sábado, 26 de octubre de 2024

Nuestro Señor Jesucristo El único y superior reposo

 El diccionario define el reposo como “alivio, tranquilidad, tregua, pausa, vocación, dormir o morir”. La Biblia califica el reposo en siete aplicaciones.


El reposo de Dios en el cielo (Génesis 2:4, Hebreos 4:4)

Que los días de la creación hayan sido centésimas o millonésimas de años sólo son conjeturas. Bien sabemos que un día se compone de salida y puesta del sol, o el día con su noche de veinticuatro horas. Si el hombre con la desintegración del átomo ha producido la bomba atómica que en fracción de segundos puede derribar montañas, “El que hizo el oído ¿no oirá?, el que formó el ojo ¿no verá? El que castiga las naciones ¿no reprenderá? ¿No sabrá el que enseña al hombre la ciencia? Jehová conoce los pensamientos de los hombres que son vanidad” (Salmo 94: 9‑11).

Yo creo desde la mollera hasta la planta del pie que Dios hizo al mundo y todo lo que en él hay, que el trabajo que Dios tuvo fue arduo, inexplicable, y reposó. Nuestro Señor Jesucristo que es el reposo y ofrece el auténtico reposo, en la obra de la nueva creación, también cansado del camino se sentó (Juan 4:6). Es evidente que el reposo está en el cielo donde Dios reposó de sus obras. El que recibe a Jesucristo como su único Salvador, por fe y esperanza empieza a gozar de ese reposo. La invitación al reposo está en Mateo 11: 28,29 y la garantía del reposo está cuando Cristo asumió toda responsabilidad para la redención. (Marcos 14: 41; Juan 19: 30)

El reposo de Canaán

Éste sería una nación libre fundada por un pueblo libre del yugo de servidumbre en Egipto por la gracia y misericordia de Dios. (Josué 1:13; Deuteronomio 3:20) El reposo de Canaán era nulo: “Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro reposo” (Hebreos 4: 8) . El reposo era nulo porque después que Israel entró en Canaán por culpa de sus transgresiones empobrecían, y se vendían como. esclavos ellos mismos o sus propiedades. (Levítico 25:25‑28, 35:41) Esta injusticia se hizo tan latente, que en tiempos de Nehemías fueron reprendidos duramente los agiotistas. (Nehemías 5:1‑13) Tan diferente la obra de nuestro Salvador. Él se hizo siervo para darnos libertad a nosotros: “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos” (Marcos 10:45). Rescate es algo que ha sido pagado. Entonces podemos reposar tranquilos en el reposo de Dios, porque Cristo ha pagado a Dios el precio; nos rescató para darnos reposo y paz.

El reposo del sábado

El sábado es día de descanso para el hombre y los animales bajo yugo de carga. Día religioso que obligaba al israelita a ofrecer sacrificios y ofrendas. Dios quiso que aquel pueblo escogido guardara el sábado como un día nacional cada semana, para mantener vivo el recuerdo de su propio reposo. (Deuteronomio 5:12‑15; Levítico 23:24, 19:30) Al israelita no le era permitido hacer ningún trabajo en día sábado, tampoco le era vedado efectuar toda obra buena. (Juan 7:21‑23; Mateo 12:5; Lucas 13:15) “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos, primicias de los que durmieron es hecho”. (1 Corintios 15:20) Cristo reposó el sábado, pero entre los muertos, resucitó el primer día de la semana, llamado también el día del Señor. Un día también en la semana, el domingo, mantiene vivo el recuerdo en todos los creyentes en el mundo de la muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo, cuando participamos de los símbolos de su cuerpo y de su sangre representados en el pan y el vino. El Señor no guardó el sábado (Mateo 12:1‑8), sino que estuvo muerto el sábado. Un Salvador muerto no es garantía, pero su resurrección justifica el reposo que nos ofrece.

El reposo o la paz después de la guerra

Otra prueba de que Canaán ni el sábado eran el reposo verdadero fue las guerras que Israel tuvo que librar dentro de su territorio, ora con enemigos de fuera, ora entre ellos mismos por fuertes divisiones. (Jueces 3:11, 5:31; 1 Reyes 12:16, 15:6) Hay muchas gentes que creen que Israel gozó el reposo en los días de Salomón (1 Reyes 4:20‑25) pero toda esa tranquilidad era por fuerza (1 Reyes 4:7), hasta que el pueblo explotó en el reinado de su hijo (1 Reyes 12:4). Reposo tendrá Israel en el milenio cuando aparezca el Renuevo, El Señor Jesús. (Zacarías 3:8‑10; Miqueas 4:1‑4)

El reposo de la tierra

Esto será en el milenio cuando la tierra descansará de la perversidad y brutalidad a que el hombre la ha sometido. La tierra gozó de reposo en los setenta años en la deportación de Israel a Babilonia. (2 Crónicas 36:21, Daniel 9:2) Años después del diluvio la tierra de Palestina empezó a ser ultrajada por los cananeos, luego por los israelitas y a éstos le siguieron los gentiles. Bien: No será Palestina solamente, sino toda la tierra que tendrá que pasar por juicios tremendos para purificarla de todas las inmundicias y de toda la sangre vertida que los hombres han arrojado en ella. Entonces el Señor establecerá su reino. (Salmo 72:1‑3,16) Jerusalén será la capital del mundo, gozará de su reposo sabático, reposo prometido. (Ezequiel 44:24; Isaías 58:11‑14)

El reposo de los que duermen en el Señor

Es reposo de sus trabajos. (Apocalipsis 14:13; Isaías 57:2; Hebreos 4:10) Verdad que es doble felicidad morir en el Señor, pero Pablo, ni los que tenemos la misma esperanza, quisiéramos pasar por ese reposo. (2 Corintios 5:4) El cuerpo separado del espíritu estará expuesto a profanaciones. Nuestro reposo perfecto empezará en el aire con el Señor (1 Tesalonicenses 4:17); seguirá en el milenio y por la eternidad.

El único y exclusivo reposo

Véase Mateo 11:28,29; 2 Pedro 3:13; Apocalipsis 21:27, 22:3 al 5. Es Cristo que satisface al hombre en su ansiedad. Es Cristo que regenera y transforma, iluminándole con la llama viva de la esperanza. Mientras estamos en el cuerpo de bajeza hay debilidad en el creyente, pero cuando pensamos en el Sumo Sacerdote, renace el gozo y disfrutamos con anticipación de ese reposo que Él nos ganó por su obra redentora. “Acerquémonos pues, confiadamente al trono de gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” (Hebreos 4:16).

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