tiempo en cosas carentes de valor. Deberíamos tener cui­dado acerca de cómo vivimos, y deberíamos intentar aprovechar al máximo todas las oportunidades que tenemos, Efesios 5:15,16. La vida es corta, y necesitamos emplear sabiamente cada día, Salmo 90:12.

Podemos también «extraviamos» cuando nuestro amor por Cristo no es el mismo del principio. Puede que estemos activos sir­viendo al Señor, pero no estamos haciendo nuestra obra porque le amamos. Puede que estemos haciendo cosas para complacer a los demás o para que alguien nos felicite por el buen trabajo que estamos haciendo. Mucho de lo que hacemos carecerá de todo va­lor, a no ser que lo hagamos para agradar al Señor. Él quiere que le amemos sobre todas las cosas, Apocalipsis 2:2-5, Mateo 22:37.

           

Sabias advertencias para los incrédulos

En tiempos bíblicos había dos maneras diferentes en que los hombres empleaban una torre de vigilancia. 1) Edificaban torres para proteger sus huertos, ganados y rebaños de las fieras y de bandidos, 2 Crónicas 26:10. 2) Empleaban una torre de vigilancia para ayudar a proteger una ciudad del enemigo, 2 Reyes 9:17,18.

Solía situarse un vigilante en una torre, y su función era adver­tir a los habitantes de la ciudad cuando un enemigo llegara a atacar­los. A veces un guarda perezoso y dormilón no desempeñaba su trabajo y no advertía a la gente del peligro. Cuando esto sucedía, era considerado culpable de la muerte de la gente de aquella ciu­dad. Pero en otras ocasiones el guarda advertía diligentemente a los habitantes de la ciudad, y ellos no le hacían caso. En este caso, la gente era culpable de su propia muerte, Ezequiel 33:1-6.

[…] el apóstol Pablo fue también como un guarda para Dios. Dios primero tuvo que transformarle, para que dejara de ser enemigo, Hechos 9. Luego le dio la tarea de advertir a otros y de decirles cómo podrían reconciliarse con Dios, 2 Corin­tios 5:18,19, por medio del Señor Jesucristo, 2 Corintios 5:17...

Adela de Letkeman, Las asombrosas hormigas, Capítulo 17, extracto


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