domingo, 1 de octubre de 2017

La enfermedad en la Biblia (Parte IV)

de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios.
Hay enfermedades que, como consecuencia general del pecado en el mundo, Dios permite en la vida de un creyente espiritual, a manera de prueba.
●  Timoteo, siervo de Dios, era un hombre enfermizo; 1 Timoteo 5.23. Ya no bebas agua, sino usa de un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades.  Epafrodito, siervo de Dios, enfermó de gravedad; Filipenses 2:27. Pues en verdad estuvo enfermo, a punto de morir.
●  Elisabeth era una mujer espiritual, pero no podía concebir; Lucas 1.6, 7. Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos  y ordenanzas del Señor. Pero no tenían hijo, porque Elisabeth era estéril.
●  Pablo sufría una enfermedad que afectó su vista; Gálatas 4:13,15, 6:11. Pues vosotros sabéis que a causa de una enfermedad del cuerpo os anuncié el evangelio al principio… Si hubieseis podido, os hubierais sacado vuestros propios ojos para dármelos… Mirad con cuán grandes letras os escribo. Es muy posible que a esto se refirió el apóstol en 2 Corintios 12:7 cuando escribió de “un aguijón en mi carne”, el cual el Señor no le quiso quitar.
Aun la muerte es permitida dentro de la voluntad de Dios, sin referencia a pecado específico ni intervención satánica. Por ejemplo:
●  Lázaro  era buen creyente, amigo personal de Jesús. Cristo sabía que estaba enfermo y ha podido sanarlo a larga distancia, pero no interrumpió el curso de la enfermedad; Juan 11:1 al 16. Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro… Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo. Cuando oyó, pues,  [Jesús] que estaba enfermo se quedó dos días en el lugar donde estaba. … Lázaro ha muerto.
También hay las enfermedades en la vida de un creyente carnal que sí es disciplina de Dios para que el creyente corrija su andar.
●  1 Corintios 11:30 habla de los creyentes carnales en la iglesia en Corinto. Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros.
●  Santiago 5:14,15 trata de un creyente enfermo por un problema espiritual. Por eso se llaman a los ancianos, no a los doctores. ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados le serán perdonados.
Dios también puede causar la muerte directamente sobre creyentes o incrédulos, como juicio, por algún pecado específico en sus vidas, sin que se mencione intervención satánica.
●  El hijo de David era un bebé inocente; 2 Samuel 12:14, 15, 18. Más por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá. Y Natán se volvió a su casa. Y Jehová hirió al niño que la mujer de Urías había dado a David, y enfermó gravemente. … y al séptimo día murió el niño.
●  El rey Herodes era hombre inconverso y soberbio; Hechos 12:23. Al momento un ángel del Señor le hirió, por cuanto no dio la gloria a Dios; y expiró comido de gusanos.
●  Éxodo 9:8 habla de los egipcios.  Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Tomad puñados de ceniza de un horno, y la esparcirá Moisés hacia el cielo delante de Faraón;  y vendrá a ser polvo sobre toda la tierra de Egipto, y producirá sarpullido con úlceras en los hombres y en las bestias, por todo el país de Egipto. Y tomaron ceniza del horno, y se pusieron delante de Faraón, y la esparció Moisés hacia el cielo; y hubo sarpullido que produjo úlceras tanto en los hombres como en las bestias. Y los hechiceros no podían estar delante de Moisés a causa del sarpullido, porque hubo sarpullido en los hechiceros y en todos los egipcios.  Pero Jehová endureció el corazón de Faraón, y no los oyó, como Jehová lo había dicho a Moisés.
●  Ya hemos mencionado que algunos creyentes carnales en Corinto murieron por disciplina divina; 1 Corintios 11:29, 30. El que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí, por lo cual… muchos duermen.
La nación de Israel, el pueblo terrenal de Dios, fue castigada por enfermedad:
(a) Deuteronomio 28:58 al 63.  Si no cuidares de poner por obra todas las palabras de esta ley que están escritas en este libro, temiendo este nombre glorioso y temible: JEHOVÁ TU DIOS, entonces Jehová aumentará maravillosamente tus plagas y las plagas de tu descendencia, plagas grandes y permanentes, y enfermedades malignas y duraderas; y traerá sobre ti todos los males de Egipto, delante de los cuales temiste, y no te dejarán. Asimismo toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta ley, Jehová la enviará sobre ti, hasta que seas destruido. Y quedaréis pocos en número, en lugar de haber sido como las estrellas del cielo en multitud, por cuanto no obedecisteis a la voz de Jehová tu Dios. Así como Jehová se gozaba en haceros bien y en multiplicaros, así se gozará Jehová en arruinaros y en destruiros; y seréis arrancados de sobre la tierra a la cual entráis para tomar posesión de ella.

(b) Deuteronomio 32:39.  Ved ahora que yo, yo soy, no hay dioses conmigo; yo hago morir, y yo hago vivir; yo hiero, y yo sano; y no hay quien pueda librar de mi mano.

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