lunes, 6 de febrero de 2017

Jesús es diferente

La Navidad es el recuerdo de que el Hijo de Dios se hizo hombre. Vemos al echar una mirada a Su vida cuán diferente es Él.


Jesús no tenía ninguna otra prueba de Su legitimidad que a Sí mismo. Él nunca escribió un libro, no comandó ningún ejército, no desempeñó ningún cargo público, y nunca tuvo posesiones privadas. Hace apenas 2,000 años atrás, Él se desplazó solo en un radio de más o menos ciento cincuenta ki­lómetros, alrededor de Su aldea natal de Nazaret, y aun así Su nombre es conocido hasta el día de hoy.
Jesús era absolutamente hu­milde, y aun así Él irradiaba una autoridad invencible. Muchos eruditos intentaron hacerlo caer a través de preguntas capciosas, pero Sus respuestas sencillas y Sus parábolas hablan de una am­plia sabiduría de vida, una sabi­duría que sobrepasa a la de todos Sus contemporáneos.
A Su disposición estaban todas las riquezas del mundo y Él re­nunció a ellas. Resistió firmemen­te todos los intentos de corrup­ción. Tampoco se dejó seducir por medio de homenajes y zalamerí­as. Como Creador del Universo, vivió humildemente como siervo de Sus criaturas.
Jesús no fundó ningún partido u organización, e incluso así Sus ideas forman la base de inconta­bles órdenes, universidades, insti­tuciones de investigación e igle­sias. Él se negó estrictamente a usar violencia o a hostigar a al­guien, y aun así conquistó los co­razones de millones de personas.
No legó ningún tipo de libros filosóficos o de escritos autobio­gráficos, y aun así no existe ningu­na persona en toda la historia del mundo, sobre cuya vida más per­sonas estén informadas que sobre la vida de Jesucristo. La historia de Su vida-los evangelios-es el texto más impreso de la historia mundial. Sobre ninguna otra persona se redactaron más disertaciones que sobre Él.
Jesucristo no pintó cuadros ni creó ningún nuevo género musi­cal, y sin embargo inspiró como ningún otro a incontables artistas, músicos, pintores, arquitectos y escultores en sus obras. Como nin­guna otra persona anterior a Él, motivó a los científicos en sus in­vestigaciones y descubrimientos.
Sus valores y medidas éticas hasta el día de hoy forman el fun­damento de la educación y de la jurisdicción de la mayoría de los países del mundo. Nadie cambió la vida de tantas personas tan fundamentalmente como Jesús. De terroristas hizo personas pací­ficas, de adictos hizo personajes estables, a los desesperados Él les dio esperanza y con los fracasa­dos edificó Su reino invisible so­bre la Tierra.
La genialidad de Jesucristo era aparente a todos los que Lo veían y escuchaban. La mayoría de los personajes significantes, con el tiempo palidecen en los libros de historia, Jesús por el contrario to­davía es objeto de miles de libros, y de incomparables controversias en los medios de comunicación. Gran parte de esas diferencias de opinión tienen que ver con las afirmaciones radicales que Jesús estableció acerca de Sí mismo- aseveraciones que sorprendieron tanto a Sus seguidores como tam­bién a Sus enemigos. Él dijo ser el Hijo de Dios, dominar la naturale­za y el mundo sobrenatural, así como poder erradicar enfermeda­des y perdonar pecados. Y todo eso lo pudo documentar en forma práctica y ante testigos.
“¿Y qué significa eso para no­sotros? Declara que Dios nos ha dado vida eterna; y que esta vida la tenemos a través de su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida"(1 Juan. 5:11-12).
Y justamente esas afirmacio­nes extraordinarias de Jesús, fue­ron la razón por la cual tanto las autoridades romanas como tam­bién la jerarquía judía lo percibie­ron como amenaza. Él fue ejecu­tado como blasfemo en una cruz, pero al tercer día resucitó de los muertos. "Él que nunca pecó es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo” (1 Juan. 2:2). A pesar de su posición como marginado, sin ninguna legitimación o base po­lítica, en tan solo tres años Jesús transformó el mundo por los pró­ximos 20 siglos.
“De cierto, de cierto os digo”, ex­plicó Jesucristo: “El que cree en mí, tiene vida eterna". Y eso es válido hasta el día de hoy.
MICHAEL KOTSCH

Llamada de Medianoche. 2016

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