Quiero llamar su atención hacia algunos objetos de amor. Cuatro de estos pueden llevar nuestros corazones lejos del Señor e interrumpir la comunión con Dios. El mensaje a la iglesia en Éfeso fue, "Has dejado tu primer amor" (Apoc. 2:4).
1. 1 Timoteo 6:6-11. "El amor al dinero"
(v. 10). Los pecadores de corazón tienen este amor. La avaricia es la que llevó
a Judas al gran pecado de traicionar al Señor Jesús, y ¡cuántos hay como él!
Félix, un hombre muy favorecido porque oyó el evangelio de los labios de Pablo,
tuvo en poco la salud de su alma, porque esperaba que tal vez Pablo le diera
dinero para que le soltase (Hch. 24:25, 26). No hay duda que ese hombre está en
el infierno por el amor al dinero.
Estas
palabras en 1 Timoteo fueron escritas a los hijos de Dios. ¡Cuánto afán de
ganar dinero vemos hoy día! Tal vez esta es la razón de porque muchos creyentes
han dejado su primer amor. En el día de
2.
2 Timoteo 3:1-4. "Amadores de sí mismos" (v. 2). Esto nunca
debe ser cierto acerca de los hijos de Dios. Sin embargo, es posible que
3.
2 Timoteo 3:4. "Amadores de los deleites". Esto es muy
evidente entre los incrédulos en el mundo hoy día. ¡Cuántos pobres pecadores
están pasando al infierno diariamente! ¡Qué vergüenza si se halla esto en
nuestros corazones! El amor de deleites está intoxicando a algunos de los hijos
de Dios hoy día. Principia con cosas pequeñas y va creciendo con el resultado
que ellos se vuelven contra el pueblo de Dios y las cosas del señor. Tal vez
algunos creyentes jóvenes piensan que ellos nunca podrían ser culpables
resistir los de deleites tales cosas. del mundo. Recuérdese: Ser advertido es
estar armado para resistir los deleites del mundo.
4. 2 Timoteo 4:10. "Amor del
mundo." Pablo estaba en una celda romana cuando escribió esto. Había
peleado por la verdad y en un tiempo Demas era su compañero en la lucha. Pero
ahora, Demas le ha dejado, y sin duda había dejado a Dios también. El mundo es
llamado “este presente siglo malo". No importa como lo miremos, sea el
mundo social, el mundo religioso, o político, todo está en contra de Cristo y a
la Palabra de Dios. ¿Cómo podemos amar un mundo como este?
No olvidemos estas cuatro cosas peligrosas, y
procuremos siempre evitarlas. Qué la esperanza de la Venida del Señor siempre
tenga el primer lugar en nuestros corazones.
T. Wilkie, Verdades Bíblicas (Julio-Agosto 1976)
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