15. Rut, mujer muy virtuosa
Nuestra heroína entra en la historia como una pobre viuda moabita, pero
llega a ser bisabuela del gran rey David y ascendiente del Señor Jesucristo .
Rut era una mujer
decisiva. Cuando su suegra, Noemí, se volvía a Israel, encontrándose
insuficiente para proveer a ellas o conseguirles esposos, ella trató de hacer
regresar a sus dos nueras. Orfa, llorando, se regresó. La decisión de Rut fue:
Dondequiera que tú fueres, iré yo. Dondequiera
que vivieres, viviré.
Tu
pueblo será mi pueblo.
Tu
Dios [será] mi Dios.
Donde
tú murieres, moriré yo.
Sólo
la muerte hará separación entre nosotras dos.
Rut era una mujer humilde.
Reconociéndose pobre y extranjera, se valió de la norma para Israel en Levítico
19: “Cuando siegues la mies de tu tierra, no segarás hasta el último rincón de
ella, ni espigarás tu tierra segada ...para el pobre y para el extranjero lo
dejarás”. El rico Booz le permitió recoger espigas en su campo. Ante esta
bondad, ella bajó su rostro y se inclinó a tierra, diciendo: “¿Por qué he
hallado gracia en tus ojos para que me reconozcas, siendo yo extranjera?”
Rut consideraba y amaba a su
suegra. En su primer encuentro con Booz, él le dice: “He sabido todo lo que has
hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido”. Más adelante, habiendo
ella recogido espigas el primer día: “Su suegra vio lo que había recogido. Sacó
también, luego lo que le había sobrado después de haber quedado saciada, y se
lo dio”.
Rut se comunicaba con su suegra. Le contó con quién había
trabajado. “Me ha dicho: Júntate con mis criadas, hasta que hayan acabado toda
mi siega”. También otro encuentro con Booz se lo contó a Noemí: “... todo lo
que con aquel varón le había acontecido”. Cuando nació su hijo Obed, ya todas
las mujeres de Belén sabían del amor de Rut para con Noemí: “Tu nuera, que te
ama, lo ha dado a ti”.
Rut era muy trabajadora. Los
criados de Booz le contaron que ella “entró, pues, y está desde la mañana hasta
ahora sin descansar ni aun por un momento”. También al comer dice que se
levantó para espigar, y otra vez dice: “Espigó, pues, en el campo hasta la
noche, y desgranó lo que había recogido, y fue como un efa [doce litros] de
cebada”. Otro día Booz le dio cuarenta kilos “a fin de que no vayas a tu suegra
con las manos vacías”. Ella llevó la pesada carga hasta la ciudad.
Rut era una mujer obediente. Noemí presentó las
posibilidades de espigar en el campo de Booz, aconsejando a Rut: “Mejor es,
hija mía, que salgas con sus criados y que no te encuentren en otro campo.
Estuvo, pues, junto con las criadas de Booz, espigando, hasta que se acabó la
siega de la cebada y del trigo; y vivía con su suegra”. Leemos también que
“descendió ... a la era, e hizo todo lo que su suegra le había mandado”. Rut
fue redimida por Booz. Cuando no tenía nada y era una extranjera recién llegada
al pueblito, él dijo: “Yo te redimiré, vive Jehová”. Mucho antes Job había
dicho: “Yo sé que mi Redentor vive”. Por toda la eternidad cantaremos al
Cordero: “Tú fuiste inmolado y con tu sangre nos has redimido para Dios”.
Rut era muy
virtuosa. Su futuro marido dijo en cuanto a ella que toda la gente sabía esto.
Hoy día diríamos que era una mujer espiritual. Salomón era tataranieto de Rut,
y al final del libro de Proverbios él describió la mujer virtuosa y la gran
complacencia que un marido (como Booz) y los hijos deben sentir ante ella;
Proverbios 31.
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