VII.
JESÚS Y LOS PECADOS.
Si bien es cierto que Jesús vivió en un medio
ambiente “hostil”, lleno de pecado, no por eso él participó de ello, más bien
le daba pie a poder criticarlo firmemente, a denunciarlo con toda la energía
necesaria para que el hombre se diese cuenta del grave estado en el cual
estaba.
Siempre mantuvo su postura con respecto al
pecado, sin embargo para todo aquel que acudía a él con fe, los perdonaba.
Recordemos al paralítico llegando hasta a Él desde el techo (Mateo 9:2), o el
caso de la mujer pecadora (Lucas 7:48).
Encontramos al principio y al finalizar su
ministerio que limpió el templo de los cambistas (Marcos 11:15-18; Juan
2:12-16). Esta acción de los judíos en el templo constituía un sacrilegio, una
irreverencia con el templo sagrado de Dios, por lo cual expulsó a quienes
realizaban esta práctica de aquel lugar sagrado.
En Su incisiva condenación a la hipocresía de
los religiosos de su época (saduceos,
escribas, y fariseos) (Mateo 23:1-36),
nuestro Señor señaló varias formas específicas en que ellos mostraron esa
hipocresía. (a) Falta de compromiso a sus propias enseñanzas (No
practicaban lo que predicaban, vv. 1–4); (b) Buscaron exaltarse personalmente
ante los demás, animando a las personas a que los adularan (vv. 5–12); (c) No
cumplían sus juramentos por tecnicismos, al tratar de diferenciar entre jurar
por el templo y jurar por el oro del templo (vv. 16–22); (d) Diezmaban
“religiosamente”, pero en promover la
justicia eran negligentes (v. 23); (e) Exteriormente tenían la apariencia de
ser justos, pero ellos en realidad eran hipócritas (v. 25). Además de la ostentación (Mateo 6:1-8) de una piedad que solo era una manifestación
externa y no provenía del corazón. “Esto se puede hacer por realizar buenas
acciones, como dar limosnas, orar, y ayunar con la intención de atraer alabanza
de los hombres más bien que la aprobación de Dios.” Además ve que toda Transgresión de la ley (Mateo 15:3-6),
es decir, usar la ley de un modo distinto a lo que está escrito. Por ejemplo los escribas para evitar el socorrer a los padres ancianos, inventaron una manera de sustraerse de obligación dedicando el
dinero que se hubiera usado para ese propósito al templo, para recibirlo nuevamente y usarlo en su propio
provecho. Esto era una violación directa del mandamiento de honrar a los
padres.
Otro pecado
que se destacó fue la avaricia (Lucas 12:15). A raíz de que
un hombre que busca que el Señor fuera
“juez o partidor” en temas de herencia con su hermano, percibió en él este
pecado.
Pero de igual modo condenó la Blasfemia (Mateo 12:22-37) que atribuía a Satanás el poder de los milagros del
Señor Jesucristo, ya que el poder del Señor era el Espíritu Santo. Condenó el Orgullo (Mateo 20:20-28)
de la posición de lugares de honor, lugares
que el verdadero creyente no debe aspirar. Y la Inmoralidad (Mateo 5:27-32) cometido tanto
en el cuerpo, en el corazón, o en
el matrimonio.
Condenó el pecado
contra terceros. El Enojo (Mateo
5:22) puede llevar al homicidio. Ser
piedra de tropiezo (Mateo 18:6) para que otro peque. El perjuro (Mateo 5:33) donde se deja
de cumplir una promesa hecha bajo juramento.
De igual modo manifestó que la Deslealtad (Mateo 8:19-22) es pecado, ya que pone por delante los propios asuntos antes de la lealtad a Cristo. El no llevar
frutos (Juan 15:16) es contrario a los propósitos de Dios. Y la Falta
de fe (Mateo 6:25) en el
cuidado de Dios. Así mismo el no
orar (Lucas 18:1-8) y en consecuencia desanimarnos, es un pecado.
Todo creyente tiene asignado una Mayordomía y en muchas
maneras actuamos en forma irresponsable, lo que se muestra en las parábolas contada
en Mateo 25:14-30 y Lucas 19:11-27. Ambas parábolas
ilustran la necesidad que los seguidores
de Cristo sepan y tengan en cuenta la gran responsabilidad de la mayordomía que
nos ha sido asignada por el solo hecho de creer en el Señor Jesucristo. En cambio, los talentos representan
diferentes habilidades dadas a
diferentes personas, mientras que las minas que fueron repartidas
igualmente representan la oportunidad de la misma vida. Los siervos que no
usaron sus habilidades y oportunidades fueron condenados por su conducta
irresponsable.
Los pecados mencionados son solo algunos que el
Señor destacó, pero podemos encontrar algunos otros en la siguiente sección que
veremos próximamente.
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