Amigo de los rechazados por la sociedad
Jack Wyrtzen fue el fundador y el
director de Word of Life Camp (Campamento Palabra de Vida) en Schroon Lake,
Nueva York. Los meses de verano estaban llenos de conferencias bíblicas,
campamentos de jóvenes, y otras actividades diseñadas para ganar a los perdidos
para Cristo, edificar a los creyentes en su fe, y fortalecer las iglesias
cristianas locales. Jack era un líder espiritual y un dínamo humano. Sus días
estaban repletos de actividades administrativas, preparación de mensajes,
reuniones con invitados, y todo otro tipo de tareas necesarias para el buen
funcionamiento del campamento.
Un año, un creyente con una
desagradable discapacidad vino a la conferencia de adultos. Era particularmente
notorio cuando estaba en el comedor. Antes que comenzara a comer, alguien tenía
que tomar un periódico, ponerlo en su mentón, cubrir su pecho y envolverlo con
eso, pues cuando Ponía comida en su boca, podía tragar solo un poquito. Debido
a que los músculos de su boca estaban dañados, el resto de la comida se le
salía hacia afuera y caía justo en el periódico. No había nada que se pudiera
hacer al respecto. Esta era solo una de sus muchas discapacidades. Sin embargo,
a este creyente tan particular le gustaba la Palabra de Dios y quería asistir a
las conferencias donde pudiera escucharlas.
Los demás visitantes evitaban sentarse
en la misma mesa. Obviamente, no era un escenario propicio para una da
elegante. Algunos podrían sentir repulsión, otros habrían perdido el apetito.
Como resultado de esto, este precioso hijo de Dios invariablemente se sentaba
solo en una mesa.
Debido a su enorme cantidad de trabajo,
Jack raramente llegaba al comedor a tiempo. Usualmente los visitantes ya habían
comenzado a comer, y en el lugar abundaba la conversación animada.
Cuando los visitantes finalmente veían
que él había llegado, lo saludaban con emoción, llamándolo para que se sentara
a su mesa.
Pero Jack nunca lo hizo. Iba a la mesa
donde el hermano abandonado estaba comiendo solo. Era lo que el Señor Jesús
habría hecho. Haciéndolo, Jack predicaba uno de sus mejores sermones.
Silenciosamente les recordaba a los demás que el Salvador se humilló hasta lo
sumo, a lo último a lo más bajo, y nosotros también somos llamados a
humillarnos con las personas de baja condición. No deberíamos aspirar a llegar
a la buena voluntad de las personas importantes (Romanos 12: 16), sino
asociarnos con los humildes.
La gente tomaba como un símbolo de
estatus que Jack se sentara en su mesa. Después de todo, él era una celebridad
de la radio, un evangelista bien conocido, y el director de Palabra de Vida,
una organización cristiana en crecimiento. Significaba mucho volver a sus
hogares y decirles sus amigos que conocían a Jack Wyrtzen. Pero debido a que
Jack era un creyente humilde que vivía a Cristo, el estatus el privilegio
especial iba para la persona menos estimada en el comedor.
William Macdonald
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