Ante Dios, la calidad de nuestros motivos procura la calidad de nuestras obras.
Anónimo.
A menudo nos preocupa más qué dirán los hermanos que lo que dirá el Señor.
Anónimo.
La verdadera humildad consiste, no en mirarse a uno mismo, sino en verse en Cristo. Un hombre perfectamente humilde sería aquel que pensara siempre en el Señor y jamás en sí mismo.
Anónimo.
La fe tiene un doble carácter: la energía que supera las dificultades, y la paciencia que espera y confía en Dios.
Anónimo
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