Perdonar es Divino.
Los
Ten Boom eran una familia cristiana de Holanda. Durante la Segunda Guerra
Mundial, su hogar fue un refugio para los judíos que estaban intentando
esconderse de los nazis. Si los judíos fueran descubiertos, eso les significaba
el campo de concentración, un sufrimiento indescriptible y, usualmente, la
muerte. Esconder judíos en ese momento también significaba exponerse al campo
de concentración.
Luego de haber albergado exitosamente a
los judíos por un largo tiempo, los Ten Boom fueron atrapados. El padre y dos
hijas, Corrie y Betsie, fueron llevados al campo de Ravensbruck, un lugar de
indescriptible crueldad y tortura inhumana. Finalmente, el señor Ten Boom y
Betsie murieron. Corrie sobrevivió y fue liberada cuando la guerra estaba
terminando.
Luego de que se declarara la paz,
Corrie fue a Alemania, Y estuvo hablando en una determinada iglesia. Entre
otras cosas habló de la maravilla de que cuando confesamos nuestros pecados, el
Señor los arroja en lo profundo del mar y pone allí un cartel que dice:
"No pescar."
Al final del servicio, las personas
salieron caminando tranquilamente, pero un hombre se dirigió hacia el frente
donde Corrie estaba parada. Vestía un uniforme azul y tenía un gorro con visera
con una calavera y dos huesos cruzados. Corrie lo reconoció. Él había sido
guardia en Ravensbruck.
Cuando alcanzó a Corrie extendió su
mano y dijo: "Un buen mensaje, Frãulein (señorita). Qué bueno es saber,
como usted dice, que todos nuestros pecados están en el fondo del mar."
Recuerdos
de su crueldad brotaron delante de ella y su sangre comenzó a hervirle.
"Usted
mencionó a Ravensbruck," continuó. "Yo fui guardia allí. Pero desde
ese momento, me he convertido en cristiano. Sé que Dios me ha perdonado por las
crueldades que hice allí, pero me gustaría escucharlo de sus labios Frãulein.
¿Me perdonaría?" Su reacción instintiva podría haber sido
comprensiblemente amarga e implacable.
Ella podría haber recordado el
salvajismo cometido contra los judíos y el tratamiento inhumano hacia su propia
familia, haciendo que sus jugos gástricos se tornaran ácido sulfúrico.
Corrie quedó transfigurada. Parecieron
horas, aunque fueron sólo unos pocos segundos, antes de que pudiera responder.
Finalmente pudo sacar la mano del bolsillo de su chaqueta y la estrechó en la
mano del guardia. "Si Dios lo ha perdonado, ¿cómo puedo yo hacer menos que
perdonarlo? Lo perdono, hermano, con todo mi corazón."
"Durante un largo momento se
tomaron las manos, el exguardia y la exprisionera, ahora hechos uno en
Cristo."
Cuando pienso en el comportamiento
semejante a Cristo, mi mente inevitablemente se dirige a la familia Ten Boom.
Tal dolor. Tal sufrimiento. Tal humillación. Sin embargo, a través de todo
esto, tuvieron la mente de Cristo, pensando en otros, no en ellos mismos. No se
volvieron amargos o cínicos, ni se quejaron contra Dios. A través de todo esto,
testificaron del amor y la gracia del Señor Jesús Y perdonaron a aquellos que
los expusieron a los fuegos de la brutalidad nazi.
William MacDonald
No hay comentarios:
Publicar un comentario