Él conoce su rebaño.
Él cuenta las ovejas
y las llama cada una por su nombre.
Él va delante de ellas;
Ellas le siguen y ÉL las lleva, a través de la
inundación o el fuego.
El salmo 23 despliega delante de nosotros las bendiciones de aquel que
toma sus jornadas, a través de este mundo, con el Señor Jesús, su Pastor.
Este salmo está cercanamente relacionado con el salmo que le precede y
también con el que le sigue. Estos tres salmos tienen una sobresaliente belleza
y valor, cuando vemos que en cada uno Cristo es el gran tema. El salmo 22 nos
presenta al Señor Jesús como la santa víctima ofreciéndose a sí mismo en las
afueras (lejanía) a Dios, en la cruz, en orden a encontrar la santidad de Dios
y seguridad a su rebaño. El salmo 23 nos presenta al Señor Jesús como Pastor
llevando su rebaño a través del desierto de este mundo. El salmo 24 nos
presenta al Señor Jesús como el Rey - El Señor de la casa - trayendo a su
pueblo a su glorioso reino.
El salmo que nos
ocupa abre con una gran declaración, "El Señor es mi Pastor". Todo
creyente puede decir " El Señor es Mi Salvador"; pero ¿Estamos todos
nosotros definitivamente sometidos a su dirección? Así que ¿Podemos cada uno de
nosotros decir " el Señor es mi Pastor?. Él ha declarado que EL es
"El Pastor"; ¿Pero cada cual hacemos nuestra esta su declaración
diciendo, tu eres "mi Pastor"? Los creyentes no solamente le debemos
aceptar a Él como nuestro Salvador, quién ha muerto para salvarnos de nuestros
pecados, pero además ¿Estamos sometidos a El nuestro Pastor, para que nos guíe
al hogar a través de todas nuestras Dificultades?
Podemos considerar por un momento a una manada de ovejas sin un Pastor.
Ellas tienen necesidades, toman diversas direcciones, son débiles y tímidas
criaturas. ¿Si estas toman a la izquierda su camino y al atravesar este paraje
desértico, que podrá ayudarles?
Estando estas criaturas hambrientas ellas pronto han de morir por
inanición; Estando dispersas ellas erraran y perderán su camino; Estando
débiles ellas se cansarán y caerán por el camino; Y siendo tímidas, ellas
huirán ante el lobo y por tanto estarán dispersas.
En contraste, podemos preguntamos ¿Qué sucederá si las ovejas toman sus
jornadas bajo la dirección del Pastor? Ahora si las ovejas están hambrientas,
el Pastor estará ahí para guiarles a en medio de los verdes pastos; Si estas están
dispersas, El estará ahí para mantener sus pies en el peregrinaje; Si ellas
están débiles, el Pastor estará presente llevando dulcemente sus ovejas y
llevando consigo los corderos; Si ellas son tímidas, El estará en frente para
llevarles a través del duro valle y defenderles de todos los enemigos.
Sencillamente en una manada sin pastor todo depende de las ovejas, y
estas obligadamente se guiarán al desastre. Del mismo modo se hará evidente que
si el pastor va delante, y las ovejas le siguen, diremos que hay una segura
jomada para estas ovejas con múltiples bendiciones para el camino.
Este verdaderamente, es el cuadro que representa con exactitud la
jomada de la manada cristiana, a través de este mundo; Pero el Señor no se hace
a sí mismo diciendo que él es "el Pastor de las ovejas ", que
"Él va delante de ellas y las ovejas le siguen; porque conocen su voz
"(Juan 10:2-4).
El salmo 23 determina delante de nosotros todas las bendiciones del
Pastor que va adelante y las ovejas que le están siguiendo. ¡Ay! de nosotros en
nuestra autoconfianza, en poco tiempo alcanzaríamos e incluso nos pondríamos
delante del Pastor; o creciendo descuidadamente, podríamos también retrasarnos
muy lejos, atrás. Pero bajo dos condiciones - que el Pastor nos guía en el
camino, y nosotros le seguimos - por tanto nos podemos considerar sobre el
sostenimiento del Pastor en toda dificultad que hemos de encontrar.
El salmista toca siete circunstancias diferentes por las cuales Somos
llamados a volver a Él:
1.- Las necesidades
de nuestra vida diaria
2.-Nuestra necesidad
espiritual
3.-Nuestro fracaso y
decaimiento del alma
4.-Las sombras de la
muerte
5.-La presencia de
los enemigos
6.-La diaria rutina
7.-La esperanza de
la eternidad
Todos estos hechos pueden, en varias maneras y en diferentes Tiempos,
cruzar nuestras sendas y si nos separamos de nuestra particular fuerza,
seguramente seremos anonadados con miedo y desastre. No obstante, con el Señor
siendo nuestro Pastor, guiándonos en el camino, nosotros podemos confiar frente
a la jornada que nos lleva a la gloria, a pesar de las dificultades que están
en la senda.
Todas las bendiciones en este salmo desde la primera gran declaración,
"El Señor es mi Pastor" nosotros podemos muy bien hacer un prólogo de
cada versículo contenido aquí, con estas palabras " EL Señor es mi Pastor.
Primero (v.1) Allí están las diarias necesidades del cuerpo. ¿Cómo se
encuentran ellos? El salmista no dijo "Yo tengo un buen empleo, nada me
faltará"; o "Yo tengo buenos amigos, quienes cuidarán de mí, nada me
faltará"; o "Yo tengo riquezas nada me faltará "; o "Yo
tengo juventud, salud y capacidades nada me faltará”.
En todos estos caminos y aún en muchos otros, el Señor puede encontrar
estos nuestros deseos. Pero de ninguna de estas riquezas el salmista está
hablando. El ve más allá de todas estas segundas razones y providencial
camino, él ve al Señor y con el Señor yendo adelante, le seguirá. Él puede
decir: “El SEÑOR es mi Pastor, nada me faltará”.
Segundo (v.2), En la senda de este desierto no solamente estan los
deseos temporales, sino que también las necesidades espirituales. Para el
cristiano, el mundo y sus alrededores, solo son un desierto vacío. Aquí es la
nada, más de todas las vanidades pasajeras que aquí encontramos se alimenta el
alma. Estos pastos son secos y áridos; Esta agua solamente es agua de
contienda. Más si el " Señor es mi Pastor" El me guiará a través de
sus verdes pastos y cerca de las apacibles aguas. Cuán rápidamente el pasto
seco de este mundo, también tiene Sus devotos. La espiritual comida provista
por el Pastor está siempre fresca. Él nos guía en medio de estos "Verdes
pastos". Además el Pastor no solamente nos alimentará ahí, ya una vez
Satisfecho, hará que su rebaño descanse "en los verdes pastos". Si el
rebaño ya no tiene hambre, puede recostarse en medio de la abundancia. Estos
primero se pueden alimentar y luego tomar un gran descanso. Además el Pastor
las guiará al lado de las aguas apacibles. Son las aguas de los arroyos las que
hacen más ruido y con esto señalan la existencia de abundantes rocas sobre y
bajo las aguas. Las aguas apacibles están quietas señalando su profundidad. El
Pastor puede calmar nuestras almas y apagar nuestra sed espiritual con las
profundas cosas de Dios. Pone lejos de nosotros las turbulencias y las luchas
que ocupan al hombre, las que son muchos distractores del creyente.
Tercero (v.3), Cuando pasamos a través de este desierto mundo, nosotros
podemos abandonar todo esto y seguir al Pastor, apartándonos de todo presente
fracaso. Pero esto va a producir cansancio en este camino y nos hará decaer en
nuestros afectos.
De igual forma si " el Señor es mi Pastor ", " él
restaura " o " revive " mi alma. Podemos de cualquier modo
recordar esto "ÉL" su misma persona, es la que restaura. Nos parece
prudente decir que si pensamos, que al tener cansancio en nuestro viaje,
podemos restaurarnos a nosotros mismos, por medio de nuestros propios esfuerzos
y a nuestro propio tiempo. Nos equivocamos, pues esto no es así. Nosotros
podemos errar, pero solo EL nos podrá restaurar. Noemí es restaurada desde sus
mismos errores en la ciudad de Moab. Ella puede decir: " Yo me
fui...", pero ella agrega " El Señor me ha vuelto al hogar otra vez”.
Ella dice nosotros éramos esto "Yo me fui... pero el Señor me ha
devuelto”. Bendito sea su nombre, él puede y realiza la restauración. Así no
estaremos cansados. El pueblo de Dios en la tierra podrá ser pequeño y débil
pero será mejor que una gran compañía de reincidentes. Además, El no solamente
restaura, pues una vez que nos ha restaurado, Él nos guía a en medio de "
Las sendas de rectitud por amor de su nombre". ¡Ay! Cuan frecuentemente
podemos también con sinceridad y celo, salir hacia un lado de dentro de las
sendas por nuestro propio deseo y estaremos de esta forma en contradicción de
su nombre. Con esta actitud solamente probamos cuan pequeños somos en la
práctica. Hemos de permitir siempre a nuestro Señor dirigirnos, pues Él es
nuestro Pastor.
La senda de rectitud en que EL guía, es un estrecho camino en el cual no
hay lugar para la autoconfianza de la carne y solamente podemos andar tomados
del Señor que va adelante como nuestro Pastor. Es así como edificó el apóstol
Pedro, con real sinceridad y celo, sin embargo con una gran autoconfianza.
Él dice: " Señor, yo estoy listo a ir contigo a la prisión y a la
muerte". (Lucas 22:33).
Cuarto (v.4), nosotros tenemos al frente "el valle de sombra de
muerte". Es igualmente si estamos vivos hasta la venida del Señor y no
pasamos personalmente a través de la muerte. Sin embargo, una y otra vez, nos
encontramos de frente a las sombras del valle. Uno a uno nuestro amor es
probado. Entonces en un amplio sentido preguntamos ¿Cuál es nuestro pasaje por
este mundo, en una jornada a través del valle de la sombra de muerte? Allí
suena el tañer de las campanas al pasar.
No obstante, si el Señor es nuestro Pastor, podemos decir con el
salmista " No temeré mal alguno, porque tu estarás conmigo" (VM). El
Señor nos dice " Si alguno guardare mi Palabra no verá jamás la muerte
(Juan 8:51. VM). Pero esto no lo dice de sí mismo, pues no considera de si no
probar la muerte. Aquellos que se ponen frente a la muerte, viendo en un santo-
mortal que lleva la muerte a cuestas, nos hará mirar directamente la muerte.
Más el que actualmente camina abajo y en medio de las sombras del valle debe
mirar a Jesús. Más si tenemos que pasar este camino, esto lo haremos solamente
yendo " a través ", pues la jornada a través es muy corta. Por eso
esto no está escrito " ausente del cuerpo... presente con el Señor”. Sino
por el contrario en el pasaje a través del valle es el Señor el que está con
nosotros y no solamente esto, pues va con su vara y su cayado. - La vara nos
guía lejos de todo enemigo y el cayado es nuestro sostén en todas nuestras
flaquezas.
Quinto (v.5) En este mundo desierto estamos rodeados por enemigos que
pretenden robarnos del placer de nuestras bendiciones e impedir nuestro
espiritual progreso. Pero el Señor es nuestro pastor, quién prepara un festín
para nosotros en la misma presencia de nuestros enemigos. Pero, no solamente
esto, Él ha preparado a su pueblo para el festín. Por El la cabeza está ungida
con aceite y no solamente estará llena la copa, sino que además hará que este
rebozando. EL ha hecho un gran pacto en los días de su carne, para que siempre
seamos suyos. Aunque uno de los fariseos desea que EL coma con él y en la
maravillosa gracia del Señor, se sienta a comer en la casa del fariseo. Sin
embargo el Señor ha dicho " no ungiste mi cabeza con aceite " (Lucas
7:46).
Sexto (v.6) Aquí está la senda diaria que nosotros hemos de andar
" Todos los días" de nuestras vidas. En cada día de nuestra vida
llevamos esta incesante ruta de servicios, dificultades y circunstancias
pequeñas y grandes. Pero si nosotros seguimos al Pastor encontraremos que
"Bondad y misericordia" nos seguirán. ¿No seriamos cercanos al Señor
siguiéndole fuertemente detrás como nuestro Pastor, teniendo una clara visión
al descubrir sus manos en las pequeñas cosas de la vida diaria y descubriendo
en estas pequeñas cosas sus bendiciones y misericordia?
Séptimo, y finalmente, mirando más allá de los días de nuestra vida, en
la gran eternidad que se extiende más allá de nuestras miradas. Al ser el Señor
nuestro Pastor, no solamente nos lleva a través del desierto, más también nos
conduce a nuestro hogar. "A morar en la casa del Señor por siempre".
Para el creyente esta es la casa del Padre. Morar ahí, es morar más allá de
todos los deseos corporales, es más bien un largo encuentro espiritual. Donde
el fracaso no puede entrometerse, no habrá corazones fríos, no podrán venir las
sombras de la muerte, y no se aproximará el enemigo. Pero sí es donde la copa
estará verdaderamente rebozando. Los días de mi vida "finalizarán"
" en la casa del Señor por siempre". En este gran hogar de la
asamblea no faltará ninguna de sus ovejas, no habrá ausentes. “Aquellos que me
has dado los he guardado, y ninguno de ellos se perdió" (Juan 17:12 V.M.).
Hace ya largos años santamente escribió Rutherford : " ¿Qué pienso yo de
su amor?, ¿Qué de estos pies que fueron subiendo y bajando por este mundo, a
buscar de su Padre las perdidas ovejas y por ello fue traspasado con clavos?,
¿Se han alzado nuestros ojos al cielo, hacia Dios en oración, cuando estamos
cansados , con heridas y vemos su cabeza agujereada con espinas, o a su rostro
que es más claro que el sol y se encuentra todo desfigurado, con su cabello que
cae sobre sus mejillas? Él tomó tu vergüenza y te dio gloria, Él tomó la maldición
y te dio la bendición, El tomo tu muerte y te dio vida...como el gran Pastor,
el hará una cuenta de todos sus corderos y dirá a su Padre " Aquí están
todas mis ovejas; yo salí a través de los bosques, aguas, zarzas y espinas.
Para reunirlos a ellos y mis pies fueron aguijoneados y mis manos, y mi
costado, fueron traspasados, más yo pude conseguir aferrados, ahora aquí es-
tan ellos".
Recordando todo lo que Él ha hecho por nosotros en el pasado, cuando,
mientras el buen Pastor, dio su vida por las ovejas. Sabiendo todo lo que El
hará cuando venga como el Gran Pastor. Más ahora nosotros podemos mirar a su
rostro durante nuestra presente jornada desierta y decir:
“El Señor es mi Pastor ".
Nosotros seguiremos en sus huellas;
¿Que si nuestro pie está herido?
Ahí estará todo nuestro clamor
En la zarza y en las espinas.
(extracto
de The Lord is my Shepherd)
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