miércoles, 1 de marzo de 2017

ALGUNAS MUJERES DEL ANTIGUO TESTAMENTO (PARTE XV)

15. Rut, mujer muy virtuosa
Nuestra heroína entra en la historia como una pobre viuda moabita, pero llega a ser bisabuela del gran rey David y ascendiente del Señor Jesucristo .
Rut era una mujer decisiva. Cuando su suegra, Noemí, se volvía a Israel, encontrándose insuficiente para proveer a ellas o conseguirles esposos, ella trató de hacer regresar a sus dos nueras. Orfa, llorando, se regresó. La decisión de Rut fue:
         Dondequiera que tú fueres, iré yo. Dondequiera que vivieres, viviré.
            Tu pueblo será mi pueblo.
            Tu Dios [será] mi Dios.
            Donde tú murieres, moriré yo.
 Sólo la muerte hará separación entre nosotras dos.
         Rut era una mujer humilde. Reconociéndose pobre y extranjera, se valió de la norma para Israel en Levítico 19: “Cuando siegues la mies de tu tierra, no segarás hasta el último rincón de ella, ni espigarás tu tierra segada ...para el pobre y para el extranjero lo dejarás”. El rico Booz le permitió recoger espigas en su campo. Ante esta bondad, ella bajó su rostro y se inclinó a tierra, diciendo: “¿Por qué he hallado gracia en tus ojos para que me reconozcas, siendo yo extranjera?”
         Rut consideraba y amaba a su suegra. En su primer encuentro con Booz, él le dice: “He sabido todo lo que has hecho con tu suegra después de la muerte de tu marido”. Más adelante, habiendo ella recogido espigas el primer día: “Su suegra vio lo que había recogido. Sacó también, luego lo que le había sobrado después de haber quedado saciada, y se lo dio”.
Rut se comunicaba con su suegra. Le contó con quién había trabajado. “Me ha dicho: Júntate con mis criadas, hasta que hayan acabado toda mi siega”. También otro encuentro con Booz se lo contó a Noemí: “... todo lo que con aquel varón le había acontecido”. Cuando nació su hijo Obed, ya todas las mujeres de Belén sabían del amor de Rut para con Noemí: “Tu nuera, que te ama, lo ha dado a ti”.
         Rut era muy trabajadora. Los criados de Booz le contaron que ella “entró, pues, y está desde la mañana hasta ahora sin descansar ni aun por un momento”. También al comer dice que se levantó para espigar, y otra vez dice: “Espigó, pues, en el campo hasta la noche, y desgranó lo que había recogido, y fue como un efa [doce litros] de cebada”. Otro día Booz le dio cuarenta kilos “a fin de que no vayas a tu suegra con las manos vacías”. Ella llevó la pesada carga hasta la ciudad.


        
Rut era una mujer obediente. Noemí presentó las posibilidades de espigar en el campo de Booz, aconsejando a Rut: “Mejor es, hija mía, que salgas con sus criados y que no te encuentren en otro campo. Estuvo, pues, junto con las criadas de Booz, espigando, hasta que se acabó la siega de la cebada y del trigo; y vivía con su suegra”. Leemos también que “descendió ... a la era, e hizo todo lo que su suegra le había mandado”. Rut fue redimida por Booz. Cuando no tenía nada y era una extranjera recién llegada al pueblito, él dijo: “Yo te redimiré, vive Jehová”. Mucho antes Job había dicho: “Yo sé que mi Redentor vive”. Por toda la eternidad cantaremos al Cordero: “Tú fuiste inmolado y con tu sangre nos has redimido para Dios”.
         Rut era muy virtuosa. Su futuro marido dijo en cuanto a ella que toda la gente sabía esto. Hoy día diríamos que era una mujer espiritual. Salomón era tataranieto de Rut, y al final del libro de Proverbios él describió la mujer virtuosa y la gran complacencia que un marido (como Booz) y los hijos deben sentir ante ella; Proverbios 31.

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