Pregunta: ¿Qué
significa esa exclamación de Jesús: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de
la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y
las revelaste a los niños."? (Mateo 11:25)
Respuesta: Los "niños" (en
griego: NERIOIS, "niñitos, criaturas, bebés") no han de
tomarse, desde luego, en su sentido natural. Aquí en el lenguaje del Señor, no
se refiere pues a la infancia natural, sino a una disposición de espíritu, como
la sencillez, el gran deseo de aprender - sin discutir o razonar -, la simple y
limpia fe, etc., característica de la tierna infancia. Actitud que contrasta
con la de los "sabios" (gr. "SOFON") y de los
"entendidos" (gr. "SYNETON"); literalmente,
de los “inteligentes”, o como diríamos hoy, de los “intelectuales”. Está claro
que el Señor alude aquí, en primer lugar, a los escribas y fariseos, y luego a
sus semejantes de todos los tiempos. (cf. Juan 9:39).
Los
'niñitos' o 'infantes', son pues, aquellos que lo eran en la malicia, como dice
el apóstol Pablo en 1 Corintios 14:20, "Hermanos, no seáis niños en el
modo de pensar, sino sed niños en la malicia, pero maduros en el modo de
pensar."; los "recién nacidos" deseosos de la "leche
espiritual no adulterada", mencionados por Simón Pedro (1 Pedro 2:2);
los que son realmente sencillos, cual criaturas, a quienes se revela el Señor:
"De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no
entraréis en el reino de los cielos." (Mateo 18:3). Son quienes han hecho
caso omiso de sus humanos conocimientos, y cuya fe no estriba en la sabiduría
de hombres sino en el poder y la Palabra de Dios. (Véase también: 1 Corintios
1: 23-29; 1 Corintios 2:5).
P.
E.
Revista "VIDA
CRISTIANA", Año 1956, N° 23.
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