sábado, 26 de octubre de 2024

LEYENDO DIA A DIA 1 CORINTIOS (7)

 6.12 al 20 El cuerpo del creyente

Si el alma es el tema de interés para Pedro, el cuerpo lo es para Pablo. ¿Había oído de los del hogar de Cloé que la verdad tocante al cuerpo del creyente era muy distorsionada todavía en las mentes de algunos en la iglesia, y que prácticas en Corinto contaminaban la asamblea de Dios?

Para empezar, él explica la ley de la libertad cristiana. No es licencia. Todo me es lícito [¿repetía aquí un refrán popular entre ellos?], pero no necesariamente conveniente. Como choferes que pagamos impuestos y portamos licencia, tenemos el derecho de usar la carretera, pero no por esto podemos escoger el carril que queramos. Hacerlo sería nada aconsejable. Es más: aun cuando tal vez gocemos del derecho de hacer algo, nuestra libertad cristiana debe llevarnos más allá de semejante pequeñez de servidumbre, v. 12b.

Pablo ilustra esto en el versículo siguiente, y este versículo enfoca la esfera del cuerpo. El apóstol quiere enseñarnos que:

• El cuerpo no es para la gratificación propia, vv 13b, 14. Libertad sin licencia (fornicación). Sus funciones deben orientarse a Dios y no a uno mismo. El propósito del cuerpo es para el Señor, y a la vez el Señor es para el cuerpo; Él es su Propietario y Contralor.

• El cuerpo tiene privilegios sagrados, vv 15 al 18. ¡Es un miembro de Cristo en asociación santa! Este cuerpo mío, este marco carnal y tangible, es uno de sus miembros. ¿Me atrevo a profanarlo? Soy un espíritu con él, ¡y huyo de la sodomía!

• El cuerpo tiene santidad, vv 19, 20. Tiene un Residente santo. Por gracia se ha convertido en residencia del Espíritu Santo — su santo naos, ¡su lugar santísimo! Si manos no consagradas no se atrevían a tocar el monte santo del Sinaí sobre el cual reposaba momentáneamente la santidad divina, ¿alguna cosa contaminante debe tocar este cuerpo donde mora eternamente el Espíritu de santidad?

Esta presencia santa confirma que no somos nuestros para agradarnos a nosotros mismos, y el cuerpo del creyente despliega un cartel: Vendido. Es ahora propiedad de Otro, comprado a gran costo, v. 20, para ser una residencia.

Lección: Que hoy y todos los días nuestro lema sea: “A él sea gloria para siempre jamás”.

por S.Emery


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