de Dios el bien, y el mal no lo
recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.
Hay enfermedades que, como consecuencia general del pecado en el mundo,
Dios permite en la vida de un creyente espiritual, a manera de prueba.
● Timoteo, siervo de Dios, era un
hombre enfermizo; 1 Timoteo 5.23. Ya no
bebas agua, sino usa de un poco de vino por causa de tu estómago y de tus
frecuentes enfermedades. Epafrodito,
siervo de Dios, enfermó de gravedad; Filipenses 2:27. Pues en verdad estuvo enfermo, a punto de morir.
● Elisabeth era una mujer
espiritual, pero no podía concebir; Lucas 1.6, 7. Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos
los mandamientos y ordenanzas del Señor.
Pero no tenían hijo, porque Elisabeth era estéril.
● Pablo sufría una enfermedad que
afectó su vista; Gálatas 4:13,15, 6:11. Pues
vosotros sabéis que a causa de una enfermedad del cuerpo os anuncié el evangelio
al principio… Si hubieseis podido, os hubierais sacado vuestros propios ojos
para dármelos… Mirad con cuán grandes letras os escribo. Es muy posible que
a esto se refirió el apóstol en 2 Corintios 12:7 cuando escribió de “un aguijón
en mi carne”, el cual el Señor no le quiso quitar.
Aun la muerte es permitida dentro de la voluntad de Dios, sin referencia a
pecado específico ni intervención satánica. Por ejemplo:
● Lázaro era buen creyente, amigo personal de Jesús.
Cristo sabía que estaba enfermo y ha podido sanarlo a larga distancia, pero no
interrumpió el curso de la enfermedad; Juan 11:1 al 16. Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro… Enviaron, pues, las
hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo. Cuando
oyó, pues, [Jesús] que estaba enfermo se
quedó dos días en el lugar donde estaba. … Lázaro ha muerto.
También hay las
enfermedades en la vida de un creyente carnal que sí es disciplina de Dios para
que el creyente corrija su andar.
● 1 Corintios 11:30 habla de los
creyentes carnales en la iglesia en Corinto. Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros.
● Santiago 5:14,15 trata de un
creyente enfermo por un problema espiritual. Por eso se llaman a los ancianos,
no a los doctores. ¿Está alguno enfermo
entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole
con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el
Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados le serán perdonados.
Dios también puede
causar la muerte directamente sobre creyentes o incrédulos, como juicio, por
algún pecado específico en sus vidas, sin que se mencione intervención
satánica.
● El hijo de David era un bebé
inocente; 2 Samuel 12:14, 15, 18. Más por
cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que
te ha nacido ciertamente morirá. Y Natán se volvió a su casa. Y
Jehová hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y enfermó
gravemente. … y al séptimo día murió el niño.
● El rey Herodes era hombre
inconverso y soberbio; Hechos 12:23. Al
momento un ángel del Señor le hirió, por cuanto no dio la gloria a Dios; y
expiró comido de gusanos.
● Éxodo 9:8 habla de los
egipcios. Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Tomad puñados de ceniza de un horno,
y la esparcirá Moisés hacia el cielo delante de Faraón; y vendrá a ser
polvo sobre toda la tierra de Egipto, y producirá sarpullido con úlceras en los
hombres y en las bestias, por todo el país de Egipto. Y tomaron ceniza del
horno, y se pusieron delante de Faraón, y la esparció Moisés hacia el cielo; y
hubo sarpullido que produjo úlceras tanto en los hombres como en las bestias. Y
los hechiceros no podían estar delante de Moisés a causa del sarpullido, porque
hubo sarpullido en los hechiceros y en todos los egipcios. Pero Jehová
endureció el corazón de Faraón, y no los oyó, como Jehová lo había dicho a
Moisés.
● Ya hemos mencionado que algunos
creyentes carnales en Corinto murieron por disciplina divina; 1 Corintios 11:29,
30. El que come y bebe indignamente, sin
discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí, por lo cual… muchos
duermen.
La nación de Israel, el pueblo terrenal de Dios, fue castigada por
enfermedad:
(a) Deuteronomio 28:58 al 63. Si no
cuidares de poner por obra todas las palabras de esta ley que están escritas en
este libro, temiendo este nombre glorioso y temible: JEHOVÁ TU DIOS, entonces
Jehová aumentará maravillosamente tus plagas y las plagas de tu descendencia,
plagas grandes y permanentes, y enfermedades malignas y duraderas; y
traerá sobre ti todos los males de Egipto, delante de los cuales temiste, y no
te dejarán. Asimismo toda enfermedad y toda plaga que no está
escrita en el libro de esta ley, Jehová la enviará sobre ti, hasta que seas
destruido. Y quedaréis pocos en número, en lugar de haber sido
como las estrellas del cielo en multitud, por cuanto no obedecisteis a la voz
de Jehová tu Dios. Así como Jehová se gozaba en haceros bien y en
multiplicaros, así se gozará Jehová en arruinaros y en destruiros; y seréis
arrancados de sobre la tierra a la cual entráis para tomar posesión de ella.
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