"PERO EL MÁS PEQUEÑO EN EL REINO DE LOS CIELOS, MAYOR ES QUE
ÉL" (Mateo 11:11)
Pregunta: ¿Qué quiere decir el Señor, al declarar en Mateo 11:11, hablando
de Juan el Bautista: "pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor
es que él"?
Respuesta: En los versículos 4 al 6 de Mateo 11,
vemos cómo el Señor, dirigiéndose a los discípulos de Juan, reprende con ternura
la duda manifestada por su maestro: "id, y haced saber a Juan..."
Luego, una vez salidos aquellos mensajeros, el Señor, hablando a las
multitudes, exalta al Precursor. Juan no es "una caña sacudida por el
viento", a pesar de la pregunta indiscreta que había mandado hacer a
Jesús. Tampoco es un gran personaje de este mundo, no es un hombre de la Corte:
es un profeta, "y más que profeta", pues, tuvo el privilegio de ser
el heraldo, el precursor del Mesías, el contemporáneo del Cordero de Dios, a
quien podía no sólo anunciar, sino señalar con el dedo (Juan 1:29); por eso
dice el Señor: "no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista".
Pero añade seguidamente: "pero el más pequeño en el reino de los cielos,
mayor es que él." No olvidemos que este capítulo es un capítulo de transición. La declaración
del Señor indica que empezaba un nuevo orden de cosas, en el cual los
privilegios conferidos por la gracia soberana de Dios serían tan elevados que
el menor en esta época de la gracia sería mayor que el mayor o más privilegiado
en las dispensaciones anteriores. Y esto no provendría de la fe o por algún mérito
propio de aquellos herederos del reino de los cielos, pues este versículo no
significa que un cristiano débil e inconsecuente sea mayor que un hombre de
mucha fe en los tiempos pasados, ni que un creyente de hoy poco establecido en
la fe se halla en mejor estado que aquellos quienes —como Simeón— podían
regocijarse en Dios su Salvador (Lucas 1 y 2). Sin embargo, el Señor declara
que el mayor en las dispensaciones pasadas es menor que el más pequeño ahora:
"el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él", es decir
que Juan el Bautista.
Notemos también que la
expresión "el reino de los cielos" no significa nunca "el
cielo": indica siempre un estado de cosas que tiene su origen en el cielo,
pero su desenvolvimiento sobre la tierra. El "reino de los cielos"
considera la tierra como la escena en que se manifiestan los
privilegios de los cielos. Esta expresión puede aplicarse (y es casi
siempre el caso) a lo que ocurre ahora aquí abajo; también se refiere algunas
veces a lo que acontecerá cuando el Señor venga en gloria y establezca de
manera visible Su gobierno sobre la tierra.
Antes
de la Cruz, los santos esperaban en las promesas. El mayor de ellos no podía
decir: 'mis pecados son abolidos, expiados, y mis iniquidades borradas', aunque
podía declarar: 'Sé que cuando venga el Mesías, traerá la justicia eterna, y
pondrá fin a los pecados'. A causa del valor infinito que la muerte de Cristo
tiene a los ojos de Dios, el evangelio inauguró una época en la cual el más
pequeño es revestido de privilegios que el mayor en las dispensaciones
anteriores no podía poseer. Los privilegios espirituales del reino son, ya
desde ahora, la herencia universal de la familia de la fe, de la cual, el
último o menor de los miembros es mayor que Juan el Bautista.
Traducido de la revista "Le Messager
Evangélique".
Revista "Vida Cristiana", Año
1963, No. 61.-
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