Todo creyente debería ser un estudiante de la Biblia. Demasiados creyentes
piensan que un estudio serio de las Sagradas Escrituras es solamente para su
pastor o su ministro. Eso no es más que un error colosal. Cada hijo de Dios
debería apropiarse diligentemente de la Palabra.
Un segundo error es pensar que para estudiar la Biblia se necesita un
entrenamiento de seminario. ¡Error! Charles Haddon Spurgeon nunca tuvo un
entrenamiento bíblico formal. Tampoco lo tuvieron G. Campbell Morgan o Harry A.
Ironside.
Ellos fueron estudiantes devotos de la Palabra, y aprendieron sus profundas
verdades a través de horas de estudio, meditación y oración. El primer paso
hacia la plenitud de vida es la inteligencia espiritual, crecer en la voluntad de Dios por medio del
conocimiento de la Palabra de Dios.
Establezca un tiempo y lugar definidos en los cuales pueda estudiar sin
distracciones. Muchos creyentes optan por las primeras horas de la mañana. Cada
vez que usted mantenga esta cita fortalecerá el hábito. Cada vez que la deje a
un lado lo debilitará.
También se puede disciplinar a usted mismo utilizando el tiempo libre
para continuar sus estudios donde los dejó.
La motivación es tremendamente importante. El mayor incentivo para
estudiar la Biblia es el hecho que es la Palabra de Dios. En la misma usted
escucha a Dios hablarle. Cuando vive siendo consciente de esto, el estudiarla
se convierte en un gozo y no en una tarea.
Otra motivación es tener que preparar para las clases de la Escuela
Dominical o las Clases Bíblicas. Cuando usted sabe que tiene que explicar un
pasaje o responder preguntas sobre el mismo también tiene un incentivo
práctico.
Considérese bendecido si tiene el privilegio de enseñar la Palabra en
una clase.
Otra experiencia que también motiva a leer la Palabra es testificar a
los no creyentes, especialmente a los miembros de las sectas. A menudo ellos
presentan argumentos que no somos capaces de responder. Nos sentimos
avergonzados, y esto nos lleva a nuestro hogar a estudiar la Biblia hasta que
podamos obtener una respuesta convincente.
En este sentido, los sectarios son nuestros amigos. Los creyentes que
testifican crecen más rápido en el conocimiento de la Palabra.
No debería pensar que el estudio de la Biblia será fácil. Prepárese para
cavar, para investigar, para comparar, para analizar.
Comience con oración. Pida que el Espíritu Santo le hable a medida que
lee.
Pídale que le muestre cosas maravillosas de la Palabra de Dios (Sal.
119:18). Sométase a Él como su Maestro.
Luego decida qué libro de la Biblia va a estudiar. Esto dependerá en
parte de dónde se encuentra en su vida cristiana (si usted es un nuevo creyente
o si ya tiene algún trasfondo de las Escrituras).
No trate de hacer mucho a la vez. Es mejor tomar unos pocos versículos y
extraer algo de los mismos que leer todo un capítulo y olvidarse rápidamente de
lo que ha leído. En términos generales, un capítulo es demasiado.
Lea el pasaje una y otra vez hasta que sea parte de usted.
El estar familiarizado con las palabras de la Biblia es invaluable.
Haga preguntas sobre las cosas que no entiende. Cuando las personas me
preguntan cómo estudio la Biblia, les digo, “Con un signo de interrogación en
mi mente”. Esto no significa que tengo preguntas con respecto a la verdad de la
Palabra. Significa que siempre me pregunto, “¿Qué significa esto?” En el libro “Los
Discípulos se hacen, no nacen”, Walter A. Henrichsen escribió:
¿Qué dice que no logro entender? Escriba todos los problemas que tenga
con el pasaje. Cuando comencé a estudiar la Biblia, pensaba que cuanto menos
problemas encontraban, más entendía el pasaje. A medida que estudié más y más
las Escrituras, me di cuenta que es más cierto pensar lo opuesto. Cuanto más
profundizo en el pasaje, más problemas tengo. Es decir, me doy cuenta que hay
más cosas en el capítulo que no entiendo.
Escriba su propio comentario sobre cada versículo. No ha asimilado el
significado hasta que lo pueda explicar con palabras sencillas y entendibles.
Luche por alcanzar esa meta. Un maestro llamado Russel L. Ackoff escribió:
Una vez tuve un alumno brillante, quien ahora es un profesor muy
conocido, el cual escribió una tesis altamente técnica. Le pedí que asumiera
que yo era un administrador corporativo común y corriente. ¿Podría explicarme
su tesis brevemente?
Se dirigió al pizarrón y comenzó a llenarlo con símbolos matemáticos. Lo
detuve y le recordé que yo era un administrador común y corriente y no un
matemático.
Luego de una larga pausa él dijo "No creo que pueda explicarle muy
bien las cosas si no utilizo un lenguaje técnico".
A menos que las personas se puedan comunicar en un lenguaje accesible,
no sabrán de qué están hablando.
Obtenga ayuda de comentarios disponibles, diccionarios bíblicos y
enciclopedias, versiones respetables de la Biblia, paráfrasis, libros que
analizan cada palabra, y otras obras de referencia. Me beneficio mucho siempre
que puedo acudir a este material.
Siga buscando respuestas a sus interrogantes. "Alguna de las
preguntas que tiene serán respondidas en el transcurso de su estudio bíblico,
algunas serán respondidas cuando hable con otros sobre las mismas, y otras
nunca serán completamente respondidas".
Algunas veces los eventos de la vida cotidiana vierten luz sobre las
Escrituras.
Los creyentes en un campo de concentración pueden ver tesoros en la
Biblia que el resto de nosotros pasamos de largo.
Dele la bienvenida a las oportunidades para compartir el resultado de
sus estudios. Esto esparce la bendición y lo libra de vivir en un mundo lleno
de trivialidades.
Capítulo 27 del Libro Manual del discipulado
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