No hay servicio
demasiado pequeño
Dios había llamado a Doug Nichols a llevar el evangelio a la
India; no había duda de eso. La necesidad espiritual de ese país era asombrosa.
Millones estaban bajo las garras de las falsas religiones. Doug estaba seguro
de que había sentido el toque divino sobre su hombro.
En
lugar de sucumbir ante la duda y la depresión, decidió evangelizar la sala. Fue
de cama en cama, ofreciendo tratados del evangelio. La respuesta fue
inesperada. Los otros pacientes lo ofendían. Lo veían como el americano rico
que ocupaba la cama de un hospital que podría haber sido asignada a un hindú.
Se negaban con ahínco a recibir sus tratados.
El
Señor tenía un método diferente para que Doug los alcanzara con las buenas
nuevas. Una noche, un paciente que estaba extremadamente débil y enfermo salió
de su cama con mucha dificultad. Quería ir al baño, pero estaba demasiado débil
como para lograrlo. Se ensució y ensució el piso, llenando la sala de un
horrible hedor.
Las
enfermeras y las mucamas vinieron a él y le profirieron maldiciones ya que
ahora tenían que limpiar el desastre. De hecho, una hasta lo golpeó. Todo el
incidente hizo que los pacientes
se retorcieran.
A
la noche siguiente, el mismo paciente intentó salir de su cama nuevamente para
ir al baño, pero estaba demasiado débil. Así que se desplomó en su cama, y
lloró.
A
pesar de su propia debilidad, Doug fue hacia él, levantó al hombre y lo llevó
hasta el baño. Esperó hasta que el hombre terminara, y lo cargó de nuevo hacia
su cama.
Esto
es lo que el Señor Jesús quiso transmitir cuando dijo que no es suficiente con
hacer las bondades que la gente de este mundo puede hacer. Debemos ir más allá
de eso Y mostrar a Cristo por medio de acciones de amor que son ajenas al
mundo. Si nuestro comportamiento no se eleva por encima de la manera en que el
mundo actúa, nunca hará un impacto en aquellos que están pereciendo.
William Macdonald
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