La existencia de Dios (continuación).
(Continuaremos presentando los diferentes medios probatorios o argumentos que el hombre ha encontrado para demostrar la existencia de Dios y exponerla ante los que no creen en Dios.)
b) Argumentos cosmológico: Causa – Efecto
Es bien conocido que todo efecto tiene una causa que la originó. Si plantamos una semilla, el efecto será una planta o árbol. Si se prende un fuego y se coloca madera en él, esta se quemará.
Todo sucede en forma ordenada. La cosmología es la rama de la física que trata el carácter del universo como un sistema ordenado. Por lo cual el universo tiene una causa primera, es decir un creador. Por más que el hombre presente argumentos probatorios sobre el origen del universo y su composición, nunca ha podido probar que este haya aparecido sin la intervención de un Ser superior al hombre. Y este Ser superior es claramente identificado en la escritura como Dios (ver Génesis 1).
Tomás de Aquino fue el primero en formalizar este argumento. Este argumento lo podemos racionalizar de la siguiente manera: “Aquello que existe es sólo a través de algo ya existente”. También lo podemos expresar del siguiente modo: “Algo no puede proceder de la nada, pero algo existe, por tanto, algo a existido siempre”.
Podemos concluir esta nota del argumento del siguiente modo: Al materialista que solo ve la materia; pero para el cristiano, Dios es el autor, fuente y origen de todo. (Romanos 1.20, Hechos 14.15.)
c) Argumento Teleológico: Designio
También conocido como teleológico que indica que la perfección del diseño, la belleza y el orden evidentes en el universo indican que debe haber o existir, una mente suprema dotada de insondable inteligencia y sabiduría (cf. Salmos 139:6). Como no maravillarnos de ver los inmensos océanos, las abismales profundidades; la vida en el mar y la tierra; la perfección de los movimientos del ser humano, de los animales, las nieves; el susurrar de los árboles cuando el viento pasa a través de ellos; sentir el estampido de los truenos y el poder de los relámpagos. Como no maravillarnos de ver los escarpados picos y ver como una cabra montés la sube como si caminase en un plano. Todas las especies se han adaptado perfectamente bien a las zonas a las cuales fueron confinadas. Lo únicos que podemos pensar es que es demasiado perfecto y que tiene un designio o propósito, que todo lo que existe no pudo haberse constituido al azar, donde la suerte tuvo todo el trabajo de esta perfección. Ante esto, el único pensamiento es que una Mente majestuosa hizo todo esto con un propósito y nosotros solo podemos exclamar como el salmista mientras miraba el cielo, la luna y las estrellas: Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites? (Salmos 8:4) En el estudio de las especies, podemos darnos cuentas que las madres le enseñan a sus crías y a su vez ellas le enseñan a las suyas. Y si nos retrotraemos en la historia de una especie, podemos enlazar este aprendizaje hasta llegar a un punto inicial, y surge la pregunta ¿quién le enseño a la primera especie? O ¿cómo se adquirió este aprendizaje? ¿Quién le enseñó, por ejemplo, a la cebra recién nacida que debía memorizar las formas de las rayas y figuras de la piel de su madre, y que le permitirán reconocerla, y a ella ponerse ante su cría para que las memorice? Y que diremos, quién fue primero, ¿el huevo o la gallina? Los cristianos tenemos la respuesta y los científicos todavía lo discuten.
De este modo podemos tener muchos ejemplo en la naturaleza, que está constituida con orden perfecto. Por tanto, como ya se ha dicho, la teleología es el estudio de evidencias de designio o propósito en la naturaleza. Tomás de Aquino dijo: “Ahora vemos que en el mundo, cosas de una naturaleza distinta armonizan en un orden, por ello de ahí alguien, por cuya providencia el mundo es gobernado. Y le llamamos Dios. El orden de las cosas nos muestra que fueron designadas con un propósito”.
Un ejemplo que es utilizado para explicar en pocas palabras y ejemplificar este argumento es el del reloj. Un reloj no sólo supone la existencia de un relojero o artífice, sino también uno que lo ideó; y de un mecanismo sincronizado que permite que el segundero una vez que completa una vuelta, le da paso al minutero, y este, cuando completa, su recorrido le permite al horario que avance. Todo esto se produce en un orden perfecto, con un único propósito (designio) de dar la hora y sea acorde con el transcurso del día.
d) Argumento Ontológico: Ser
Otro de los argumentos utilizados es el llamado Ontológico, que trata de describir a la persona, al ser verdadero, al ser interior de uno mismo, independiente de los modos o fenómenos que podamos tener.
El estudio de esta ciencia tiene una línea de razonamiento que parte de Dios, la primera causa absoluta de todas las cosas, y se dirige a las cosas que Él ha causado. Específicamente, la idea innata de la existencia de Dios, que está presente en la mente humana.
La Ontología es apriorística, es decir, se trata de una demostración en la que no interviene ningún factor de la realidad. Se basa en argumentos acerca de un «ser mayor que el cual no puede ser pensado». Este argumento fue enunciado por Anselmo de Canterbur, y el expresaba este pensamiento del siguiente modo: "Todos, incluso aquellos que niegan la existencia de Dios, tienen en su mente la noción de Dios. En efecto, si no la tuvieran, no entenderían lo que dicen cuando afirman que no existe. Ahora bien, esa noción es la del ser más allá del cual no cabe ni siquiera concebir algo más perfecto. Pues bien, ese ser perfectísimo ha de existir necesariamente, pues, de no ser así, cualquier cosa que existiera sería más perfecta que Él y eso sería contradictorio. Por lo tanto, es necesario que Dios exista."
e) Argumento Antropológico: Moral
El ser humano está compuesto de dos partes principales, una material y la otra espiritual. La primera tiene que ver con todo lo físico y químico del ser; lo segundo, tiene que ver con elementos de la vida, inteligencia y sensibilidad, voluntad, conciencia y una innata creencia en Dios. La vida no puede brotar de la materia inerte como piensan los evolucionistas, sino que necesariamente debe provenir de la vida misma. La naturaleza misma enseña que es imposible que de un muerto o algo sin vida genere vida. Podemos usar las palabras de un historiador: La vida procede de la vida
Este creador de vida, entregó al hombre características propias de Él, así como los padres entregan genes a su descendencia. Dios puso en el ser humano, entre otras cosas, su ley (cf. Ro 2.12-14). Esta ley es la denominamos moral, el hombre sabe del bien y el mal, por algo establece reglas de conducta y juzga a través de ellas.
Podemos resumir este argumento en los siguientes puntos:
· Basado en la naturaleza del hombre con sus impulsos y aspiraciones indica la existencia de un gobernante personal (Salmos 42:2).
· Todos los hombres tienen un conocimiento del bien y del mal. Algunos dicen que es: “La voz de Dios en la conciencia del hombre”.
· El hombre siente el Hacer o No hacer algo que perjudica a otro, o Debe o no debe hacer. Además posee de algún rasgo de Amor, Justicia, Verdad, Sabiduría
· Es una voz que habla desde el interior, que tiene contacto con DIOS (St. 2:19).
f) Argumento de Congruencia
El término congruencia se define como la Relación lógica y coherente que se establece entre dos o más cosas. Y desde el punto de vista teológico podemos definirla como la Eficacia de la gracia de Dios, que obra sin destruir la libertad del hombre.
La creencia en un Dios personal que existe por sí mismo, está en armonía con todos los hechos de nuestra naturaleza mental y moral, así como con todos los fenómenos del mundo natural. Si Dios existe, la creencia en su existencia es natural.
Podemos ejemplificar el argumento con la siguiente analogía: es una llave que se adapta perfectamente a cualquier cerradura y puede abrirlas, entonces sabemos que es la llave perfecta.
La Existencia de Dios es natural para la raza humana. Con esta creencia queda satisfechas muchas de las preguntas que se realiza el hombre. El hombre de por sí tiene una naturaleza religiosa y de por sí responde a muchas preguntas asociadas con la naturaleza y el ser. El ateísmo, al quitar a Dios de en medio, deja un vacio inmenso y todas las cosas sin explicación y convierte en mentira las verdades que siempre hemos creído, incluso a la historia misma.
g) La Biblia
La mayor parte del conocimiento que Dios tenemos se apoya en el testimonio de la Biblia. Lo que sabemos sobre distintas culturas que no conocemos personalmente se basa en lo que los viajeros escribieron o en los descubrimientos arqueológicos. Si Marco Polo no hubiese escrito la relación de su viaje, no sabríamos nada por donde el viajó ni de los lugares que visitaron. Por lo mismo se le da una autoridad propia para aceptar que lo que escribió estaba en lo correcto. ¿Por que no dar el mismo crédito a la Biblia? ¿Por qué no nos satisface la evidencia que ella misma da acerca de la existencia de Dios, si la Biblia es auténticamente histórica?
Es claro que hay cosas que requieren más pruebas, y esto es manifiesto sobre la existencia de Dios. Pero ¿por qué no darle el crédito que le corresponde? Ya que la historia Bíblica es suficiente para demostrar la existencia de Dios; Israel es un claro ejemplo, el pueblo, después de miles de años, aun está en medio nuestro, no así imperios como el asirio y el babilonio, el Hitita y el griego, con su cultura extraviada en el tiempo, de los cuales solo quedan unos remilgos de historia. Y que decir de las profecías, en las cuales su cumplimiento no se explica sin tener a Dios como parte activa en la realización de ellas.
La historia humana nos proporciona evidencia de una Providencia que todo lo dirige. Por providencia entendemos que es la intervención divina en los asuntos humanos, gobierno de Dios en los asuntos históricos del hombre y las naciones. Siguiendo esta línea argumental, la profecía que Daniel recibió sobre la sucesión de los imperios nos muestra como los mismos aparecieron y desaparecieron conforme a lo que estaba escrito. ¿Dónde están los imperios Babilónico, el persa, el griego y el romano? Simplemente está en el polvo del tiempo y en los libros de historia. En cambio la Biblia perdura junto al pueblo escogido de Dios, Israel.
Un ejemplo de profecías cumplidas en forma perfecta son la que declara el sufrimiento que había de padecer el Señor a manos de su pueblo y que Isaías la dejó plasmadas en sus escritos y estas se encuentran en el capítulo 53 de su libro.
Con respecto al Señor Jesucristo, su persona es aceptada en diversas religiones. Su singularidad es evidente en su nacimiento, ministerio (enseñanza, milagros), vida, muerte y resurrección están atestiguadas en la Biblia. Todo lo que el Espíritu Santo quiso dejarnos respecto a lo que el Señor Jesucristo quiso enseñarnos ¿no están en las benditas Escrituras? El Señor Jesucristo vino a revelarnos a Dios como Padre amante que desea que el hombre no se pierda (Juan 3:16). De hecho el Señor habla de Dios no como algo etéreo, de algo que fue inventado, sino que vive y tiene un propósito acerca de los hombres. Por tanto, si Él habló de un Dios vivo y existente, ¿Quiénes somos nosotros para poner en duda lo que el Señor habló de su Padre? (cf. Juan 1:18; 14:1. Se pueden revisar otros textos: Juan 14:7-9,11; 16:25-30; Hechos 17:22-31; Ro 1:18-25; 2:15.
La Escritura no trata de probarnos la existencia de Dios. Lo afirma, la supone, y declara que el conocimiento de Dios es universal (Ro 1:19-21, 28, 32; 2:15). Ella afirma que esta verdad esta grabada en el ser humano, de modo que todos, sin excepción, damos testimonio de Él.
Conclusión
Basten estos ejemplos para entender algunos medios probatorios sobre la existencia de Dios.
Así como el mundo ateo busca pruebas y argumentos para negar la existencia del creador, los creyentes han buscado medios para demostrar que Dios existe, han ideado medios más o menos complejos. Podemos en forma particular buscarlos y estudiarlos, por ejemplos, algunos han postulados que la historia es un medio probatorio; Tomás de Aquino, en su libro Summa Teológica, ha propuesto un sistema llamado de cinco vías, etc.
Podemos decir como el hermano Trenchar: “…al examinar las doctrinas bíblicas no tenemos necesidad depender de estas pruebas”. Para nosotros estas pruebas existen y son válidas, y no necesitamos ningún empirismo para creer en Él como un ser real y creador de todo lo que nos rodea. Los únicos que están en la obligación de buscar pruebas de la existencia de Dios son los que la niegan (Salmo 14:1). Dios mismo dice: “YO SOY EL QUE SOY…”. Los siguientes son algunos versículos que nos hablan de Dios como un Dios vivo y que actúa por nosotros y para nosotros: Génesis 1:1, Salmos 8:1, 2 Corintios 9:8, 2 Corintios 5:5, Lucas 20:38, Lucas 18:27.
“
A priori” es una locución latina que significa “de lo anterior”. Se utiliza para realizar una demostración que desciende de la causa al efecto, de la esencia de algo a sus propiedades. También se refiere a aquello que se realiza antes de examinar el asunto de que se trata.