Básicamente porque no han comprendido lo que le había sucedido a los Corintios y que Pablo les escribió claramente lo malo que es tomar partidismo. Les escribió: “Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que habléis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer. Porque he sido informado acerca de vosotros, hermanos míos, por los de Cloé, que hay entre vosotros contiendas. Quiero decir, que cada uno de vosotros dice: Yo soy de Pablo; y yo de Apolos; y yo de Cefas; y yo de Cristo. ¿Acaso está dividido Cristo? ¿Fue crucificado Pablo por vosotros? ¿O fuisteis bautizados en el nombre de Pablo?” (1 Corintios 1:10-13).
Si
bien es cierto que esto sucedía en la congregación o iglesia local de
Corintios, pero esta representa a todas las iglesias que han elegido alguna
doctrina. Podemos destacar que, si le preguntamos que credo siguen, ellos
podrían contestar que son bautista, metodista, pentecostal, presbiteriana,
etc.; o que teología siguen, podrían responder algo como que son: calvinista,
reformada, dispensacionalista; o si le preguntamos que piensan sobre el
milenio, nos dirán que son aminialista o premilenarista; etc. Todo no hace más
que causar divisiones.
¿Por
qué hay tantas denominaciones? Simplemente por no seguir las escrituras de la
forma mas normal posible. Al interpretarlas sin entenderla, algunos pensadores
“indoctos e inconstantes [la] tuercen” (1 Pedro 3:16c), generando diversas
variaciones de una misma enseñanza. Podemos observar que para un mismo tema una
interpretación puede estar a las antípodas una de otra. Podemos usar como
ejemplo la escatología acerca del milenio, los aminialista y premilenarista son
dos enseñanzas que se contradicen una a otra. Estos pensadores no entendieron “que
ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada…”
(2 Pedro 1:20).
Y
otra causa que hace que se provoquen nuevas “denominaciones” [es extraño
llamarles denominaciones y no iglesias, ya que prefieren un nombre que los identifiquen
que pertenecen a tal cual corriente evangélica y no a una iglesia que se reúne
a lo nombre de Nuestro Señor Jesucristo], de modo que estas nuevas
denominaciones adquieren apellidos como por ejemplo “Metodistas Pentecostal”.
Estas nuevas denominaciones surgen por la carnalidad y la falta de madurez de
los creyentes (1 Corintios 3:1).
Si
la unidad en Cristo fuera nuestro objetivo, la situación sería otra y no habría
divisiones. Pablo lo expone del siguiente modo: “que habléis todos una misma
cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente
unidos en una misma mente y en un mismo parecer” (1 Corintios 1:10b).
Ahora
nos toca responder la segunda pregunta: ¿Cuál es la verdadera iglesia? La
respuesta es muy sencilla: Ninguna. Tal como lo lee: Ninguna. La verdadera
Iglesia no es la que se reúne en tal o cual dirección de nuestra localidad ni
la que es dirigida por los ancianos más sabios o que tenga predicadores como
Spurgeon. La Verdadera iglesia es entidad espiritual y no física, está
compuesta de los verdaderos Creyentes en Cristo Jesús, con los cuales hay una
muy profunda relación (cf. Efesios 2:8-9) y estos los podemos encontrar en
todas las iglesias del mundo.
En
el nuevo testamento, en las cartas, encontramos que cuando se habla de Iglesia
en singular se está refiriendo de la verdadera Iglesia, aquella iglesia que se
está edificando para la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
Veamos
algunos pasajes para ilustrar:
- 1. La Iglesia como unidad la encontramos
en relación al esposo y la esposa tal como los muestra Efesios 5:25,32.
- 2.
También es presentado a Nuestro Señor como
cabeza espiritual de las Iglesia: Colosenses 1:18; Efesios 3:21
- 3.
La Iglesia le pertenece a Cristo y le
sigue. Encontramos Juan 10:27 la figura de las ovejas que escuchan la voz del
pastor y estas le siguen.
- 4.
Como Novia (Esposa): En Apocalipsis
21:2, 9; 22:17 es presentada la Iglesia como Novia
- 5.
Como cuerpo de Cristo: Efesios 4:12; 1
Corintios 12:27.
- 6.
Miembros de la Familia de Dios (Efesios
2:19)
Con
lo detallado arriba, queda claro que la Iglesia verdadera es Espiritual, y que
cada verdadero creyente es parte de ella.
S.K.R.
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