“Aquel... predica la fe que en
otro tiempo asolaba” (Gálatas 1:23).
Después
que se convirtió Saulo de Tarso, las iglesias de Judea oyeron que este
archi-perseguidor de la fe cristiana se había vuelto un ardiente predicador y
defensor de la fe. Éste resultó ser un cambio notable.
En
tiempos más recientes, ha habido incidentes espectaculares donde los hombres
han cambiado radicalmente de modo similar al de Pablo.
Lord Littleton y Gilbert West decidieron en común
derribar la fe de aquellos que defendían la Biblia. Littleton refutaría los
datos de la conversión de Saulo, mientras que West probaría de manera
contundente que la resurrección de Cristo era tan sólo un mito. “Ambos
reconocieron que no sabían mucho de la historia bíblica, pero decidieron:
“Vamos a ser honestos, debemos al menos estudiar la evidencia. A menudo
conversaban durante su trabajo sobre los temas que traían entre manos. En una
de estas conversaciones Littleton le abrió el corazón a su amigo y confesó que
comenzaba a sentir que había algo en los relatos”. El otro replicó que había
sido sacudido por los resultados de su estudio. Finalmente, cuando los libros
estuvieron terminados, se reunieron los dos autores y encontraron que cada uno
de ellos, en lugar de escribir en contra, había producido libros a favor de los
temas que se habían propuesto ridiculizar. Estuvieron de acuerdo en que después
de investigar toda la evidencia como expertos legales, no podían honestamente
sino aceptar que el registro bíblico establecía como ciertos ambos temas”
(Frederick P. Wood). El libro de Lord Littleton llevó por título La Conversión
de San Pablo y el de West La Resurrección de Jesucristo. El incrédulo Robert C.
Ingersoll desafió a Lew Wallace, un agnóstico a escribir un libro que mostrara
la falsedad del registro con respecto a Jesucristo. Wallace empleó años
investigando el tema, con gran pesar de su esposa, que era metodista. Comenzó a
escribir, y cuando había terminado casi cuatro capítulos, se dio cuenta de que
los registros referidos a Jesucristo eran ciertos. Cayó sobre sus rodillas en
arrepentimiento y confió en Cristo como Señor y Salvador. Más tarde escribió el
libro Ben Hur, donde presenta a Cristo como el divino Hijo de Dios.
Frank Morison deseaba escribir una historia con relación a Cristo, pero ya que no creía en los milagros, decidió limitarse a los siete días que conducían a la crucifixión. Sin embargo, a medida que estudiaba los registros bíblicos, extendió el tema hasta la resurrección. Convencido ahora de que Cristo había resucitado verdaderamente, le recibió como su Salvador y escribió el libro ¿Quién Movió la Piedra? cuyo primer capítulo se titula El Libro que se Negó a Dejarse Escribir.
Frank Morison deseaba escribir una historia con relación a Cristo, pero ya que no creía en los milagros, decidió limitarse a los siete días que conducían a la crucifixión. Sin embargo, a medida que estudiaba los registros bíblicos, extendió el tema hasta la resurrección. Convencido ahora de que Cristo había resucitado verdaderamente, le recibió como su Salvador y escribió el libro ¿Quién Movió la Piedra? cuyo primer capítulo se titula El Libro que se Negó a Dejarse Escribir.
La Biblia es viva y eficaz, y más cortante que toda
espada de dos filos. Ella misma es su mejor confirmación. Aquellos que la
atacan y ridiculizan deben afrontar la posibilidad de que algún día crean en
ella y vengan a ser sus defensores más devotos.
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