viernes, 26 de noviembre de 2021

LAS HIJAS DE ZELOFEHAD

 Por Santiago Saword

Zelofehad ... no tuvo hijos sino hijas ... Josué 17.3,4;  Danos heredad entre los hermanos de nuestro padre. Y Jehová respondió a Moisés, diciendo: Bien dicen las hijas de Zelofehad. Números 27.1 al 11 Esto es lo que ha mandado Jehová acerca de las hijas de Zelofehad, diciendo: Cásense como a ellas les plazca, pero en la familia de la tribu de su padre, Números 36.5 al 10.

 Tiempos revoltosos

            Llama mucho la atención que cada vez que las Escrituras mencionan a las cinco hijas de Zelofehad sus nombres están dados, indicando que Dios tomó contentamiento en ellas. Estas damas figuran primeramente en Números 26 y luego en el capítulo siguiente, donde leemos de cuatro casos trágicos de rebelión:

1. El grupo de Coré, 27.3. Esta rebelión contra la autoridad de Dios está mencionada de nuevo en Judas 11, donde se habla de la “contradicción” de Coré, dando a entender que éste habló mal y en contra de la palabra divina.

2. Zelofehad, 27.3, quien se rebeló contra la voluntad de Dios, rehusando entrar para poseer la tierra prometida. El murió “en su propio pecado”. Fue el de la incredulidad hacia Dios y temor del hombre. Todos los que no reciben al Señor Jesucristo como Salvador son culpables del mismo pecado, y ellos serán excluidos del cielo.

3. Moisés, 27.14, quien se rebeló contra el mandato de Dios. No le santificó. Moisés perdió su paciencia con el pueblo de Dios y habló inavisadamente. ¡Qué lástima! Estaba cerca de la tierra prometida, pero no le fue permitido entrar.

4. La congregación, en rencilla y rebelión contra la administración de Dios. El descontento de los principales, quienes habían deshonrado el nombre de Dios, trajo sobre ellos la ira divina.

Hermanas ejercitadas

Ante este trasfondo tan lúgubre aparecen las cinco huérfanas, quienes reclaman delante de Moisés la heredad que pertenecía a su padre. No se ve en ellas el espíritu de murmuración que hubo en la mayoría, o el desprecio que algunos tenían por la herencia. Ellas tenían desventajas. No tenían padres vivos, ni hermanos para representarlas en ley. Eran cinco, el número de la debilidad humana, pero vinculado con la omnipotencia divina. ¡Qué admirable fue la respuesta de Dios a la petición! “Bien dicen las hijas de Zelofehad; les darás la posesión de una heredad entre los hermanos de su padre a ellas”, 27.7.

Estamos en los postreros días cuando muchos están dejando su primer amor. El Señor está salvando a muchos jóvenes, pero más damas que varones, y por esto sentimos una responsabilidad especial para animar a la juventud cristiana. Algunos jóvenes empiezan bien y dan mucha esperanza, pero poco a poco pierden su apetito por la Palabra, como también por la oración privada y las reuniones del pueblo del Señor. Va menguando su ejercicio para repartir literatura evangélica, aun cuando la circulación de los folletos, o tratados, va en aumento.

El ejemplo de las cinco hijas es una inspiración para buscar primeramente las cosas de Dios y contar con la bendición suya. En 1 Pedro 1 leemos de la herencia incorruptible que está reservada en los cielos para nosotros. De una vez podemos apropiarnos de la comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu, además de la comunión con el pueblo suyo y el acceso al gran trono de la gracia. Nuestro Padre ha hecho amplia provisión para nosotros en la peregrinación terrenal.

Nombres instructivos

El significado de los nombres de estas cinco mujeres puede sernos útil.

Maala: enferma Muchos son los creyentes que han sufrido físicamente, pero triunfado espiritualmente. Entre los más destacados figura el apóstol Pablo: “De buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”, 2 Corintios 12.10. Srta. Fanny Crosby escribió ocho mil poemas, cánticos e himnos, y algunos de ellos cantamos a menudo (Tuyo soy, Señor; La débil cuerda cederá, etc). Cuando era niña un médico se equivocó en el tratamiento que le dio, y ella quedó ciega de por vida. Fue salva cuando joven, y su vida cristiana fue ejemplar.

Noa: descanso “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”, Mateo 11.29. Cuando nosotros, los creyentes, llevamos el yugo del Señor, encontramos un reposo que otro no nos puede proporcionar.

Hogla: perdiz Se trata de un ave muy perseguida. En 2 Timoteo 3.12 leemos que “todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución”, pero las tales personas gozarán de la comunión con su Señor, “a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos,”, Filipenses 3.10.

Milca: consejo Hay hermanas quienes por su piedad y experiencia son competentes para aconsejar a las jóvenes. “Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; que enseñen a las mujeres jóvenes ...” Tito 2.

Tirsa: agradable Es una virtud que se adquiere por vivir en íntima comunión con el Señor.


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